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El Mayorazgo de Coscojales

El Mayorazgo de Coscojales

EN PORTUGALETE Y BARACALDO

1. Memorial de propiedades'»

 

En Portugalete y su entorno:

– Las casas «principales», de alto abajo, sitas en la calle Coscojales de Portugalete.

– Las casas de «las carnicerí­as», sitas en la calle Santa Marí­a.

– Una bodega en el cantón que va de la calle Coscojales a la de Medio, donde suelen estar las panaderas, que está debajo de las casas de Francisca de la Renterí­a, viuda.

– Unas casas en las «adoberí­as», sitas en la Ribera de esta villa, que lindan con casas y adoberí­as de Juan de Vallecilla Ugarte.

– Unas casas en el término llamado Castill, con su huerta cercada de paredes pegante a la casa, que se compró a Gregorio de Ugarte y Martí­n Urtí­z de Larrea. Sus campas llevan por la hondonada al camino de Repélega y por el lado izquierdo lindan al camino Real que va de la villa a Cesto, y por la cabecera a heredades de Yñigo de Coscojales, y el otro lado del camino a heredades de doña Teresa de Ugarte, nieta del capitán Ugarte.

Dos viñas en Coscojales que lindan a vecinos de Portugalete.

– Una heredad que Antón de Coscojales tomó por deuda al licenciado Montaño y su madre, sita en el Cueto.

– Una huerta cerrada de paredes en Pando, que linda por la hondonada al camino Real que va de Portugalete al Balle y por un lado a viñas de herederos del capitán Juan de Montellano.

Una huerta cerrada de paredes junto a la iglesia mayor de Portugalete, que linda a la hondonada a dicha iglesia y por otro lado el callejón o estrada que va de dicha iglesia al camino del carro y por otro lado a huertas de doña Teresa de Ugarte.

Una bodeguilla en la calle Coscojales, donde solí­a vivir Pedro de Palacios y ahora vive Bonilla de Amor, su mujer, que crió a Antón Pérez de Coscojales.

– La mitad de la aceña de Bañales, sita en el concejo de San Salvador del Valle, en el rí­o Granada, con la mitad del manzanal. La otra mitad es de herederos del capitán Juan de Montellano

– Cuatro anegas de trigo de renta en la aceña del Muente, en Somorrostro, nombrada La Barrieta.

– Una bodeguilla en el callejón oscuro, debajo de las casas de herederos de Sancho de Ugarte, enfrente de las casas principales de Antón Pérez de Coscojales.

– Unos «higares» en Mamariga, que los tiene la viuda de Ygareda.

 

En Baracaldo:

– La torre y casa de Yrauregui, con su huerta cerrada de paredes.

La herrerí­a mayor y menor, con su presa, calces, horno y rementera, todo debajo de una cumbre, en el dicho lugar de Yrauregui, menos un ochavo, propiedad de herederos de Sancho de Beurco, y que al presente goza Antón conforme al fuero de las Encartaciones por haberlas rehecho tras la ruina de la creciente de las aguas del año 82.

Un molino de tres ruedas sobre los calces de la herrerí­a, menos una cuarta parte que es de herederos de Sancho de Beurco.

– Una iglesia en Yrauregui, que se reedificó en las ruinas de la que se llevó el rí­o en el año 1582.

– Otra iglesia comenzada a edificar y donde se ha de trasladar la iglesia sobredicha.

– Una casa que se edificó para el clérigo de dicha iglesia.

– Un suelo para edificar un hospital en Yrauregui, donde Antón Pérez de Coscojales lo levantó en tiempos pasados y fue arruinado por la creciente del rí­o.

– Una casa en Yrauregui, con su manzanal, que linda con casa de Juan de Balle y por otro con casa de Martí­n de Yrauregui, que al presente posee dicho Antón Pérez.

– Una casa en que vive Juan de Balle, por deudas de Juan Pérez de Bedia y Sánchez de Yrauregui, su mujer.

