Patrimonio del entorno del Nervión
EN un relato de la Ría no puede obviarse el tramo final de 1.000 metros del Kadagua, desde el antiguo puente del ferrocarril en Burtzeña hasta su fusión en la Ría. Constituye un pequeño pero intenso paraje en el barrio de Lutxana de interesante contenido patrimonial menos conocido por su emplazamiento de remota accesibilidad y al ser apenas navegable.
El puente, construido por la Sociedad del Ferrocarril a Portugalete, actualmente en desuso, es una interesante estructura metálica de hierro laminado en celosía muy densa proyectada en 1885 por el notable ingeniero Pablo Alzola Minondo. Inicialmente eran dos viaductos, para cada una de las vías, de 65 m. de longitud y de 5,40 m. de altura apoyados sobre estribos de sillería. A instancias de la Asociación Vasca del Patrimonio Industrial y Obra Pública a través de Eusko Jaurlaritza se paralizó el derribo de uno de ellos en junio de 1995. Actual y afortunadamente está catalogado como Bien Cultural.
Muy próxima, en la margen izquierda se encuentra una explanada. Es la desgraciada consecuencia de la total demolición de lo que fue, hasta noviembre de 2004, la Central Térmica de Iberduero. Construida en Burtzeña en 1907 por acuerdo entre Sociedad Hidroeléctrica Ibérica y la Sociedad de Tranvías y Electricidad de Bilbao. Sus instalaciones de acuerdo a progresivos avances técnicos en función de una creciente demanda, implicaban nuevos edificios que respondiendo a la racionalidad de la arquitectura industrial y su monumentalismo dimensional aportaron la belleza de su simplicidad formal. Se construyeron en fases diversas.
Entre 1925 y 1927 por el arquitecto Federico Ugalde evolución del estilo racional de arquitectura industrial; hubo otra intervención en los años 40 y finalmente la última adecuación entre 1954-55 por el arquitecto Francisco Hurtado de Saracho, eliminando la primera.
Era una arquitectura sobria adaptada a la funcionalidad del proceso industrial resuelta con volúmenes concisos y simplificación compositiva con ventanales alargados, verticales u horizontales, de vidrios blancos insertados en paramentos de ladrillo rojo.
Este complejo industrial fue considerado como una de las 21 mejores arquitecturas industriales de Euskal Herria en la selección hecha en 2002 que incluía toda la península ibérica y publicada en La arquitectura de la industria, 1925-1965, registro correspondiente al Movimiento Moderno.
A continuación permanece en bastante abandono, lo que fue Astilleros del Cadagua. Tuvo dos gradas. Actualmente se mantiene el interesante edificio original y una actividad, opuesta a la inicial, de la empresa Desguaces Industriales y Navales, como cementerio naval.
Al lado se encuentran las naves de Ercros. De autor desconocido construidas entre 1909-1912 por la Sociedad General de Industria y Comercio. En los años ochenta entró
en Fertilizantes Españoles perteneciente al grupo Ercros en cuyo ámbito se cerró definitivamente en 1992. Poseía un muelle propio para la descarga de fosfatos procedentes del Sahara Occidental que depositaba y transformaba en sus instalaciones. Es un gran almacén de unos 10.000 m2 compuesto por diez crujías de 13 x 80 m., ocho de ellas originales, cada una constituida por 16 pórticos y dos más añadidas en 1932. Debido a la poca consistencia del terreno junto al río y por la naturaleza de los materiales almacenados, fosfatos, se construyó con todos los elementos estructurales, postes, cerchas, tornapuntas y linterna de madera de pino-tea. De impresionante espacialidad y una gran infinitud, es a su vez delicada y frágil visualmente visualmente. Una de las mejores construcciones en madera de todo el Estado. Actualmente se utiliza como almacén.
