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El Convento de los Mercedarios de Burceña

El Convento de los Mercedarios de Burceña

LOS ORíGENES

mercedarios_burcenya_1«La Santí­sima Imagen de Nuestra Señora de Burzeña es la Pa­trona del convento, es una vizcaí­na la más noble, y la más antigua de toda. Vizcaya, porque es tan antigua como el mismo Señorí­o: tení­a su ermita adonde labró el Conde su Iglesia, por la gran de­voción que todo el Señorí­o tení­a con esta Santí­sima Imagen; y no sólo la Imagen, sino aún el Convento de Nuestra Señora de Merced es más antiguo que la ilustre Villa de Vilbao, de la cual dista una legua dicho Convento»[1]

Explayábase ilusionado en estas consideraciones el sencillo histo­riador mercedario que no pudo advertir el error a que le inducí­a una fecha equivocada. Cuando nació el convento de Burceña, Bilbao existí­a siglos ha[2] y las naves de sus hijos surcaban las aguas que un dí­a serí­an familiares a sus frailes.

Y la Virgen de Burceña no necesitaba cimentar su abolengo en frágiles comparaciones. Bastábale que su recuerdo se perdiera en el pasado. ¿Desde cuándo era venerada a orillas del Cadagua? En 1384 nos dice el Conde Fernán Pérez de Ayala que él habí­a edificado su iglesia y, como patrono que era en consecuencia, la llama con de­recho «nuestro monesterio e iglesia que yo he hecho»[3]. Pero antes que la iglesita del conde, ¿existia ya la humilde y rústica ermita tan sólo de galas campestres adornada y hermosa por la fe y la plegaria de sus devotos?

Un indicio del aprecio en que el señor de Ayala tení­a a esta iglesia de Santa Marí­a de Burceña y que al mismo tiempo nos per­mite remontar unos años en sus orí­genes, es el siguiente. Fernán Pérez sucedió en el condado a su hermano mayor, Sancho Pérez de Ayala, muerto sin sucesión legí­tima,  como nos lo dice él mismo: «Este don Sancho Pérez non dejo fijos, legí­timos salvo un fijo de ganancia que se diz Sancho Perez de Ayala. E entonces vino a la tierra don Fernán Perez de Ayala, su hermano mediano, e toma­ronlo por Señor, asi como era derecho de su linage, e por voluntad de Dios es oy el mayor del linage de Ayala[4].

No sabemos qué año mataron los de Abendaño y Salcedo al dicho Sancho Pérez; pero sí­ que le tendieron asechanza en los montes de Llanteno. «E Don Sancho Perez non venie apercevido, sino con pocos. E corrio con su cavallo fasta cerca de Nuestra Señora de Respaldiza, onde malamente le mataron»[5]. Desde Respaldiza trajeron sus restos a Burceña para enterrarlos en la iglesia de la familia. Esto parece indicar que el suceso tuvo lugar antes de 1365, año en que don Fernán Pérez de Ayala fundó el monasterio de dueñas de Que­jana[6], que habí­a de polarizar después los favores de la casa de Ayala y ser su panteón familiar.

Desde la construcción hasta su entrega a los frailes mercedarios la iglesia de Santa Marí­a de Burceña estarí­a servida por algún clé­rigo nombrado por el patrono, ya que, aunque éste la llama «mones­terio», sabemos que en la Vizcaya de la época nada más quiere decir este nombre que iglesia de patronato[7]. Dicha iglesia serí­a clara­mente útil para la piedad de lo3 fieles, pues las iglesias parroquiales de Abando y Baracaldo estaban alejadas.

Próxima a la iglesia poseí­a Don Fernán «la mi torre e casa que yo fice», en que se acomodaron los religiosos y que no hemos de confun­dir con las torres de Luchana que se hallaban situadas ya a la orilla del Nervión[8].

Era Don Fernán hombre de arraigada fe y piedad, como lo prue­ban, más aún que sus fundaciones religiosas, el hecho que su hijo y sucesor Pero López de Ayala tomó para basar su elogio: «amava e temia mucho a Dios. E ficiera grandes daños e venganzas por la mala muerte que dieron los gamboinos a Don Sancho Perez su hermano si no fuese tan buen christiano»[9]. Elogio elocuente y cumplido pa­ra un señor de su época, tan trabajada por las luchas de banderizos. Añadamos que, a la muerte de su esposa Doña Elvira Alvarez, ingre­so en la Orden de Predicadores[10].