Otra casa por deudas de Martí­n de Yrauregui y sus hijos. Que están esta casa y las dos anteriores frontadas con el calce de la herrerí­a.

– Una casa con heredades en Samunde, que Antón compró de la mujer e hijos de Martí­n de Leí‡ama, vecino de Camunde.

– Cierta parte de casa en Sarachu, junto con Teresa, la mujer del rico de Lazcano.

Los manzanos en la Casanueva y en el Manzanal. Numerosos montes en Yrauregui y sus alrededores.

En la villa de Valmaseda:

Un martinete de labrar calderas, llamado la Mimbrera. – Un martinete de labrar cortela para zapateros.

Una rueda de molino entre ambos martinetes.

– Unos molinos donde dicen San Sebastián.

– Una huerta junto a los molinos.

– La dehesa grande que llaman Balbuena.

Otra dehesa en la Fontanilla.

 

En otros lugares:

– Derechos de prebostad de Bilbao.

– La escribaní­a del número de Bilbao comprada a Pedro de Larrea. – La casa del Arenal de Bilbao.

– El molino de Lascao, en Alonsotegui, jurisdicción de Arrigorriaga.

– 5.015 maravedies de juro perpetuo sobre los diezmos de la mar en Laredo, por privilegio logrado por Antón Pérez de Coscojales, el viejo.

– 10.997 maravedies de juro anual en Laredo, comprado por Antón Pérez de Coscojales, el viejo.

1.500 maravedies de juro perpetuo sobre los diezmos de Balmaseda. – 12.000 maravedies de juro anual sobre la villa de Castro, comprados por Antón Pérez de Coscojales y Recalde.

– 65.428 maravedies de juro por las villas de Laredo y Castro comprados por Antón Pérez de Coscojales y Recalde.

– El derecho, comprado por Antón Pérez, el viejo, de que los dueños de la casa de Coscojales pudiesen pasar libremente por el pasaje de Tapia.

– El derecho de pasar libremente por los montes yesados de la anteiglesia de Arrigorriaga.

– La capilla de Portugalete.

– Varios censos con las rentas que producí­an (entre ellos destaca especialmente uno por valor de 233.800 maravedies contra los bienes de Martí­n de Yrauregui Sasí­a y Marí­a Sáez de Aranguren, su mujer).

2. Propietarios

Es bien poco lo que sabemos acerca del origen de los Coscojales. Hay quienes apuntan que son oriundos del lugar de Yrauregui, en Baracaldo, y quienes los hacen originarios de la villa de Portugalete. Tampoco podemos olvidarnos de que existe un lugar llamado Coscojales en Santurce. Con lo que los lugares posibles se amplí­an a tres. Pero tanto Baracaldo como Santurce quedan descartados, al menos en lo referente a la rama principal del linaje, por cuanto ellos mismos citan como su casa solar, u original, la de la calle Coscojales en Portugalete.

La idea que nos parece más razonable, y que trataremos de ampliar a continuación, es que los Coscojales aparecen a mediados del siglo XV en la villa de Portugalete como una rama de los Salazar, y que no es hasta bastante entrado el siglo XVI cuando deciden trasladar a Yrauregui y sus alrededores el centro de sus intereses, aunque, paradójicamente, es entonces cuando mayor fuerza y representación cobran en la villa.

Para empezar nos sorprende, cuando menos, que el cronista Lope Garcí­a de Salazar no cite a los Coscojales al escribir acerca de los linajes de Baracaldo, Somorrostro y Portugalete, o que al hacer una relación de los sucesos y luchas habidos en la Encartación no conste algún miembro de esta familia en ninguno de los capí­tulos de «Las Bienandanzas e Fortunas», y todo ello a pesar de que el primer Coscojales del que tenemos noticias era ya coetáneo suyo y además vecino de la villa de Portugalete.

Quizás Lope Garcí­a de Salazar los mencione implí­citamente cuando dice que Juan Pérez de Salazar, su hermano, se avecindó en la villa de Portugalete donde «… ovo fijos vastardos e fijos…», pero sin citar sus nombres.

