Los Aranguren y el primer presidente venezolano
El doctor Cristóbal de Mendoza (Trujillo 23-VI-1772, Caracas 8-II-1829) fue estadista, jurisconsulto, historiador y periodista. Destaca por haber sido el primer presidente de la república de Venezuela en el año 1811.
Fue hijo de Luis Bernardo Hurtado de Mendoza y de doña Gertrudis Eulalia Montilla y Briceño quienes habían contraído matrimonio en Trujillo el año 1764. Sus abuelos paternos fueron José Cristóbal Hurtado de Mendoza y Barreto y íngela María de Varela y Alarcón; los maternos Juan de Montilla Terán y Josefa de Altube y Soto. Precisamente es con esta última con la que se produce el enlace con los Aranguren de Barakaldo.
La relación de los Aranguren establecidos en Mérida en la segunda mitad del siglo XVI, y más concretamente la del capitán Antonio de Aranguren, con los Aranguren de Barakaldo ha sido perfectamente intuida por Roberto Picón-Parra a través de datos circunstanciales que había obtenido en los archivos venezolanos. Claro que, al no tener acceso a los archivos de Bizkaia, le quedaba sin confirmar la suposición. Algo parecido me ocurrió a mí cuando escribí sobre los Aranguren y los Zubileta en el libro «Mayorazgos de Barakaldo» pues, aunque tenía noticia de aquel Antonio de Aranguren y de su hijo Melchor de Aranguren no llegué a sospechar que aquella rama familiar hubiese dejado una descendencia tan numerosa en Venezuela como la que recoge Picón-Parra en su libro sobre los fundadores y primeros pobladores de Mérida (la referencia a este libro va al final de esta página).
Recurriendo a lo que entonces escribí y a lo que con posterioridad he podido conocer, la línea genealógica de los Aranguren y su entronque con el presidente Cristóbal Hurtado de Mendoza podría contarse más o menos así:
A finales del siglo XV Lope Ibáñez de Aranguren poseía la casa-torre de Aranguren y la de Zubileta, cada una de las cuales estaba adscrita a un mayorazgo que se completaba con molinos, ferrerías, caserías y diversos derechos -como, por ejemplo, el del pasaje del barco del lugar de Tapia-. Lope Ibáñez poseía el mayorazgo de Aranguren por herencia de sus antepasados en tanto que el de Zubileta fue aportado por su esposa, de la que desconozco el nombre, aunque se sabe que era hermana de Fernando Ibáñez de Zubileta (1462-1552), y que ambos eran hijos de Sancho de Zubileta, los cuales fueron dueños con anterioridad a ella del solar de Zubileta.
Los dos mayorazgos recayeron en el hijo de los anteriores, Antonio de Aranguren y Zubileta (fallecido en 1584, alcalde de Barakaldo en 1567), quien casó con María Bañes de Beurko, hermana de Sancho de Beurko, quien también había fundado un mayorazgo, el de Beurko-Martiartu.
Este matrimonio otorgó testamento conjunto en el año 1557. En él pedían ser enterrados en el monasterio de Nuestra Señora de la Merced de Burceña, en las sepulturas que allí poseía la casa y torre de Zubileta, en las que estaban enterrados los antes mencionados Sancho y Fernando Ibáñez de Zubileta. En dicho testamento se nombraban como sus hijos e hijas a: fray Juan, Hernando, Sancho Pérez, Antonio, Teresa, María Pérez, María Bañes, ígueda y Marta de Aranguren y Beurco.
Entre otras disposiciones establecieron una por la que desligaban nuevamente los mayorazgos de Aranguren y de Zubileta dejando por heredero del primero a su hijo mayor Hernando, y del segundo a quien viviere de sus hijos varones Sancho Pérez y Antonio, ambos muy pequeños al tiempo que sus padres otorgaron su última voluntad. Supongo que Sancho Pérez murió antes que su hermano Antonio o, en todo caso, sin descendencia, porque en el año 1559 se nombra a Antonio como heredero del mayorazgo de Zubileta y años más tarde le encontramos definitivamente como su dueño. Este Antonio de Aranguren es el que marchó a Venezuela el año 1571 y del que descienden los de su apellido en aquel país. Como vemos, sus apellidos son Aranguren y Beurko, pero el hecho de que recayera en su persona el mayorazgo de Zubileta ocasionó que, en lugar de esta variante, utilizase el compuesto de Aranguren-Zubileta. Esto da también respuesta a la pregunta de porqué alguno de sus descendientes utilizó el apellido compuesto de Aranguren-Subileta -con la letra s- y también el de Aranguren-Beurko.
