Descubierto un lavadero no catalogado en el barrio barakaldarra de Tellitu
Pocas personas conocen tan bien los rincones de Barakaldo como Juan Antonio Santamaría, pero en uno de sus muchos paseos por el paisaje barakaldarra, este amante de la historia y la investigación se encontró el pasado mes de noviembre un lavadero en el barrio de Tellitu. Un lavadero público que, hasta la fecha, no está catalogado como sí lo están los existentes en Santa Águeda y Santa Lucía. “El de Tellitu es un lavadero público que tiene fuente, poza y zona para limpiar ropa. Está muy bien cuidado por los vecinos y, la verdad, fue una gratísima sorpresa descubrirlo y, posteriormente, ver que no está catalogado”, asegura este amante de la historia barakaldarra.
El lavadero público de Tellitu, ubicado en las faldas del Apuko, cuenta con muchas similitudes con las otras dos instalaciones de este tipo de las que, hasta la fecha, se tiene constancia en la localidad fabril. Las primeras de ellas son estéticas, ya que ninguno de estos tres lavaderos cuenta con techumbre de protección y están en uso, aunque su agua no es potable. El resto de similitudes son relativas a su ubicación en barrios de Barakaldo que están apartados de zonas muy habitadas y, más concretamente, en zonas de cada uno de los tres barrios que son puntos de reunión para su vecindario. “El hecho de que se encuentren en zonas periféricas y no muy habitadas es, sin duda, esencial para su conservación. Más si cabe en un municipio como Barakaldo en el que, históricamente, no se ha tenido sensibilidad con el patrimonio”, desarrolla Santamaría. De hecho, de los tres lavaderos públicos de los que, actualmente, se tiene constancia en la localidad barakaldarra, el que quizá sea visto por más gente sea el que se ubica en Santa Águeda, dado que está ubicado a escasos metros de la emblemática ermita de Santa Águeda, punto de peregrinación de miles de personas cada mes de febrero. “Aunque no se sabe a ciencia cierta la fecha en la que se creó cada uno de los tres lavaderos, todo hace indicar que el de Santa Águeda es el más antiguo”, apunta Santamaría.
El hecho de que se haya encontrado un lavadero como el de Tellitu –un equipamiento que, todo hace indicar que es muy conocido y cuidado por los vecinos de esta zona, pero desconocido para la inmensa mayoría de los barakaldarras– no hace más que impulsar la investigación de este tipo de lavaderos que han servido, históricamente, para fregar y lavar la ropa–. “La investigación sigue abierta, pero lo más importante es que los barakaldarras conozcamos estas joyas de nuestro patrimonio porque lo que no se conoce no se puede disfrutar”, ahonda Santamaría. La presencia de estos lavaderos en Barakaldo también evoca otros tiempos, anteriores a la revolución industrial en los que la localidad fabril era un lugar en el que las ferrerías y la actividad agrícola eran las grandes protagonistas.
Fuente de Retuerto
Pero el deseo de investigar y de divulgar aspectos históricos de Barakaldo por parte de Juan Antonio Santamaría va más allá de los lavaderos públicos. En este aspecto, Santamaría también está investigando las fuentes públicas de Barakaldo y en este sentido, su mayor ambición es conocer si se conserva la fuente que se situaba en pleno corazón de Retuerto hasta el año 2005. El paso a la modernidad del barrio fabril y la reconfiguración de esta zona para dar cabida a nuevos edificios de viviendas hicieron que la tradicional fuente del barrio desapareciese del paisaje. A día de hoy, 18 años después de que fuera desmantelada, se desconoce si se conserva esta fuente que era de piedra. “Habrá que buscar en el almacén municipal a ver si se ha conservado. Sería muy importante que se hubiera conservado y que esté en un almacén por su valor patrimonial e histórico. Ojalá se pueda encontrar, sería una gran satisfacción”, indica Santamaría.
En este sentido, cabe destacar que las dos fuentes públicas más antiguas de Barakaldo que aún se conservan datan del año 1888 y son la de San Vicente, uno de los grandes símbolos de este barrio, y la ubicada en El Regato, concretamente, en la calle Euskaritza. La primera es de piedra y atesora una gran belleza, mientras que la fuente ubicada en El Regato es de hierro, tiene la base de piedra y, además, ha servido de modelo para otras fuentes públicas de la localidad fabril.
Tomado de www.deia.eus
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