
Encartaciones de Bizkaia: colonización romana

El pasado día 10 de Junio (2010) nos reunimos un buen número de personas para hablar, de manera distendida, acerca de las Encartaciones de Bizkaia. Como era de esperar, la principal conclusión que sacamos es la de que cada cual tiene su propia visión de esta comarca en función de sus experiencias, sus conocimientos y de sus circunstancias personales, y que, aunque aparentemente existan bastantes discrepancias, este tipo de encuentros son totalmente necesarios.
Parece, y en eso creo que todos estábamos de acuerdo, que para poder revitalizar y dar a conocer este territorio es necesario, en primer lugar, saber de qué estamos hablando cuando nos referimos a «las Encartaciones de Bizkaia» y esta pregunta básica, en apariencia tan sencilla, fue el primer obstáculo con el que nos encontramos. Es decir, nada más empezar el coloquio ya estábamos parados.
Es evidente, a mi modo de ver, que tratar de hallar una definición válida que responda adecuadamente a esa cuestión, si únicamente tenemos en cuenta el momento presente y, tal vez, una serie de ideas más o menos extendidas y preconcebidas, no nos llevará mas que a ese babel de opiniones que, siendo respetables, no aportan nada más que el sentir y el conocimiento personal de cada uno de nosotros/as. Por otro lado, tratar de avanzar en un proyecto encaminado a profundizar en el conocimiento de esta tierra, a potenciar los valores culturales de la comarca e implicar a las nuevas generaciones en la idea de su pertenencia a ella, sin haber dejado resuelto algo tan esencial como definir aquello de lo que estamos hablando, nos llevaría, inevitablemente, al fracaso.
En consecuencia, no veo otra solución mas que acudir a la historia -y a la memoria- para repasar y poner al día lo que sabemos y, a partir de ahí, establecer unas conclusiones básicas con las que empezar a discutir.
Lo lógico sería establecer un guión, siquiera un borrador, trazando las líneas generales que deberían contemplarse en ese estudio. Personalmente, hace tiempo que estoy investigando en los acontecimientos que se dieron en las Encartaciones de Bizkaia a finales de la Edad Media y comienzos de la Moderna; un periodo muy interesante y que ofrece respuesta a muchos interrogantes; pero confieso mi ignorancia –también indiferencia- hacia otras épocas. Por esa razón no me veo capacitado para elaborar ese guión. Sin embargo, aprovechando la circunstancia, Julen y yo hemos comenzado a crear algunos gráficos que, en un momento dado, pueden servir para ese propósito.
El mapa que ilustra este artículo se refiere a un concepto fundamental: el de la territorialidad. Para ello nos alejamos hasta la época de la colonización romana (más adelante intentaremos realizar un mapa sobre la prehistoria), y recurrimos como fuente principal a Ildefonso Gurruchaga, un autor que expuso, a mediados del siglo pasado, una interesante teoría sobre los pueblos que habitaban este territorio y que los historiadores romanos llamaron autrigones, várdulos y caristios. í‰l los agrupaba en un solo pueblo, el de los várdulos, que englobaba a los tres, lo cual permitía resolver las aparentes contradicciones de los textos clásicos de, por ejemplo, Mela y Tolomeo. También hemos intentado llevar al plano algunos topónimos de aquella época extraidos del libro «Guía para la historia del País Vasco, hasta el siglo IX», de Alberto Pérez Laborda, y algunos de los lugares citados en el «itinerario de Antonino». Un pequeño anacronismo: el de los lugares de Sopuerta, Carranza y Vardulia, de la conocida cita de la «Crónica de Alfonso III», que se remontarían a finales del siglo IX.
En el mapa actual de las Encartaciones, la Zona Minera y Margen Izquierda no aparecen, ya que estas son 2 subcomarcas del Gran Bilbao, aunque sí que según dicen la margen izquierda estuvo ligada al Valle de Somorrostro , el cual estaba enclavado en Las Encartaciones, y Barakaldo también perteneció. Además culturalmente, ya he visto yo mapas de Enkarterri, incluyendo además de todos los pueblos del mapa a Barakaldo y a Alonsotegi, los cuales luego se desgregaron de las Encartaciones a través de las Guerras de Bandos.