El nacionalismo en Barakaldo, desde sus inicios hasta la Guerra Civil (V)
Así, desde el 24 de julio, el batzoki de Burtzeña fue el primero en volver a contar con su sección de Emakume Abertzale Batza, cuya presidenta era Lolita de Escobal. En octubre inició las clases de euskera dirigidas a niños, impartidas por el sacerdote Francisco de Errasti, en el salón de la catequesis. Por su parte, Lorenzo de Artamendi (a) Ontzale, ofrecía clases de euskera, para niños y adultos, en el propio batzoki. También se propusieron varios ciclos de conferencias y se escenificaron representaciones teatrales por su grupo “Itxaropena”. El 22 de mayo de 1932 se dispuso del nuevo local en Errekatxo, con la pretensión de dar forma inmediatamente a sus grupos de emakumes, gastetxus y mendigoizales, y en el 13 de agosto se inauguró oficialmente, con la bendición de las banderas del batzoki, de Emakume y de su sección mendigoizale Mendierreka. Retuerto, que tomó el nombre de Juventud Vasca de Retuerto, había convocado a sus simpatizantes en julio para tratar del arrendamiento de nuevos locales, de los que ya dispuso en agosto de 1932. La Sociedad Euskalduna se reconstituyó, y procedió a la elección de cargos con Juan Antonio de Larrazabal como presidente, y anunciaba que pronto iba a disponer de sección de gaztetxus. También se propiciaron una serie de conferencias y se trabajaba en la creación de la Euzko-Ikastola-Batza de la localidad (que no se fundó hasta enero de 1933). En marzo de 1932 convocó a los socios para deliberar sobre la posibilidad de que se construyese un batzoki en Desierto, en el Paseo de los Fueros, proyecto que contaría ya en abril con la aprobación del Ayuntamiento, estableciéndose a nombre de la Sociedad de Instrucción y Recreo, creada al efecto. En octubre se concluyó el tejado, mientras que el frontón de la parte trasera avanzaba al mismo ritmo. Finalmente, la inauguración fue el 6 de noviembre de 1932 con el nombre de Barakaldo ́ko Euzko Batzokija. Contaba con 300 afiliados, cuyo presidente era Rafael de Kareaga; la presidenta de Emakume, con 170 afiliadas, era Encarnación Asua; y el de los gaztetxus Iñaki Murga. El frontón Arrandi-Alde hubo de esperar hasta marzo de 1933 para su inauguración. Este batzoki pretendió ser desde sus comienzos el que congregase, en un único local de referencia, a los barrios de Desierto y San Vicente.
A pesar de ello, la Sociedad Euskalduna siguió manteniendo su sede antigua y su propia junta directiva. Posteriormente, con el fin de oficializar la existencia de batzoki y frontón, se celebraron fiestas, a las que se dio carácter de inaugurales, con actos y festejos que tuvieron lugar en distintos días, desde el 15 de junio al 4 de julio de 1933. El mismo año, el bazkide Julen Barrenetxea comenzó, en este batzoki, a impartir un curso de euskera. La dinámica organización de las emakumes preparó un curso para formar enfermeras, dirigido por los doctores Undabarrena y Obregón, y en noviembre de 1935, inauguraron en sus locales un consultorio gratuito y permanente para los obreros nacionalistas de Solidaridad de Obreros Vascos. Este sindicato, en sus secciones de obreros y empleados, contaba entonces con 410 y 80 afiliados, respectivamente. Su presidente era Luis de Arredondo quien en 1935 fue elegido miembro del Bizkai Buru Batzar. Varios barakaldarras (destacadamente, Zubileta y Langille) aprovecharon esta circunstancia para aclarar, en interesantes artículos periodísticos, las metas de dignificación humana, vasca y de reivindicación obrera de Solidaridad. Por lo que respecta a Juventud Vasca de Barakaldo, ésta se estimaba como la agrupación más potente y dinámica de ANV, organización que, desde enero de 1933, disponía ya de su propio periódico, Tierra Vasca, en el que escribieron numerosos barakaldarras, como los ya citados Andrés Perea –uno de sus más destacados colaboradores e ideólogos- y Antonio Villanueva, junto con los también barakaldarras Manuel de Saratxo, Miren, Severín y Kepatxu. Por su parte, la Eusko-etxea de Burtzeña se fundó en abril