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La Estación (RENFE) de Barakaldo

La Estación (RENFE) de Barakaldo

La estación de Barakaldo- Desierto es la única de las estaciones originales de segunda categorí­a que se mantiene activa del ferrocarril de Bilbao a Portugalete.

Esta lí­nea, surgió como prolongación de la lí­nea de Bilbao a Tudela, para dar servicio a los pueblos de margen izquierda del Nervión y al puerto de refugio que en aquellos años se proyectaba en el Abra. La concesión del trazado fue otorgada en 1881, a la Compañí­a constructora y explotadora del nuevo ferrocarril, cuyos titulares eran José Marí­a Arteche y el polifacético ingeniero Pablo de Alzola. í‰ste fue quien elaboró el proyecto original, tanto del recorrido que debí­a seguir la lí­nea férrea como de las estaciones, viaductos y demás obras de infraestructuras.

Como estaciones terminales de la lí­nea Bilbao-Portugalete, Pablo de Alzola proyectó dos edificios bien dispares con el afán de integrarlos adecuadamente en la trama urbana de ambas villas. El de Portugalete, un edificio de composición clásica con influencias francesas que encajaba con el entorno residencial y veraniego del Portugalete de la época, y que hace décadas que ha perdido su uso ferroviario acogiendo equipamientos municipales.

La estación de Bilbao en el muelle de La Naja, desaparecida en los años treinta, llevaba una rica decoración de mosaicos de mayólica, frontones calados, tejas y cresterí­as vidriadas con un rico cromatismo que se inspiraba en las estaciones metropolitanas de Nueva York.

La de Barakaldo, se construyó como estación de segunda categorí­a. Como en el resto de la obra, Alzola utiliza sus destrezas profesionales como ingeniero, creando una arquitectura funcional, de economí­a, aunque no exenta de voluntad de integración con la plaza del Desierto, centro neurálgico del municipio, con la que lindaba y próxima a las instalaciones de Altos Hornos de Vizcaya.

En su obra «La estética en las obras públicas», seguramente uno de los primeros ensayos aparecidos en el mundo sobre arte e ingenierí­a, Alzola ya manifestaba la necesidad de compatibilizar los valores técnicos y estéticos de la ingenierí­a y de la arquitectura.

El 19 de marzo de 1888 entraba en funcionamiento la lí­nea entre Bilbao y Desierto, y el 24 de septiembre del mismo año, entre Bilbao y Portugalete.

En 1898 la Revista de Obras Públicas, perteneciente al Cuerpo Nacional de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos reproducí­a la estación en la portada de su número del mes de abril, un evidente signo de reconocimiento de los valores arquitectónicos e ingenieriles de la lí­nea Bilbao-Portugalete y de la estación Desierto en particular. En las primeras décadas del siglo XX la estación fue reformada y ampliada pero siempre de manera respetuosa con el edificio original. Lo que ahora se proyecta es la sustitución de la vieja estación por una nueva, sin ninguna voluntad de integración ni respeto por el valor simbólico que posee para la que ha sido para los baracaldeses puerta de entrada al municipio durante los últimos 120 años de historia.

En la última década tras la desaparición de AHV y el desarrollo del plan Urban-Galindo que en esta zona de Barakaldo viene dirigiendo Bilbao Rí­a 2000, solo las viejas oficinas de AHV, el edificio Ilgner y la estación han perdurado. De hecho, el Plan General de Ordenación Urbana del municipio incluyó la estación en el catálogo de edificios a conservar (conservación de fachada). Además, está incluida en el Inventario Provisional del Patrimonio Industrial y el Centro de Patrimonio Cultural Vasco la considera como un elemento que debe ser protegido.

Sin embargo, ahora el ayuntamiento baracaldés ha decidido descatalogar el edificio para permitir su derribo, tras la petición realizada por Bilbao Rí­a 2000. Esta empresa pública proyecta su desaparición para construir una pasarela sobre el parque de ví­as, sin haber presentado un proyecto alternativo que permita conservar la estación.

Una empresa pública y un ayuntamiento, que deberí­an ser los garantes de la conservación del patrimonio histórico municipal, muestran un nulo respeto al patrimonio, incapaces de asumir que los viejos edificios pueden ser fácilmente adaptados a las nuevas necesidades y sin tener en cuenta las recomendaciones hechas por el Plan Vasco de la Cultura para «Promover las intervenciones de rehabilitación y reutilización de elementos de Patrimonio Industrial convenciendo al sector privado acerca de las posibilidades de rentabilidad económica, además del valor añadido en lo que respecta a la imagen».