Está catalogada como Bien Cultural. Aunque no está en el borde fluvial, por su importante vinculación a este espacio industrial debe recordarse la estación de Lutxana. Construida en 1902 como terminal del ferrocarril de La Robla se utilizó simultáneamente para la línea del tren de Portugalete. Creado por iniciativa de la burguesía vasca y conocido como «el hullero» provenía desde León a 340 km. El más largo de vía estrecha de Europa, en un trazado completamente transversal que parte de seis metros de altura en Lutxana y llega a más de mil en la Cruz de Guardo (Palencia) para traer carbón de las minas leonesas y palentinas a Bilbao y también viajeros desde 1937. Tardaba 12 horas. Inicialmente en 1864, la línea era La Robla-Balmaseda y desde 1902 directo hasta AHV y muelles.
De nuevo en la margen izquierda de la Ría, principalmente a partir de 1871 en este tramo se instalaron grandes empresas mineras filiales de fábricas siderúrgicas inglesas
Inglesas que construyeron, especialmente desde el final de la 2º guerra carlista en 1876, los «dropps», cargaderos del mineral de hierro proveniente de la cercana zona minera con destino a la exportación. Situados perpendiculares a la Ría de concepción palafítica, introducidos en el cauce, con estructura de pilares y vigas de madera de pino tea creosotada arriostradas que resistirán perfectamente la acción de las mareas, agua dulce y salada. Son unos entramados que sostienen un castillete por donde se
vertía el mineral que llegaba en ferrocarriles mineros. A lo largo de la Ría hubo hasta 23 que tuvieron que espaciarse y modificarse para poder acoger a buques cada vez más grandes. Representan el valor evocativo de la ruina como sitio histórico, señalando un lugar memorable. El cargadero es el autentico monumento a la riqueza de Bilbao. Aquí se despedía el «oro rojizo de Bizkaia». Actualmente solo quedan dos. El primero de The Orconera Iron Ore & Railway Company, obtuvo en 1875 la concesión para la construcción de un muelle propio de 464 m., cinco cargaderos y un ramal de ferrocarril hasta la fábrica de Nª Sra. del Carmen. El mineral provenía desde las minas de Matamoros, en un recorrido de 18,9 km de ferrocarril de vía estrecha. Su construcción se atribuye al ingeniero William Gill y fueron inaugurados en 1877. Se conserva en bastante buen estado el nº5. Al otro lado del Puente de Rontegi se encuentra el cargadero de la Société Franco-Belge des Mines de Somorrostro. A esta compañía se le concedió en 1877 un muelle de atraque de 260 m. frente a Erreketa. Finalizados el 3 de mayo de 1886 junto con el ferrocarril según proyecto del ingeniero
Agapito Marco Medina. Tuvo tres y se conserva sólo el nº 3 que fue remodelado para convertirlo en una terraza sobre la Ría reinaugurado el 16 de octubre de 2002. Un poco más retirada del frente fluvial pero con total percepción surge una de las más apoteósica estampas de paisaje industrial.
Sefanitro, Sociedad Española de Fabricaciones Nitrogenadas. Fundada en 1941 por las necesidades de fertilizantes nitrogenados para aumentar las cosechas agrícolas. Construida en terrenos de gran extensión 194.123 m2 alquilados por AHV, empezó su actividad en 1950. Además de muelle de atraque y un bello cargadero de hormigón armado que cruza la carretera y la línea del ferrocarril, tiene un ramal del mismo hasta el interior de la fábrica, ya sin uso. Es un extenso recinto concebido como ciudad-fábrica en un ordenado entramado de calles internas con una arquitectura moderna de excelente calidad con edificios administrativos, laboratorios, almacenes y silos construidos entre 1943-47. Proyectado por el notable arquitecto Germán Aguirre combinando la impresionante y sobria belleza de las grandes construcciones de hormigón, con las arquitecturas de ladrillo rojo amenizadas incluso con murales pictóricos en sus fachadas, sobresaliendo por su altura y potencia iconográfica las esbeltísimas torres de absorción. Es otra de las fábricas de Euskal Herria seleccionadas en el citado libro. Actualmente pertenece al grupo Fertiberia y está siendo objeto de una operación urbanística que implica su destrucción total despreciando todos sus valores formales, simbólicos e incluso los más elementales criterios medioambientales de reutilización de edificios e instalaciones industriales. Una incomprensible barbaridad cultural.
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