A principios de mayo de 1384, Don Fray Fernán Pérez de Ayala se acercaba ya a los ochenta años y solo le restaban diecisiete meses a su no corta vida[11]. Su hijo y futuro heredero, a quien asocia a la donación, Pero López de Ayala, era ya hacia años personaje im­portante en la corte de Castilla. Diez años antes (12-XII-1373) le ha­bí­a instituido heredero de su mayorazgo que comprendí­a las pose­siones de Baracaldo: «todo lo que yo he en el monesterio de San Juan de Quexana e todo lo que he al fuero de Ayala e todo lo que he en Orozco e en Varacaldo lo fago maiorazgo para que lo ayudes vos el dicho Pero Lopez mi hijo despues de mis dí­as»[12].

Para hacer la donación se reunieron en la casa-torre de Burceña, el anciano Don Fernán, su hijo y el comendador mercedario Fray Lorenzo de Monterrey. Vizcaya tení­a, a la sazón, un sólo convento de religiosos, el de San Francisco de Bermeo[13]. Los mercedarios de Burceña serí­an los segundos. Don Fernán se habí­a fijado en ellos, no sólo por su afición personal a la orden de la Merced y los traba­jos que sus religiosos soportaban en la redención de cautivos, sino también pensando en los «cristianos cautivos de esta tierra, provin­cia e montañas[14] que mas continuo son cautibos por ser marean­tes por los mares». Le preocupaba la suerte de los hijos de la tierra.

La Orden de la Merced recibe del señor de Ayala la iglesia de Santa Marí­a de Burceña, la torre y casa cercana para residencia de los religiosos y para su sustentación numerosas tierras que nos per­miten calificar de verdaderamente magní­fica la donación. Por su par­te los frailes habí­an de rogar a Dios por las almas de Don Fernán, de sus padres, de Sancho Pérez de Ayala y demás de su linaje que recibieran sepultura en Burceña.

No dejaron de presentarse dificultades en el primer siglo de vida del nuevo convento al que las casas de Pamplona y Logroño le dispu­taban el derecho a recoger limosnas en las regiones vecinas. El capí­­tulo general de Guadalajara, en 1467, decreta -quizás zanjando la controversia- que Burceña sea casa aneja del convento de Logroño[15]; a éste le corresponden también las limosnas de Guiptí­zcoa[16].

Pero la cuestión no terminó. Años después el obispo de Tuy y mercedario, Fray Diego de Muros, dicta sentencia arbitral sobre los limites de los conventos de Burceña, Estella y Logroño; dicha sen­tencia es confirmada por el capí­tulo general de Gerona en 1481 y se le ordena al comendador de Logroño que respete los derechos aje­nos[17]. Resuelto este problema, el convento de Burceña puede cre­cer y fortificarse como, en efecto, lo hace a lo largó del siglo XVI; de su seno nacerán hijos ilustres en la santidad, la ciencia y el go­bierno[18].

No es propio de este artí­culo alejarnos de los dí­as de la fundación del convento y no lo necesitamos para hallar al fraile más ilustre que de Burceña saliera, a Fray Juan de Zorroza, mártir de los moros en Baza, en 1482, cuando esperaba recursos para completar la reden­ción de cautivos.

Siglos después de su martirio se conservaba en el convento de Burceña el acta de su profesión religiosa o, al menos, el libro de pro­fesiones, hoy perdido.

Por él sabemos que Juan de Zorroza emitió sus votos el domingo 4 de junio de 1433 y en manos del, a la sazón, comendador de Bur­ceña Fray Miguel de Aguirre, bachiller en Teologí­a y comendador perpetuo del dicho convento[19]. Otro dato interesante conservó el libro de profesiones acerca del Padre Aguirre y es que estuvo cin­co años en rehenes en Baza, cuando ésta se hallaba bajo la domina­ción mora[20]; sin que podamos puntualizar si este cautiverio tuvo lugar antes o después de la profesión de Zorroza.