Antes de centrarnos definitivamente en Antonio de Aranguren-Zubileta, será interesante ver como continuó la sucesión de los que se quedaron en Barakaldo ya que durante un tiempo se mantuvo el contacto entre unos y otros como veremos más adelante.
Al tiempo de ordenar su testamento Mari Bañes de Beurko estaba embarazada y puede suponerse que tal vez muriera a consecuencia del parto porque, unos meses después, a comienzos de 1558, se decía gravemente enferma y consta que un año después, en 1559, ya había fallecido. Su viudo, Antonio de Aranguren, contrajo nuevas nupcias con Hermuco de Yraúregui, que era dueña del mayorazgo de Yraúregui y una de los tres patrones de la anteiglesia de San Vicente de Barakaldo, razón por la que le pertenecía una tercera parte de los diezmos. Era, seguramente, hija de Lope García de Yraúregui que fue dueño de aquel mayorazgo a comienzos del siglo XVI. Fruto de este matrimonio nacieron Antonio y Lope García de Yraúregui Aranguren, quienes antepusieron el apellido materno al paterno al suceder en ellos los vínculos y mayorazgos de Yraúregui.
Como decía antes, al frente del mayorazgo de Aranguren quedó Hernando de Aranguren y Beurko (1541-1622) el cual casó en Castro Urdiales con María Sáez de Ahedo, sin que al parecer quedase descendencia de este matrimonio. En segundas nupcias casó con Francisca de la Bárcena, siendo padres de: Antonio, Hernando, que fue presbítero en San Vicente de Barakaldo, Tomás, Gregorio, Marta, Teresa, casada con Sancho de Uriarte Unsana, y María Bañes de Aranguren y la Bárcena, casada con Pedro de Loredo. Alguno de los hijos de los Aranguren-Bárcena pueden encontrarse en la documentación de Venezuela, como mercaderes, junto a su primo Antonio de Aranguren.
Por su testamento en 27 de agosto de 1622 Hernando de Aranguren nombró su sucesor en el mayorazgo a su hijo mayor Antonio de Aranguren y la Bárcena, quien casó con Marina de Aldekoa. De este matrimonio quedaron dos hijas: I.- María Antonia de Aranguren, que casó con Juan de Sobrado Río, hijo de Juan de Sobrado y Ana María del Río, vecinos de San Julián de Muskiz y de Castro Urdiales. Fueron padres de Fernando y Juana Francisca de Sobrado Aranguren. II.- María Francisca de Aranguren, que heredó el mayorazgo de Aranguren, casada en 1660 con el capitán Juan del Barco Lecue (n. 1630), vecino de Barakaldo y Bilbao. Fueron padres de María Agustina del Barco y Aranguren, bautizada en Bilbao en 1661, quien casó en esta misma villa con Juan de Nobia Salazar, hijo del caballero de Santiago Prudencio Aparicio de Nobia Ugarte y Abendaño y de Juana Francisca de Salazar. Fueron padres, entre otros, de A) Bartolomé José de Nobia y Barco, nacido en 1692, quien casó con Madalena de Arana y Arriola. Fueron padres de Jose Xavier Ramón de Novia Arana, nacido en 1724, a quien encontramos como dueño del mayorazgo y de la torre y solar de Aranguren de Arriba en la documentación de mediados del XVIII. B) María Francisca de Nobia y Barco, quien casó con Jose Antonio de Castaños y Salcedo, de cuyo matrimonio nació Atanasio de Castaños y Nobia, al cual he encontrado citado en el año 1766 como dueño del mayorazgo de Yrauregui, pero aún no he podido comprobar su línea ascendiente para entender porqué entroncó en él el citado mayorazgo. Casó con Maria Josefa de Mariaca Salazar-Allende, natural de Gordexola, nacida en 1726, hija de Lope de Mariaca y Muxica y de María Josefa de Salazar Labarrieta.
La descendencia de esta familia, los Nobia y los Aranguren, -que ha dado a Bizkaia ilustres personajes- es fácil de seguir en el Archivo Eclesiástico.
