La marea baja cambia el paisaje de Barakaldo y lo aísla de Erandio
El descenso poco común en el nivel del agua obligó este lunes a interrumpir más de una hora el servicio del gasolino, por los riesgos para la embarcación
La ría dejó este lunes a mediodía una estampa poco habitual en Barakaldo. La llegada de una de las mareas más bajas de los últimos años impidió al ‘gasolino’ hacer su habitual recorrido entre Barakaldo y Erandio durante algo más de una hora. Desde las 11.30 hasta las 12.45 el bote tuvo que permanecer amarrado en Erandio por el riesgo que hubiera corrido la embarcación de haberse mantenido en funcionamiento. La parada obligatoria se repetirá este martes entre las 12.00 y las 13.00 horas.
«Se debe a la cercanía de la luna. Viene ocurriendo durante los últimos años. Quizás podría salvarse si quitaran los metros cúbicos de lodos que hay en el fondo», se dolió ayer el responsable del gasolino, Oscar Suárez, que desde hace tiempo viene reclamando a la Autoridad Portuaria un dragado en la zona. «Lo han hecho en Deusto y en Portugalete, no entiendo por qué aquí no», lamentó.
Suárez advirtió que el principal riesgo con las mareas bajas lo sufre cuando maniobra en Erandio. «El timón me va rozando por el fango y eso que ya le tengo hecho surco, pero te juegas los ejes y la hélice», lamentó el hombre, que ayer estaba especialmente fastidiado por no atender una de las horas punta del servicio a causa del mercadillo que se celebra en Erandio. Varios vecinos de Desierto y hasta algún vendedor se encontró por sorpresa con el servicio suspendido.
«Ir en metro lleva muchísimo tiempo porque das una vuelta terrible. Dependo del gasolino cuando tengo que ir a Erandio», reconoció ayer una usuaria habitual, Loles María, mientras esperaba a que volviera a ponerse en marcha el servicio. A su lado, un vendedor de ajos que trataba de ir al mercadillo aprovechaba para ofrecer su producto en el lado de Barakaldo.
Fotografía y pesca
La llamativa estampa de la marea baja tenía a mediodía su atractivo para otros usuarios de Barakaldo. El aficionado a la fotografía Santi Ramos aprovechó para hacer fotos de la fauna. «Hay un paisaje diferente y se puede ver a muchas aves buscando lombrices y moluscos», explicó el hombre, armado de réflex y trípode. Desde la orilla divisaba una gaviota reidora, con su característico capuchón marrón, rebuscando entre el lodo.
Por su parte, Amadeo e Ibai Vecino, padre e hijo, aprovecharon la subida del agua para pescar un rato desde la orilla. «La subida de la marea es un buen momento, aunque nosotros venimos sólo a echar el rato», explicaron mientras preparaban los aparejos.
Tomado de www.elcorreo.com
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