Cómo naciera la afición del joven vástago de los Zorroza a la or­den y convento mercedario, es fácil de comprender. Desde su casa natal, si el arbolado no lo estorbaba, podí­a divisar la torre de Burce­ña y la espadaña de la ermita de la Virgen. Mientras larga distancia separaba a los habitantes de la casa Solar de Zorroza de su iglesia, parroquial de San Vicente de Abando, para llegarse a la iglesita de Burceña bastábales atravesar el rí­o Cadagua. El prestigio de los frayles redentores, cuya misión encajaba tan plenamente en el ambiente, harí­a lo demás. Juan, segundón probablemente de su fa­milia, vio un camino abierto por el que enderezar su vida.

Si hemos de mantener el año 1416 como fecha de su nacimiento tendrí­a quince años al tomar el hábito mercedario en Santa Marí­a de Burceña[21] y dieciséis al hacer su profesión. En 1432 el convento se hallaba aun en su juventud. No habí­a cumplido los cincuenta años de su existencia y se debatí­a en las dificultades del reconocimiento de su autonomí­a.

La comunidad que habitaba en la antigua torre de los Ayala se­ria pequeña. Sus actividades habituales: el culto y la recolección de limosnas para la redención. Es indudable que también atenderí­a es­piritualmente a los habitantes de las cercaní­as. De cuando en cuan­do un acontecimiento extraordinario: la marcha de 103 redentores a tierras de moros[22].

Al emitir sus votos, Juan de Zorroza sabí­a bien la vida que abra­zaba. La entrega a Dios y al prójimo, la redención, posiblemente la cautividad y el martirio. Su vida en la Orden de la Merced pasará al olvido, para nosotros, hasta que llegue el momento culminante de su martirio, al cabo de cincuenta años de vida religiosa. Nada sabe­mos de ellos, pero son la raí­z y el secreto de un final glorioso.

EL DOCUMENTO FUNDACIONAL

1. Su transmisión

1. En el archivo cí­e los Duques de Alba existió este documento, según testimonio del Marqués de Lozoya[23] ¿Era original o copia autorizada o simple? Lozoya, que en otros casos de copias advierte, nada dice.

2. Copia simple, varios siglos posterior, se conserva en el Ar­chivo de la Corona de Aragón (Barcelona)[24] , entre otros papeles procedentes del archivo antiguo de los mercedarios de Barcelona.

3. Lo publicó Fray FRANCISCO DE LEDESMA en su Historia breve de la fundación del convento de la Purissima Concepcion de Marí­a Santissima, llamado comúnmente de Alarcon y del convento de San Fernando, de Religiosas del Real Orden de Nuestra Señora de la Merced, Redención de Cautivos[25].

4. Lo transcribió JUAN RAMON DE 7TURRIZA ZARALA en su Historia General de Vizcaya. De los varios manuscritos que per­sonalmente hizo, aparece en los dos que se han publicado con los apéndices documentales, a saber, el de 1875[26] y el de 1793[27]. Es de notar que mientras en el primero aparece añadido al final -quizás porque hizo la copia después de transcrita parte de la obra-, en el segundo aparece ya en el orden correspondiente. Itu­rriza conoció la obra del Padre Ledesma, al menos la menciona[28].

5. Nuevamente lo transcribe y publica JUAN E. DELMAS en su interesante estudio sobre Las torres de Luchana desde su funda­ción hasta su ruina[29]. LABAYRU reproduce este texto sin modi­ficar ni aun los más manifiestos errores[30].

Analizados los diversos textos llegamos a las siguientes conclusio­nes: a) Las transcripciones de Ledesma, Iturriza y Delmas lo son, directa o indirectamente, de la copia autorizada por el mismo notario que asistió a la donación, Juan Ortiz de Uní§aa, a petición del propio Fr. Lorenzo de Monterrey y por mandato del donante, Fernán Pérez de Ayala, y podemos pensar que en el mismo acto o inmediata­mente después.

b) ITURRIZA advierte que hace su copia de la que se conser­vaba en el archivo de Burceña. LEDESMA nada dice de la suya, pero personalmente o a través de algún hermano en religión puede darse por cierta la misma procedencia. Las diferencias entre ambos,  de escasa monta si prescindimos de alguna omisión, pueden expli­carse por defecto de la nueva transcripción.