Dejamos en este punto el mayorazgo de Aranguren y a sus dueños para retomar a Antonio de Aranguren, quien había nacido en torno al año 1550, hijo de Antonio de Aranguren y Zubileta y de María Bañes de Beurko, el cual quedó como heredero del mayorazgo de Zubileta. í‰ste se ausentó de Barakaldo en 1571 para fijar su residencia en Mérida, Nuevo Reino de Granada, en Indias, y durante su ausencia dejó como administrador de sus propiedades a Hernando de Aranguren, su hermano mayor. Se estableció en Mérida, lugar en el que figura como alcalde ordinario en 1589, junto con Gonzalo de Abendaño. Contrajo matrimonio con Isabel Pérez de los Reyes -también conocida como Isabel Pérez del Basto– en la que tuvo los siguientes hijos e hijas: I.- Antonio de Aranguren «el mozo», quien casó con María de Trejo, con los cuales seguiremos más adelante. II.- Melchor Pérez de Aranguren, nacido en 1586, quien, como veremos, dejó descendencia en Bizkaia. III.-Tomás de Aranguren, que casó con Juana Becerra de la Parra, hija de Juan García de la Parra, uno de los primeros conquistadores, y Juana Becerra Ponce. IV.- Ana de Aranguren, que casó en 1620 con el capitán Alonso Ruiz Valero, con numerosa descendencia. V.- Isabel de Aranguren, que casó con Juan Sánchez Ososrio, también con abundante descendencia. VI.- Dionisia de Aranguren, soltera.
En 1613 llegó a Barakaldo, proveniente de las Indias, Melchor Pérez de Aranguren para hacerse cargo de la herencia de su padre. Sin embargo, Hernando de Aranguren, su tío, se resistió a entregarle las propiedades alegando que los funerales por Antonio de Aranguren, el viejo, los había costeado únicamente él, y que las exequias se hicieron teniendo en cuenta la posición social de que gozaba como dueño de tres mayorazgos lo que supuso un desembolso enorme. Por otro lado decía que las paredes y los andamios de la torre de Zubileta se habían reparado a su costa después de que los hubiesen derrocado las inundaciones. Finalmente sostenía que se vio obligado a vender parte del patrimonio de su hermano para cubrir ciertos gastos y que, en consecuencia, vendió a la villa de Bilbao las heredades de Castrejana con lo que liquidó 1500 reales de deudas impagadas que tenía Antonio. Añadía a lo anterior que se vio en la necesidad de reparar la aceña que los Zubileta tenían en Sodupe para dejársela a Catalina de la Aya con quien Antonio de Aranguren había tenido una hija natural antes de partir a Indias, llamada Antonia, para que ambas se sustentasen con el producto de su renta.
Ante semejante perspectiva Melchor de Aranguren se contentó, momentáneamente, con pedir permiso a su tío para ocupar durante un tiempo la torre de Zubileta diciéndole que después marcharía a Sevilla y que se la dejaría libremente; pero. una vez obtenido el permiso, Melchor inició rápidamente los trámites para denunciar la situación ante el Teniente de Corregidor. Algún tiempo despues se dictó sentencia por la que los bienes en litigio deberían ser entregados a Melchor de Aranguren aunque sin muebles y costeando la parte que le correspondía en los gastos realizados por su tío. De todas estas actuaciones hay constancia en el Archivo Foral de Bizkaia, Legajo 1717-6.
Melchor de Aranguren casó con María Pérez de Santurce, hija de Mateo de Santurce y Mariana de Anuncibay, vecinos de Portugalete, de cuyas nupcias nació Jacinta de Aranguren que contrajo matrimonio en primeras nupcias con Santos de Gebara, y en segundas con Sebastián de Uriarte, siendo padres de Mariana de Aranguren y Uriarte, quien murió estando casada en Bilbao sin dejar sucesión.
Aunque Melchor de Aranguren permaneció poco tiempo en Bizkaia y volvió nuevamente a Indias, en el interín fue nombrado Regidor del Señorío de Vizcaya.
En 1616 fue bautizado en San Vicente de Bilbao Mateo de Aranguren Salazar, hijo natural de Melchor de Aranguren e Isabel de Salazar.
En el Archivo Foral de Bizkaia existe otro pleito (Leg. 603-12) mantenido en el año 1721 por la villa de Bilbao contra Fernando de Sobrado Aranguren a causa de que éste estaba construyendo un molino en el paraje de Zubileta, en terreno de su mayorazgo, junto al río y frontero a un cañaveral sito en la margen opuesta del río, en Zorroza llamado Esquerribay, que también era del mayorazgo y sobre el que Bilbao decía tener jurisdicción, además de sobre la ría y sus márgenes. Sobrado alegó que la presa ya estaba hecha y presta para recibir el agua y que se hallaba en suelos de su mayorazgo. Precisamente los datos aportados por Sobrado nos permiten conocer cómo recayeron en él las propiedades y vínculos de los Zubileta. Se apuntaba que a Antonio de Aranguren y María Ibañes de Beurco les heredó su hijo Antonio de Aranguren, quien casó con Isabel de Perea (sic) y que por su ausencia en Indias lo tuvo su hijo Melchor de Aranguren. Este casó con María Pérez de Santurce y fueron padres de Jacinta de Aranguren quien fue madre de Mariana de Aranguren la cual falleció sin dejar descendencia, datos que ya hemos visto reflejados más arriba. Por esta razón las propiedades pasaron -el año 1679- a poder de Juan de Sobrado y Río y su mujer Maria Antonia de Aranguren y después a su hijo Fernando de Sobrado Aranguren. También se menciona que el mayorazgo estaba compuesto fundamentalmente por la torre de Zubileta, con su campo y circuito en torno a ella; la ferrería tiradera o rayera con su presa y calces, que había sido rehecha tras la riada del año 82 que la destruyó; los cañaverales a la orilla del río; la casilla que servía como rentería; la casería de Larrazabal y el derecho de pasaje del barco de Tapia.