Entendemos que la descatalogación patrimonial es un hecho grave y tiene que estar muy motivada y así­ se ha pronunciado además el Ararteko en otras ocasiones. Lo cierto es que este mismo ayuntamiento ya descatalogó el pasado año otro patrimonio protegido y de propiedad municipal. Se trataba de las casas de Orconera, últimos vestigios de lo que fue la primera ciudad jardí­n construida en Euskal Herria y que fue derribada apresuradamente el pasado verano sin que desde entonces se haya acometido ninguna intervención urbaní­stica en el solar que ocupaba.
Al mismo tiempo se derribaban todas las instalaciones del Sefanitro sin que las instituciones hicieran nada por el mantenimiento de algunas de sus instalaciones, verdaderos hitos de la arquitectura moderna española como lo reconocí­a el DOCOMOMO (Documentación y Conservación del Movimiento Moderno en Europa).

Y antes también sucumbió la Central Térmica de Burtzeña, extraordinario testigo arquitectónico de la historia de la electricidad en la mitad norte peninsular.

A esta lista habrí­a que añadir la lamentable desaparición del «kiosko» de la Herriko Plaza, una hipérbole parabólica que mientras era derribada, la obra de su autor, Felix Candela, era reconocida en el Centro Pompidou de Parí­s en una magna exposición sobre las grandes obras de ingenierí­a del siglo XX.

Todas ellas iniciativas bien distintas a las que en toda Europa se ponen actualmente en práctica. Ejemplar es la intervención que lleva a cabo el proyecto 22A en la antigua zona industrial de Barcelona. Allí­ la regeneración urbana propone una nueva ciudad en la que conviven empresas innovadoras, centros de investigación, de formación y de transferencia de tecnologí­a, 4.000 nuevas viviendas de protección oficial, 145.000 m2 de suelo dedicado a equipamientos y la conservación del patrimonio industrial del barrio gracias a la aprobación del Pla de Protecció del Patrimoni Industrial, redactado entre 22@Barcelona y el Ayuntamiento de Barcelona, en el cual se conservan 114 arquitecturas industriales de interés.

Una ciudad «tolerante» capaz de hacer convivir lo viejo y lo nuevo reflejando nuestras necesidades de continuidad, porque los paisajes que se recuerdan, que estuvieron aquí­ antes que nosotros acaban con el carácter extraño de las ciudades de nueva planta, y el apego a los edificios viejos pone de manifiesto nuestra necesidad de permanencia cuando el ritmo de cambio supera la capacidad que tenemos para absorberlo.

4 Comentarios

  1. begoña

    es hora que se ponga interes a la estacion,es una verguenza en el siglo que vivinos ,esa estacion no reune condiciones ,si heres mayor no cuentes cojer el tren porque no hay medios para poder bajar las escaleras si vas cargada no hay ni un triste ascensor,con lo bonito que estan dejando esa zona ,la estacion es tercer mundista

  2. IRENE

    PENOSO QUE UN BARRIO TAN BONITO COMO URBAN TENGA UNA ESTACION VIEJA, Y HORROROSA QUE DA MIEDO METERSE ALLI. NI MONUMENTO NI NADA HAY QUE HACERLA NUEVA

  3. Ezagutu Barakaldo

    Creo, amiga Irene, que debemos distiguir dos cosas: el Edificio de la Estación y la propia Estación. El «Edificio» es un bien cultural municipal debidamente catalogado y, por ello, con ciertas obligaciones de mantenimiento. Cosa diferente (con la estoy totalmente de acuerdo) es que Barakaldo debiera tener una Estación de tren en condiciones. Atentamente.

  4. rafael

    Es una vergí¼enza lo que está ocurriendo en Barakaldo, gran nucleo de cercanias de la margen izquierda. La verdad es que las cosas viejas con ese pensamiento, para qué sirven. Por esa regla de tres no se que hacen aun en pie, la Giralda de Sevilla, o el acueducto de Segovia, si ya no lleva agua, lo podrian tirar y hacer parques. Menos mal que no hay tantos descerebrados, y seguimos pudiendo disfrutar de los mismos. La nueva estacion la deberian hacer moderna como las del AVE

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