c) La transcripción más defectuosa de todas es la de DELMAS, sin que pueda precisarse hasta qué punto la responsabilidad de errores y variantes haya de recaer sobre Delmas o sobre el manus­crito que utilizó. Delmas conocí­a y utilizó la obra de Iturriza en sus estudios; incluso pudo tener entre manos la edición de Fita. Sin embargo, las diferencias ortográficas de su transcripción y otras va­riantes obligan a pensar que el manuscrito base de su edición fue otro que el utilizado por Iturriza, si bien algunas coincidencias su sugerirí­an el influjo de Iturriza en la interpretación. Algunas omisiones -dos en concreto- comunes pudieran deberse también a la existen­cia de otra copia, distinta de la manejada por Ledesma y que fuera la última razón de la coincidencia.

De todas maneras disponemos de material más que suficiente para fijar el texto del documento fundacional. Para darlo hemos tomado por base la transcripción de Iturriza (según la edición de Fita), que se muestra más respetuosa que Ledesma con la ortogra­fí­a; sin que pretendamos dar la ortografí­a original. En las lecciones variantes no se plantea problema especial, pues el contexto del do­cumento obliga en todo; los casos a una opción determinada. Ello no obsta para que, a pie de página, anotemos las variantes que pudieran tener algún interés, aunque a veces se trate de evidentes errores del copista; prescindiremos de las puramente ortográficas que por lo tardí­o de las transcripciones no ofrecen interés alguno. En las notas distinguimos las dos redacciones de la obra de Iturriza; llamamos A a la de  1735, editada por Fita, y B a la de 1793, editada por Rodrí­guez.

2. El texto

Sepan quantos esta carta et donación no rebocable et perpetua para siempre jamas vieren et leieren como yo el conde Fernan Perez[31] de Ayala et en nombre de Pero Lopez mi fijo legitimo et heredero de mi estado fago esta perpetua donación para en todo el tiempo del mundo[32] a bos el devoto religioso el licenciado frai Lorenzo de Monterrei de la orden de Santa Maria de la Merced et comendador, del nuestro monesterio et iglesia que yo obe fecho et edificado en el lugar de Burceña, pueblo de Baracaldo, de las En­cartaciones del Señorio de Vizcaya, por la gran voluntad et devoción que yo  he a la dicha orden de Santa Maria por las muchas et buenas obras pias en que los frailes della se emplean rescatando et sacando de poder de moros e cautiverio a los cristianos que ende estan en gran[33] laceria et[34] peligro de perder la fee santa, pasando como pasan grandes peligros et trabajos por mares et tierras por los librar et rescatar gastando[35] de sus algos et haberes et ende sacando cautivos de esta tierra, provincia et montañas que mas continuo son cautivos por ser mareantes por los mares. Por ende acatando lo suso dicho et para que mejor se puedan emplear en la tan santa obra et se animen los otros buenos cristianos a dar a esta orden para lo suso dicho, os dono et do[36] por mi et mis subcesores del mi estado, en nombre de toda la orden, la[37] mi iglesia que yo obe fecho et edificado para mí­ devocion intitulada Santa Marí­a de Burceña, ribera del brazo de mar et rio caudal Cadaguas llamado, que viene et pasa por la villa de Valmaseda et pasa por las mis torres de Luchana a la mar fasta el puerto de la villa de Portugalete, por las muchas mercedes et beneficios que la Virgen Maria siempre me ha fecho et me face, para que lo haiades et gocedes para siempre et sirvades a la Virgen Maria con todos los privillegios et perdonanzas que yo tengo ganadas de los santos papas Apostolicos et de los venerables obispos de Calaorra et la Calzada para todos los que ende so, enterraren et hi ende estobieren a oir los santos oficios en pro de las animas de los fieles cristianos.