Avalarí­a esta hipótesis la coincidencia en el tiempo, el análisis del escudo de Coscojales, el hecho de que sus «casas principales», o solar, estuviera radica+) en la propia villa y otros detalles que apuntaremos a continuación.

Coincidencia en el tiempo porque Antón Pérez de Coscojales, el primero de este nombre, podrí­a situarse en el Portugalete de mediados del siglo XV, tiempo en el que vivió el cronista y, lógicamente, su hermano Juan Pérez de Salazar.

Aclara más la situación el hecho de que el escudo de armas de Coscojales esté compuesto por dos cuarteles, el primero con las armas de Salazar y »Matones, el segundo con las de Martiartu. Es evidente, por lo tanto, que en su origen descienden de los Salazares de quienes tomaron el distintivo. El segundo cuartel se explica por sí­ solo por cuanto el Antón Pérez de Coscojales citado anteriormente estaba casado con doña Marí­a Pérez de Martiartu.

También es significativo que los Coscojales siempre nombrasen por su casa principal «las casas de alto abajo de la calle Coscojales de Portugalete» y no la torre que tení­an en Yrauregui, con lo que se apuntala la idea de que su solar debió ser la propia villa donde se habí­a avecindado Juan Pérez de Salazar.

Por otro lado cabe recordar que ciertas costumbres estaban muy arraigadas en Vizcaya – y por lo tanto en la Encartación – como la de cambiar el apellido, la de que cada familia se abonase a dos o tres nombres que repetí­a generación tras generación, o la de añadir al nombre un Sáez, un Pérez o similar que también se repetí­an en una y otra generación. Es este el caso que nos ocupa, donde del Juan «Pérez» de Salazar bien se pudo pasar al Antón «Pérez» de Coscojales.

El año 1609 un vecino de Portugalete, llamado Pedro de Rasines, crea mayorazgo en la persona de su hijo mayor. Entre otros bienes cita las casas en que vive » que fueron de Juan de Salazar y compré de Antón de Recalde y Coscojales…». Sin embargo nos quedamos sin saber si estas son las casas de Coscojales y si el Juan de Salazar a quien menciona es el Juan Pérez de Salazar que nosotros citamos.

Con todo, lo que aquí­ dejamos apuntado, no deja de ser una mera hipótesis, basada en algunas coincidencias, aunque sin ningún dato concreto que nos avale en la idea de que los Coscojales fuesen en su origen naturales de la calle del mismo nombre en villa de Portugalete y descendientes de Juan Pérez de Salazar.

Al principio la representación de los Coscojales en el gobierno de la villa no deja de ser semejante a la de cualquier otro vecino de una relativa buena posición social y económica, pero nada comparable a la que alcanzarí­an unas décadas más tarde. Incluso la casa que tení­an en la villa, junto a la de los Renteria y los Ugarte, no debió tener aditamentos especiales ni diferenciarse en mucho de las de otros cualesquiera vecinos. Tampoco hay ningún dato que nos haga sospechar que su status económico fuese privilegiado o que sus bienes raí­ces alcanzasen mucho más allá de la mencionada casa y alguna heredad en los alrededores de la villa.

Quienes crean el mayorazgo, aumentan las posesiones en Portugalete e inician el asentamiento de los Coscojales en la anteiglesia de Baracaldo fueron Antón Pérez de Coscojales (1492-1562), a quien llamaban el viejo, y su mujer doña Elvira Ximenez de la Renterí­a.

El era hijo de otro Antón Pérez de Coscojales y de doña Sancha de Vallecilla, y nieto de los ya citados Antón Pérez de Coscojales y doña Marí­a Pérez de Martiartu.