En el Archivo Histórico, entre los registros del escribano Juan Angel de Zuazo, se encuentra un asiento correspondiente al año 1719 en el que se cita a la casa y torre de Zubileta como propiedad de Fernando de Sobrado y Aranguren, vecino de Barakaldo, quien se hallaba casado con Teresa de Ydadilla (o Edilla), hija de Antonio de Ydadilla y Teresa de Aguirre.
En otro documento que se halla en el Archivo Foral se describe la ascendencia de los Sobrado y sus enlaces con los Anuncibay de Barakaldo, Llarena (o Llerena), Río, Herrera y otras influyentes familias de Somorrostro. Por lo que al hilo argumental que vengo manteniendo respecta, y dado que de todos ellos habrá tiempo de escribir, baste decir que se recogen como hijos de Fernando de Sobrado y Teresa de Ydadilla a I.- Juan José de Sobrado Aranguren, su heredero, que casó en 1735 con Josefa de Urquiza, hija de Francisco de Urquiza y Juana de Ganzabal, naturales de Arrigorriaga y Abando respectivamente. Fueron padres de Jose Antonio Nicolás Ramos de Sobrado, nacido en 1736, el cual casó con Teresa de Echavarri y Beurco, hija de Francisco Antonio de Echavarri y Zabala y de Josefa de Beurco-Larrea y Sarria, descendiente, por lo tanto, de linajes que pueden reconocerse entre los más influyentes de Barakaldo; fueron vecinos de Balmaseda. De este matrimonio nació Maria Cruz de Sobrado Echavarri, que casó con Joaquín Castaño Lexarza, y fueron vecinos de Gordexola. Y posiblemente -guiándome por las páginas del A. Eclesiástico de Bizkaia– también fueron padres de Serafina Sobrado Echavarri, casada con Lorenzo Abasolo Emaldi, y fueron vecinos de Barakaldo. 2.- Francisca Isabel de Sobrado e Ydadilla quien se hallaba casada con Juan Antonio de Mujica y Butrón, vecino de Plentzia. 3. Juan José Félix de Sobrado e Ydadilla, nacido en 1698. 3.- Sebastián José de Sobrado, nacido en 1697. 4.- Manuel Ventura de Sobrado, nacido en 1694.
Queda dicho que Antonio de Aranguren, el mozo, casó con María de Trejo. De este matrimonio nacieron María Jerónima, Marco Antonio (n. 1631); Carlos, que fue presbítero; Francisca (n. 1636); Catalina, que profesó monja; Leocadia, que casó con el capitán Juan de Urbina; María, que casó con José Rodríguez Melo, natural de la villa de la Guía, en Canarias, y el capitán Fernando de Aranguren-Subileta (n. 1637), quien sucedió a su padre en la encomienda de Curay y Ticoporo en Barinas, casó con Magdalena de la Plaza y Rojas sin dejar descendencia.
Podría extenderme con casi todos los anteriores pues existen numerosas informaciones de sus méritos en el Archivo de Indias, normalmente como conquistadores y encomenderos. Sin embargo me limitaré a la sucesión de María de Aranguren y de José Rodríguez Melo, para enlazarlos con su descendiente, el presidente Cristóbal Hurtado de Mendoza.
De aquel matrimonio nacieron el capitán Manuel Rodríguez Aranguren y María y Francisca Rodríguez Aranguren. Esta última casó con Sebastián de Soto Rondón, en quien hubo a Francisca de Soto, quien contrajo matrimonio con Miguel de Altube y Bedoya. Fueron padres de Josefa de Altube, mujer de Juan de Montilla Terán. Estos fueron padres de Antonio Montilla Altube, que casó con Regina Briceño Toro, de cuyo enlace nació Gertrudis Eulalia de Montilla y Briceño, quien en su matrimonio con Luis Bernardo Hurtado de Mendoza hubo al ya referido presidente Cristóbal Hurtado de Mendoza, quien nació en Trujillo el 23 de junio del año 1772.
Como dato anecdótico cabe apuntar que el mismo Cristóbal Hurtado de Mendoza se encargó de investigar y recuperar su genealogía.
Gregorio Bañales
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