Ansi mismo os dono[38] para en que moredes[39] et bibades bos et los frailes presentes et foturos la mi torre e casa[40] que yo fice et he acerca de la Eglesia con todas sus guertas e tierras et antezanas, bagos[41] et por plantar, dende la casa de Sancho Perez de Tapia fasta la casa de Juan Vrtiz[42] de Burceña mi merino et alcaide de las mis torres de Luchana et Cadahalso et sus tierras et montes et pasaje de tapia et otros bienes et casas foreras que yo he et tengo en la dicha tierra et valles del dicho pueblo et en sus comarcas et sus terminos[43]; et asi mismo haiades por buestro propio suelo et tierra para os sustentar et aprovechar et plantar[44] et sembrar et criar todo el suelo et tierra que esta dende el esquinal de la casa et guerta de Pedro Urtiz de Unsaa mi mayordomo, fasta la mar, derecho abajo por el camino real que viene de Balmaseda a Portogalete fasta el regato encañado[45] nombrado de Mespele­rreca derecho abajo fasta la mar salada et rí­o suso declarado que para por delante de la mi eglesia de Santa Maria de Burceña, et las mis torres de Luchana, con todos sus pastos, herbages, tierras bagas[46], labradas e por labrar, aguas corrientes et estancos, et dehesas et suelos[47] plantados et por plantar con lo demas de ello annejado et a mi tocante en la dicha tierra os dono dende la foxa del monte fasta abajo la piedra del rí­o, para que la haiades et gocedes para siempre para el dicho monesterio et sacar cautibos et para que fagades otros santos sacrificios, et por que roguedes a Dios por mi alma et de mis señores padre et madre que Dios hala, et por el alma de Sancho Perez de Ayala mi hermano que esta ende enterrado en la dicha eglesia con otros de mi casa e linaje; et otrosi os do ende luego los mis paramentos et almalafas et aljubas, et raciles et tapettes[48] para la dicha eglesia et servicios de Dios et  todo el[49] algo que ende mas haia [50] en la dicha mi casa para buestro servicio, para que lo haiades et tengades[51] et poseiades quietamente, et fago esta presente carta de donacion por las razones susodichas, con todas las mejoras, vinculos et fuerzas que al pre­sente se pueden facer et por tiempo futuro facer podrian para que ninguno, nin algunos [del mi estado, casa linaje e descendencia, ni otros algunos quier que sean os lo perturben ni quiten; mas antes si alguno o algunos][52] os contrabinieren o contrallaren a esta mi voluntad et donación que ansi yo bos fago[53] nuestro Señor Jesu­cristo et la Virgen Santa Maria[54] sean, buestros defensores de todo daño, traicion et alebosia et de malos acometimientos[55] de malos homes de sin temor de Dios nuestro Señor et de justicia del mundo, sino que siempre os sean como yo al presente lo so¡ los mí­os subce­sores[56] en buestra defensa y quien lo contrario a esta mi[57] donacion ficiere la maldicion de Dios omnipotente e de Santa Maria su madre et la mia venga sobre el.

Fue fecha esta donacion en el lugar de Burceña, dentro de la casa et torre a cuatro dí­as de mayo del año del nacimiento del nuestro Salvador Jesucristo de mil doscientas e ochenta e cuatro años: a lo qual fueron et se hallaron presentes por testigos de la dicha donación con el dicho señor conde Fernan Perez de Ayala et su fijo Pero Lopez et ante mi el escribano Sancho de Tapia, Ochoa de Burceñá et Joan de Nesana et otros vecinos de dicho pueblo et firmo el dicho señor conde et su fijo[58]. Pero Lopez. -Fernan Perez- Pero Lopez. E fizelo[59] escribir e notar por mandato de dicho señor Conde, Juan Urtiz de Unsaa escribano. Et yo Juan Urt1z de Unsaa, escribano del rey nuestro señor fui notario suyo [e de la merindad e junta de Ayala presente fui a todo lo que][60] de suso dicho es en esta donacion perpetua juntamente con el señor conde Fernan Perez et su fijo Pero Lopez et testigos dj esta donación por­petua e per mandado da dicho soñar conde la fiz escribir et notar a ruego de dicho frai Lorenzo de Monterrei de la dicha orden de la Merced: et por ende en testimonio de lo suso dicho fí­ze[61] aqui este mio signo acostumbrado que es atal. -En testimonio de ver­dad -Juan Urtiz de Unsaa.

3. La fecha

Todas las copias que conocemos del documento fundacional dan la fecha de 1284. Ello nos lleva a pensar que, quizás, esta fecha se hallara ya en la escritura original o por lo menos en una de las primeras copias.