de 1931, su presidente era Martín de Retuerto, y en septiembre del mismo año la de Retuerto. Los locales de Juventud estuvieron abiertos a todos los nacionalistas hasta ese mismo mes y año, en el que se izó definitivamente la bandera de ANV. En febrero de 1933 tuvo lugar la in- auguración de la Eusko-etxea de Barakaldo que, de esta forma, llegaba a disponer de tres centros en la anteiglesia. A causa de la gran cantidad de presos vascos detenidos en Larrinaga (139 presos acusados de realizar pintadas y anuncios), los cuales se habían declarado en huelga de hambre, se convocó una huelga general. La jornada, celebrada con éxito, fue seguida por la detención de la directiva de STV y de un tiroteo contra la puerta principal de Juventud Vasca. La policía –eficiente– detuvo a los tiroteados: Eguskiagirre, Berasategi, Gezala, Altolagirre, Alonso, Kauso, Cambó y Zubia, y los locales de ANV fueron clausurados.
El conjunto de centros nacionalistas se concluyó en Barakaldo con el batzoki lutxanatarra, creado por socios de Lutxana y Andikollano que hasta entonces se asociaban con en el de Burtzeña. Contó entre sus socios con Pedro de Elexondo. Se inauguró en 3 de noviembre de 1933 con 150 socios, 100 emakumes, 120 gaztetxus y 20 del mendigoizale Txoko-Barri. El presidente era Antonio de Furundarena. En este momento se contaban 10 locales nacionalistas en Barakaldo: siete del PNV (incluido el de Alonsotegi) y tres de ANV. En agosto de 1933, la Asamblea de Municipios celebrada en Gasteiz aprobó el proyecto de Estatuto para Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. El 5 de noviembre de 1933 se votó con gran triunfo el Estatuto Vasco, que fue apoyado por PNV, ANV y Partido Republicano Radical. En Barakaldo votaron 17.946 electores (el censo era 18.150), de ellos 15.961 en favor del Estatuto, 419 en contra y 92 en blanco. ANV de Barakaldo celebró entonces una asamblea con el propósito de acordar posibles coaliciones para las elecciones futuras, decidiendo, como primera opción, un bloque formado por los tres partidos triunfantes en pro del Estatuto, como segunda opción, si aquella no prosperase, la coalición nacionalista y, en caso de fracasar estas, que ANV se abstuviese en la anteiglesia. Congruente con esta postura, la asamblea general celebrada en Bilbao (16-XI-1933), acordó apoyar la candidatura del PNV en las inmediatas elecciones a diputados a Cortes. El resultado fue un triunfo absoluto nacionalista. A partir de estas fechas, varios acontecimientos se fueron sucediendo de forma vertiginosa: por segunda vez se clausuraron los locales de ANV de Barakaldo y uno de sus afiliados, Hermenegildo Alvariño, murió tiroteado. En el tiempo que se mantuvo la clausura los socios de ANV pudieron contar con todos los locales del PNV, cedidos para que aquellos pudiesen mantener sus reuniones. El periodista y conferenciante Pedro de Basaldua fue detenido y condenado a dos meses y un día de arresto, por un artículo inserto en Jagi-Jagi (16-XII-1933). La siguiente iniciativa nacionalista tuvo como fin la defensa del Concierto Económico en los ayuntamientos, lo que hizo que el gobierno interviniese prohibiendo que las corporaciones eligiesen comisiones con este fin. En Barakaldo, el alcalde republicano, Simón Beltrán, trató de impedir la reunión, pero quince concejales presididos por Miguel Abasolo la llevaron adelante, 4 del Partido Nacionalista, 5 de Acción y 6 socialistas. Los quince fueron detenidos y llevados al Tribunal de Urgencia. Más adelante, y como consecuencia de las prohibiciones y detenciones de concejales que se daban en numerosos pueblos de Bizkaia, dimitieron 16 ediles barakaldarras (los anteriores más otro socialista). Los concejales vascos alzados en defensa del Concierto no volvieron a sus puestos hasta febrero de 1936. En octubre de 1934 tuvo lugar la huelga revolucionaria en España, y se declaró el Estado de Guerra. Aprovechando esta situación, nueva- mente se ordenó la suspensión de los centros nacionalistas; prohibición que se mantuvo durante 7 meses (hasta abril de 1935).
