Los «linajes» y «bandos» en Barakaldo
Uno de los aspectos cruciales para entender la sociedad vasca, en general, y barakaldesa, en particular, durante los siglos XIV y XV es la llamada «guerra de bandos». Durante estos dos siglos las gentes se vieron envueltas en una serie de escaramuzas, más o menos violentas, con grandes repercusiones en la economía, sociedad y evolución política. De hecho, todo el territorio, de una u otra forma, se vio mezclado en estos conflictos y quedó adscrito a uno de los dos grandes bandos: el oñacino o el gamboino (en Navarra serán los agramonteses y beaumonteses)..
La base del «bando» es el «linaje». El linaje agrupaba a una extensa comunidad de gente, ligada por elementos diversos, pero sobre todo por lazos de sangre. Un conjunto de linajes (no siempre relacionados entre sí por lazos de parentesco) formaba el bando. Al frente de cada bando había un jefe, llamado «pariente mayor» (jauntxo) que normalmente disfrutaba de una posición económica y social más elevada (poseedor de la «torre») que el resto y se responsabilizaba de proteger al resto de su gente.
En Bizkaia los linajes más significativos entre los Gamboinos fueron los Abendaño y los Salazar (valle de Arratia, las Encartaciones y la margen derecha de la ría de Guernica), en tanto que fueron Oñacinos los Butrón y los Mújica (Guernica, Busturia y margen derecha del Nervión). Destaquemos a los Salazar por la importancia que tienen en toda la margen izquierda y, por tanto en Barakaldo. El castillo de Muñatones (Musquiz), la torre de los Salazar (Portugalete), las ferrerías de El Pobal (Musquiz) y Urdandeguieta (Galdames) … nos muestran su poderío.
En Barakaldo los más famosos linajes (descendientes de los «fundadores» de la iglesia de San Vicente) fueron los Retuerto y Muñatones (del bando de los oñacinos) y los Marroquín, Susunaga e Iraúregui (del bando de los gamboinos) aunque en ocasiones se pasaban de bando, según las conveniencias. A cada uno de estos linajes tendríamos que añadir otros menos importantes o secundarios como los Beurko, Aguirre, Larrea, Careaga … que, de una u otra manera, se verían involucrados en los numerosos conflictos que se desarrollaron en la anteiglesia. De todos ellos tenemos abundantes noticias en las «Bienandanzas y Fortunas» de García de Salazar.
Mitxel Olabuenaga
Una duda acerca de este tema: ¿es cierto que en la guerra de bandos a los perdedores se les cortaba el tejado de la casa torre?