Durante su matrimonio Antón Pérez y doña Elvira compraron numerosos bienes raí­ces. Destaca fundamentalmente la compra a Rodrigo de Sasí­a y su mujer del «sitio de la Herrerí­a de Yrauregui» y «el sitio de la torre y huertas de Yrauregui», donde ellos edificarí­an, hacia 1540, la torre, el molino y la herrerí­a.

Estos últimos se construyeron en asociación con varios parcioneros – ó socios – de forma que cada uno de ellos ganaba la parte proporcional a su contribución en la construcción de la herrerí­a y el molino.

Además de lo correspondiente al propio Antón Pérez de Coscojales, el resto de la propiedad se dividí­a en una cuarta parte del molino y un octavo de la herrerí­a que pertenecí­a a Sancho de Beurco. Otra cuarta parte a Ochoa López de Curbaran. Media cuarta parte a Tomás de Subilleta, y otra parte semejante a Juan López de Angulo. Gradualmente los Coscojales fue comprando las partes de sus socios excepto la de Sancho de Beurco, quien habí­a integrado en su mayorazgo lo que a él le correspondí­a.

Más tarde, con la licencia del Provisor y la Concordia con San Vicente de Baracaldo, dieron comienzo a la construcción de la iglesia de Yrauregui, bajo la advocación de San Antolí­n, y el hospital anexo a la iglesia.

También en el entorno de Yrauregui compraron varias heredades, mientras que en Portugalete fundaron la capilla de los Tres Reyes en la iglesia de Santa Marí­a.

En una palabra, se estaba configurando la forma definitiva del mayorazgo.

¿Cómo se logró un ascenso económico semejante? No lo sabemos. Sólo hay algún indicio aislado que nos ofrece cierta luz. Antón Pérez de Coscojales tení­a un galeón llamado «La Concepción», del que era maestre Pedro de Herrada, y otro llamado «Los Tres Reyes» del que era capitán Martí­n de Cotillos, vecino de Fuenterrabí­a, dedicado a la pesca del bacalao y grasa de ballenas en Terranova.

Pedro de Herrada, uno de sus capitanes, habí­a logrado una fortuna considerable aunque los métodos para conseguirla no debieron ser muy lí­citos. Tanto es así­ que su propia esposa, Marí­a Urtí­z de Gobela, dice en su testamento que no quiere saber nada de la fortuna de su marido ni tampoco de cómo la consiguió. Que eran bienes «concienciosos» y que él verí­a si su conciencia quedaba limpia poseyéndolos, pero que en cualquier caso ella no los habí­a tocado y que preferí­a no hacerlo.

¿Es lógico suponer, siendo los unos patrones y el otro su capitán, que los negocios de los Coscojales y los Herrada eran comunes?

Sea como fuere, las relaciones entre ambas familias eran muy estrechas y no sólo por motivos de trabajo. Antón Pérez de Coscojales y doña Elvira casaron a su hija Catalina de Coscojales con Juan de Herrada, el único hijo varón y heredero de los Herrada-Gobela.

Los hijos habidos en el matrimonio de Antón Pérez de Coscojales con doña Elvira Ximenez de la Renterí­a fueron los siguientes:

Antón Pérez de Coscojales, que continúa con el mayorazgo.

El licenciado Martí­n de Coscojales, que fue Inquisidor del Consejo Supremo de la Santa Inquisición.

Yñigo de Coscojales, que casó con doña Marí­a Sáez de Cavieces, y que se afincó en Santurce.

– Doña Sancha de Coscojales, que casó con Domingo de Larrea.

– Doña Catalina de Coscojales, quien casó con Juan de Herrada.

Otra hija, cuyo nombre desconocemos, casada con Sancho de la Pedriza.

Antón Pérez de Coscojales y Renterí­a era el llamado a heredar el mayorazgo creado por sus padres pero murió antes que aquellos en la ciudad de Burgos. Habí­a casado con doña Agustina de Larrea con quien tendrí­a tres hijos:

Antón Pérez de Coscojales (1540 – 1586), conocido como «el mozo», quien heredarí­a el mayorazgo directamente de sus abuelos.