Los dos años previos a la Guerra Civil, fueron escenario de una de las actuaciones más destacadas llevadas a cabo por el nacionalismo barakaldarra. En los primeros meses del año 1934, el Barakaldo ́ko Euzko Batzokia emprendió una campaña de divulgación de las ideas nacionalistas en la Rioja Alavesa (Laguardia, Leza, Alegría-Dulantzi y Lagrán) y en la Ribera de Navarra (Sesma, Lodosa, Mendabia, Lerin y Oltza). Esta campaña tuvo especial dimensión en Navarra, y más concretamente en el pueblo de Sesma, donde Francisco L. de Galarza era la persona de referencia, mientras que en Barakaldo lo era Victor de Elorrieta, secretario del Barakaldo ́ko Euzko Batzokija y presidente de la comisión de propaganda en Navarra y Araba. A Sesma se llegaron a enviar desde Barakaldo decenas de miles de periódicos y semanarios, libros, hojas y folletos así como mapas de Euskadi, banderitas nacionales, etc. Al comienzo, varios mendigoizales barakaldarras realizaron excursiones a pie desde la anteiglesia hasta el pueblo navarro, y poco después se organizaron excursiones en autobuses dispuestos al efecto que llegaron a contar con más de un centenar de animosos propagandistas, los cuales debieron superar todos los inconvenientes que las autoridades navarras intentaron imponerles (multas, prohibición de actos…). Pedro de Basaldua, María Carmen S. de Gamarra, Benito de Areso y Lucía de Ardantza, fueron algunas de las figuras destacadas que intervinieron en sen- dos mítines en favor de los ideales nacionalistas y de la consecución de una fuerte agrupación de “Solidaridad”, que hiciera frente a la política caciquil dominante en aquel territorio. En este sentido, Elorrieta estableció un puente comercial entre ambas localidades que permitiera vender en Bizkaia parte de la producción agrícola sesmatarra.
En febrero de 1935, la Asamblea del Partido Nacionalista Vasco en Iruña, decidió poner de manifiesto el esfuerzo del Barakaldo ́ko Eusko Batzokija y se acordó por unanimidad, haciéndose constar así en acta, el agradecimiento a este batzoki por su meritísima labor en los pueblos de La Ribera. En junio de ese mismo año, aprovechando el Aberri Eguna celebrado en Iruña, se alcanzó uno de los puntos álgidos con el apoteósico recibimiento dispensado en Sesma a unos 70 barakaldarras que acudieron al evento. Desgraciadamente, todo este esfuerzo, que ya había conseguido consolidarse, se vino abajo por causa del alzamiento fascista de 1936. El último de los hitos nacionalistas previos a la guerra tuvo lugar en 9 de julio de 1936 con la celebración de la Gran Fiesta de la Encartación. El 18 los fascistas se rebelaron contra el gobierno legítimo y el 7 de octubre se constituyó el Gobierno de Euskadi/Eusko Jaurlaritza, bajo la presidencia de José Antonio Agirre. Tras unos meses de guerra, el 22 de junio de 1937 las tropas franquistas ocuparon Barakaldo.
Revista K Barakaldo4
Goio Bañales García
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