Las huellas del euskera y el vocabulario barakaldés
Son muchos los campos en los que podemos encontrar huellas con sabor euskaldún en el acervo cultural de Barakaldo o, dicho de otra manera, la cultura y tradiciones que hemos recibido de nuestros mayores están impregnadas de nombres (apellidos, motes, sobrenombres), topónimos, de giros lingüísticos, dichos, canciones, música, danzas, etc, donde aparecen dichas huellas. Por otra parte, hay mucha bibliografía escrita donde aparece que en Barakaldo se ha usado el euskera como lengua propia y que los movimientos migratorios producidos por la industria a partir de la segunda mitad del siglo XIX aceleraron la desaparición de ésta como lengua hablada y propia del pueblo. En el siglo XIX, y todavía en la primera mitad del XX, nuestros mayores a pesar de hablar en castellano tenían peculiaridades fonéticas, por ejemplo: decían Gabasa o Bagasa, en vez de Bagaza-Bagatza, Suaso, o Suazo, en vez de Zuazo, seseaban al hablar en castellano, nuestra abuela Macaria Arteagabeitia solía contar que sus hermanas mayores hablaban con la <s>.
En el siglo XVII aparecen algunos motes con claro sabor euskérico: arraunça, balza, chiquitu, dotorezo, luçea, salduna, ybarguen, ybarreco, zangón, zubiaur…, junto a otros con claro sabor castellano y que empiezan ya, a ser mayoría. En el Cancionero Tradicional aparecen varias canciones o coplas donde se ve claramente que seseaban habitualmente, como se ve en las siguientes estrofas: ¡Bisenta! ¿Que estas asiendo pues? Cantaban en casa la canción de las cerezas, Alindingo-alindango, que dice así: Alindingo, alindingo, alindango, las seresas se cogen del arbol, alindingo, alindingo, alindango, las que no, se quedan colgando.
Los abuelos de Koldo Castaños. Ramona Urbina y Ángel Castaños fueron los últimos moradores de la famosa Torre de Zuazo. Ángel (conocido como Txatillo de Suazo) fue un gran bolari barakaldes en la modalidad de bolos a katxete e hizo estos versos que fueron canción en su tiempo, su nieto Koldo Castaños me los ha proporcionado: Por encima de un sereso, allá va la despedida, por cada rama un abraso, por cada seresa un beso o palabras que se usan habitualmente, como tente, de la canción sobre Sanbisente, tente significa mantenerse firme, de pie: Sanbisente tente, tente, que Retuerto ya cayó y el Regato está temblando del susto que resibió.
En las danzas hay una jota peculiar que nosotros la llamamos Porrusalda, es también una receta hecha con patatas, puerros y una raspa de bacalao, la jota dice así: La porrusalda canto que no canto más, la porrusalda canto que no canto más, no canto más ni menos ni menos ni más.
También, al decir nombres propios de lugar, se pronunciaban de una manera particular, que producían cambios morfológicos: Kareaga>Kariga, Beurko>Berku, Sesumaga>Susuniga, Bengolea>Mingolia, etc. La terminación o/u es bastante común: Basatxu-Basatxo, Saratxo-Saratxu, Urkullo-Urkullu, Errekatxu-Errekatxo. Los nombres propios también se pronuncian sin acento en la primera sílaba: Jose, en vez de José, Jesus en vez de Jesús, Anton en vez de Antón, etc.
El diminutivo <txu> se ha usado con profusión: Anton>Antontxu, Juan>Juantxu, Jon>Jontxu, ama>amatxu, etc. Como veíamos, también, en el Cancionero Tradicional, abundan los términos para animar en las canciones: ¡Altza!, ¡Aupa! Ademas, las niñas de Barakaldo hacia mediados del siglo pasado, cuando jugaban saltando a la cuerda, cantaban sin parar este híbrido lingüístico: Ba, bi eta iru, lau, bos eta sei, pero, que ba, que bi con el eta iru lau, bos eta sei. El sufijo <aga> se transforma en <iga> en Barakaldo, mientras en otros lugares de Enkarterri da -ega en vez de -iga, por ejemplo: Aiaga>Aiega (Ortuella), Zaballaga>Zaballega (Zalla), Azordoiaga>Sordoiga (Alonsotegi).
Castaños Urkullu no está segura si la alternancia es o/u o la contraria u/o, dado que ha comprobado que en Barakaldo también se da hablando en castellano y pudiera ser una tendencia un tanto arcaica. Por utilizar un término muy popular, podríamos poner el ejemplo de: Kurrusku/ Kurrusko> (punta del ritxi> panecillo pequeño).
Además tenemos documentadas dos frases en euskera que nos han quedado para la historia, una del s. XVIII, y la otra del s. XIX.
Siglo XVIII, en el año de 1712, una niña de 15 años es violada y muerta por su violador, la niña es Concepción de Tellitu, barakaldesa y huérfana que vive con unos tíos en San Bizente, la frase es: Ai ene desditxadea! ¡Ay desdichada de mi! Que la víctima grita por tres veces antes de exhalar el último suspiro, expresión de desconsuelo, que oyó claramente una testigo. La referencia está recogida en un auto judicial del corregidor de Bizkaia, que hace mención a todo el proceso, por el homicidio que se llevó en el caso, de la barakaldesa Concepción de Tellitu.
Siglo XIX, refrán popular barakaldes, que recoge Resurreción María de Azkue: Barakaldoko kerezäa duztia da mantekäa. La cereza de Barakaldo es pura manteca. Y comenta el mismo Azkue: corrió mucho este dicho, hace como un siglo, para con su mantekäa guasearse del vascuence de los barakaldeses. La primera edición es de 1935, luego si hacía un siglo, nos situamos en la primera mitad del XIX. Pero, si en algún campo semántico no hay duda de que la huella es mayoritaria, este es la toponimia histórica, junto a muchos nombres de origen latino, celta, germánico, de lenguas romances y del castellano, aparecen los nombres toponímicos euskaros en casi un 80%. Como cosa curiosa, decir que: de toda la Encartación, al oeste del Nervión-Ibaizabal los pueblos que más proporción de topónimos euskaros tienen, son: Barakaldo y Gordexola.
Tomado de C:/Users/Usuario/Downloads/las-huellas-del-euskera-y-el-vocabulario-barakaldes-970202.pdf
Txeru García Izagirre
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