Fray Martí­n de Coscojales (1542 – 16??), Monje agustino, prior del monasterio de San Agustí­n de Bilbao. Fue autor de un manuscrito compilado en varios libros conocido como «Antigí¼edades de Vizcaya».

– Hernán Pérez de Coscojales, que casó con doña Marí­a Pérez de Montellano

Antón Pérez de Coscojales y Larrea llevó el mayorazgo a su máxima expresión y no sólo porque terminó de adquirir las posesiones que hemos presentado en el memorial de bienes, sino también porque con su matrimonio con doña Marí­a Ruiz de Recalde se incorporó al de Coscojales el mayorazgo de Recalde.

Ella era hermana del almirante Juan Martí­nez de Recalde, hijos de Juan Martí­nez de Recalde y doña Sancha de Larrinaga128. Al morir el almirante sin dejar hijos, testó a favor de su sobrino, y también único hijo que tendrí­a su hermana, Antón Pérez de Coscojales y Recalde (1571 – 1612 aprox.)

Fallecida doña Marí­a Ruiz de Recalde su esposo Antón Pérez casó en segundas nupcias con doña Mencia de Otañes con quien hubo dos hijas: Elvira Ximenez y Agustina de Coscojales.

El mayorazgo quedó por tanto en Antonio de Coscojales y Recalde, dueño de los mayorazgos de ambos apellidos. Este casó en primeras nupcias con doña Teresa Gómez de Ugarte Montellano, heredera del mayorazgo de Ugarte en Portugalete y Sestao. Fueron padres de:

– Antón Pérez, que heredó los dos mayorazgos paternos.

– Agustina, que heredó el mayorazgo de Ugarte.

Agueda (bautizada en Santa Marí­a de Portugalete en 1594).

Francisca de Coscojales (bautizada en Santa Marí­a de Portugalete en 1596)

Antón Pérez de Coscojales y Recalde casó en segundas nupcias en Santa Marí­a de Portugalete, el año 1599, con doña Juana de Salazar, siendo padres del Caballero de Santiago don Gregorio de Coscojales y Salazar (bautizado en Santa Marí­a de Portugalete en 1612- fallecido en 1642), casado con doña Marí­a de Acha, y que a la postre fue el heredero de los mayorazgos de Coscojales y Recalde por muerte sin descendencia de su hermano Antón Pérez.

A Gregorio, fallecido sin herederos legí­timos, le heredó el también Caballero de Santiago don Francisco de Coscojales Recalde y Jugo, hijo de Aparicio de Hormaeche y Jugo y de doña Agustina de Ugarte y Coscojales y Recalde. Alternó su vecindad entre Bilbao, Baracaldo y Sevilla, y en esta última ciudad casó con doña Juana de Vitoria, siendo padres de don Francisco Antonio de Coscojales y Recalde, Caballero de Alcántara, de doña Ana de Coscojales y Recalde, que casó con el Marqués de Villarreal y Caballero de Santiago don Francisco Diaz Pimienta, y de Luisa de Coscojales y Recalde, que casó con el Marqués de Paredes don Marcos de Orovio, Caballero de Alcántara. Precisamente esta última terminarí­a heredando los mayorazgos de Coscojales y Recalde por la muerte sin descendencia de su hermano.

De esta forma las referencias al mayorazgo de los Coscojales se trasladan desde mediados del siglo XVIII no sólo fuera de Portugalete sino de la misma Vizcaya, aunque sus propietarios seguirán adquiriendo propiedades en el Señorí­o que integrarán al mayorazgo. Un ejemplo de ello lo encontramos en el año 1743 cuando el entonces Marqués de Paredes, don José de Orovio Bravo de Mendoza Coscojales y Recalde, que a pesar de ser vecino de la ciudad de Segovia, lugar del que era regidor perpetuo, compró nuevas casas en Basauri y Arrigorriaga, para añadirlas al mayorazgo materno de Coscojales y Recalde.

Gregorio Bañales

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