Sin embargo, está ciertamente equivocada. He aquí­ las razones: 1.4 Don Fernán Pérez de Ayala vivió de 1305 a 1385[62] y su hijo Pero López de Ayala de 1333[63] a 1407[64]. En la escritura de Burceña llama Fernán Pérez a Pero López, «mi fixo lexitimo et heredero de mi estado». Ahora bien, Fernán fundó el mayorazgo de Ayala por público instrumento datado a 12 de diciembre de 1373 (era 1411), nombrando sucesor suyo a Pero López[65] y lo confirma en su testamento hecho en Ví­toria a 6 de enero de 1375 (era 1413)[66] 2º El mismo documento fundacional nos dice que dona a los mercedarios su iglesia y monesterio en «Burceña, pueblo de Bara­caldo, en las Encartaciones del Señorí­o de Vizcaya». Ahora bien, en 1357, en el documento fundacional de San Francisco de Bermeo, dice el Señor de Vizcaya, Don Tello: «acordamos de facer vn mo­nesterio de fraires en el nuestro Señorí­o de Vizcaya, por quanto en todo el nuestro Señorio non havia monesterio ninguno de orden de religiosos[67]. Ello excluye claramente la existencia de un convento mercedario de Burceña.

3.4 El documento que nos ocupa menciona al «puerto de la villa de Portugalete». Y Portugalete fue fundada por la Señora de Viz­caya, Doña Marí­a Dí­az de Haro, en 1322[68].

4º La Orden de la Merced celebró el año 1317, en Valencia, un capí­tulo general de trascendental importancia para el futuro de la Orden. Sus actas[69] nos dan a conocer las distintas casas que entonces contaba. Burceña no aparece; prueba inequí­voca de que aún no existí­a[70].

Hemos acumulado todas estas razones que obligan a retrasar al siglo XIV la fundación de Burceña a fin de que se vea claramente que para salvar la fecha de 1284 no basta rastrear entre las genealo­gí­as de los Ayalas, la existencia de un Fernán Pérez de Ayala ante­rior al padre del Canciller. J. E. DELMAS que en su Guí­a histórico descriptiva del viajero en el Señorí­o de Vizcaya (Bilbao, 1865)[71] habí­a dado por buena la corrección de ITURRIZA [72] y admitido la fecha de 1384, volvióse atrás[73]. Pretende que Fernán Pérez de Ayala vivió en el siglo XIII y erróneamente porque los mismos datos familiares de don Fernán que Delmas aduce lo identifican claramente -a pesar de alguna equivocación- con el padre del canciller[74], de quien reconoce que escribió a principios del si­glo XIV, y que fué -y no un imaginario Pedro Pérez- quien en unión de su padre hizo la donación de Burceña. Es extraño que el embrollo cronológico de Delmas lograra ser aceptado por LABA­YRU[75].

Ya ITURRIZA, a fines del siglo XVIII, propuso retrasar un siglo la fecha fundacional[76]. Hoy lo admiten con generalidad los histo­riadores que se han preocupado del problema[77]. El error se expli­carí­a fácilmente suponiendo la omisión inadvertida da una C en la datación de la copia que sirvió de arquetipo a las demás.

 


[1] Fray FRANCISCO DE LEDESMA. Historia breve de la fundación del convento de la Purissima Concepción de Marí­a Santissima, llamado común­mente de Alarcón (Madrid 1709), p. 249.[2] Decimos «siglos ha», pues, en 1300, don Diego López de Haro otorga la carta-puebla a la puebla ya existente de Bilbao, si bien a la sazón parte de la anteiglesia de Begoña. Don Diego dio independencia y ser de villa a Bilbao. íšnicamente en este sentido restringido puede llamársele fun­dador.[3] Carta fundacional del monasterio de Burceña, cuyo texto damos a continuación.

[4] FERNíN Pí‰REZ DE AYALA, írbol de la Casa de Ayala, en J. DE CONTRERAS. Introducción a la biografí­a del Canciller Ayala (Bilbao, 1950), p. 142-3

[5] Ibid. p, 142. Véase cómo narra la muerte LOPE GARCIA DE SALAZAR. Las bienandanxas e fortunas (edí­c. Rodrí­guez Herrero; Bilbao, 1955), p. 254.

[6] Cfr. la continuación de PERO Lí“PEZ DE AYALA al Arbol de la Casa de Ayala. loc. cit. p. 161.

[7] Conf. A. E. DE MAÑARICUA. Santa Marí­a de Begoña en la historia es­piritual de Vizcaya (Bilbao, 1950), p. 131-4.

[8] Sobre estas torres de Luchana cfr. J, E. DELMSA. Bilbao. Cosas de antaño. Las torres de Luchana, desde su fundación hasta su ruina en «Euskal-Erria» 21 (1899) 54-8, 90-3. 140.3, 174-8, 212-7. 234-9. 269-72 y 302-,5. J. DE YBARRA-P. DE GARMENDIA. Torres de Vizcaya 1, (Madrid, 1946), p. 262-6 y lám. 101-2.

[9] PERO Lí“PEZ DE AYALA, loc. Cit. t. p, 143.

[10] Ibid, p. 1918

[11] Murió el 15-X-1385. Cfr. PERO Lí“PEZ DE AYALA, loc. cit. p. 151.

[12] Escritura de fundación del mayorazgo de Ayala, en CONTRERAS. p, 62.

[13] Por el documento fundacional del convento de San Francisco de Bermeo otorgado por Don Tello, señor de Vizcaya, en 1357, sabemos que a la sazón no existí­a convento de frailes en Vizcaya (Cfr. texto en ITURRIZA. Historia general de Vizcaya, edic, Rodrí­guez, Bilbao, 1936, p. 512). No tenemos noticia de que, a pesar de la donación de 1182 (texto en MANARICíšA, la. cit. apén. I), se instalaran monjes premonstratenses en San Juan de Gaztelugach. Por lo que hace a San Agustí­n de Echebarrí­a (Elorrio), está a punto de publicarse en Scriptorium Victoriense, revista del Seminario de Vi­toria, un artí­culo nuestro en que se estudia el problema de si lo ocuparon monjes; los datos que poseemos del siglo XIII parecen demostrar que si en algún tiempo los hubo, en dicho siglo todo se reducí­a a la vida de comunidad de los beneficiados sirvientes.

[14] Vizcaya, Guipúzcoa y Santander

[15] Domus autem de Burcenya sit adnexa domui de Logronyo». Texto en G.VAZQUEZ. La Merced a mediados de los siglos XV y XVI. Documentos inéditos y observaciones (Roma, 1931), p. 50.

[16] Item fuit stabí­litum quod terra de Lepuaca, sit conventus de Lo­gronyo (Ibid. 51l).

[17] G. VíZQUEZ. Manual de Historia de la Orden de Nuestra Señora de la Merced. I (Toledo, 1931), p. 382

[18] G. VíZQUEZ. Breve reseña de loa convento de la Orden de la Meced (Roma, 1932), p. 12.

[19] Cfr. Biblioteca Nacional de Madrid, manuscrito 2.443, fol. 63 r. y G. Henao. Averiguaciones de las antigí¼edades de Cantabria, II (Salamanca. 1891), p, 324.

[20] Biblioteca Nacional de Madrid, manuscrito 2.443. fol. 63 v. Aunque dice Baeza, se refiere a Baza; Baeza hací­a tiempo que habí­a sido recon­quistada.

[21] E. J. DE LABAYRU (Galerí­a de bascongados ilustres en religión, Bil­bao. 1893, p. 19) da como fecha de la toma de hábito, tomada probablemente de los apuntes manuscritos del Padre Lápido, comendador de Burceña a fines del siglo XVIII, el año 1431, lo que conviene con el 1432 de la profesión.

[22] De tres redenciones hechas por los frailes de Burceña en el siglo XIV no ha llegado noticia: la del Padre Aguirre que queda mencionada, la del Padre Zorroza y, en 1495, otra en que Intervino el comendador de este convento y que no puede ser la del Padre Aguirre por la distancia de tiempo (Cfr. VíZQUEZ. Manual, I, p. 396).

[23]CONTRERAS. Obra citada, p. 118.

[24] Monacales, Hacienda, 2676

[25] Madrid, 1709. p. 247-8.

[26] Publicada por F. PITA (Barcelona, 1884), .p. 402-3.

[27] Publicado por A. RODRIGUEZ (Bilbao, 193B), p. 477-9

[28] Cfr. edic. Rodriguez, p. 319.

[29] DELMAS, Loc. cit. p. 91-3.

[30] Historia general del Señorí­o de Bizcaya, II (Bilbao, 1897), p,91-93.

[31] DELMAS :Lopez. Errata indudabbe, pues más abajo aparece repe­tidas veces como  Pérez.

[32] ITURRIZA a: mando. Errata clara

[33] DELMAS: OMITE gran

[34] DELMAS: en.

[35] DELMAS: quitando.

[36] LEDESMA: doto. ITURRIZA A, y DELMAB: todo­

[37] LEDESMA: de la. Introduce la de como consecuencia de doto.

[38] ITURRIZA A: ordono. DELMAS :ordeno.

[39] ITURRIZA A. y DELMAS: morides.

[40] ITURRIZA B.: casas.

[41] DELMAS: baxos,

[42] DELMAS e ITURRIZA A.: Juan Cruz

[43] LEDESMA e ITURRIZA A.: conterminos

[44] LEDESMA: aprovechar de plantí­os

[45] LEDESMA: y cañada

[46] DELMAS: boxas

[47] DELMAS: lechos.

[48] DELMAS : rapetes.

[49] DELMAS: e.

[50] LEDESMA: ay.

[51] DELMAS : suprime et tengades,

[52] Lo incluido entre [] solamente aparece en Ledesma.

[53] DELMAS: Fago en.

[54] LEDESMA omite la mención de N«¢ S. Jesucristo y dice: Fago y a la Virgen.

[55] DELMAS: omite de malos acometimientos

[56] DELMAS: defensores.

[57] DELMAS omite: mi

[58] DELMAS: tio

[59] ITURRIZA A. y DELMAS: fuelo.

[60] Lo incluí­do entre [ ] solamente en Ledesma. DELMAS: su notario suyo de susodicho fice esta donacion perpetua

[61] LEDESMA: fue.

[62] R. DE FLORANES«¢ Vida literaria del canciller mayor de Castilla D. Pe­dro López de Ayala en «Colección de documentos inéditos para la historia de España, tomo 19 (Madrid, 1851), p. 39-43.

[63] CONTRERAS, P. 38.

[64] El 23-XII-1406 viví­a aún, aunque «enfermo echado en una cama en las casas de su morada» en Calahorra, consta de su testamento (CONTRERAS, p.115). Dobió morir poco después, según la continuación anó­nima de la genealogí­a de los Ayala, «en Calahorra en edad de setenta y cinco años (ibid p.155).

[65] Documento en CONTRERAS, p. 61-7

[66] Ibid. p. 76

[67] Texto de ITURRIZA (edic. Rodrí­guez) p. 512

[68] Cfr. la carta-puebla en CIRIQUIAIN-GAIZTARRO. Monografí­a histórica de la Muy Noble Villa y Puerto de Portugalete (Bilbao, 1942), p, 221.

[69] Las publicó G. VAZQUEZ. Actas del capí­tulo general de 1317 cele­brado en Valencia, en que fue elegido maestro general el Ven. Raimundo Albert. Roma, 1929.

[70] Lo hizo observar, en primer lugar, VíZQUEZ. Manual, I, p. 248, nota 1

[71] Pág. 330«¢

[72] Cfr. ITURRIZA (edí­c. RodrIguez), p. 479.

[73] «Euskal-Erria» 21 (1888) 91 y nota, en LABAYRU Historia, II, g 797-8

[74] Compárese la enumeración de los hijos de Fernán Pérez de Ayala que trae Delmas en su nota, con la del propio Canciller en la continuación al ArboI de la Casa de Ayala escrito por su padre (CONTRERAS, p. 147-8).

[75] Historia, II, .p. 250

[76] ITURRIZA (edic. Rodrí­guez), p. 479; cfr. Edic. Fita, p. 403

[77] VAZQUEZ, Manual, I, p. 248 y Breve reseña, p. 12. MAÑARICUA, Santa Marí­a de Begoña, p. 132, nota 51. J. DE ARRIAGA, Los mercedarios de Burceña en «Estudios» (1955) 122.

Escrito por Andrés E. de Mañaricua

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Actualizado el 25 de junio de 2024

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