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El puente de Castrejana o «del Diablo»

El puente de Castrejana o «del Diablo»

sobre-el-cadagua-5Aparece ya citado en documentos del siglo XIV. Era un elemento fundamental del Camino Real para poder atravesar el rí­o Cadagua y un enlace importante para permitir a los peregrinos del Camino de Santiago continuar andando hacia la tumba del apóstol. Porque el valle del Cadagua es desde siempre ruta de tránsito jacobeo, y  los peregrinos irlandeses y británicos que llegaban a Bilbao y Portugalete en barco lo atravesaban para alcanzar el denominado «Camino Francés» en Burgos. El puente de Castrejana es un puente gótico, con un solo arco de medio punto. Las leyendas de la zona sostienen que lo construyó el diablo, de ahí­ su denominación popular.

Aunque no se conoce la fecha exacta de su construcción, parece ser que se trata de una fabricación de finales del siglo XIV o principios del XV, realizada por el maestro Pedro Ortiz de Lekeitio. Jugó un papel muy importante hasta el siglo XIX al formar parte del camino real que uní­a Bilbao y Castilla, a través de Balmaseda y el Valle de Mena. El puente esta realizado con sillares de piedra arenisca, formando un solo arco de medio punto.

La verdad sobre este puente de piedra que une Castrejana (Bil­bao) con el barrio barakaldés de Santa ígueda, data de hace muchos siglos. Leamos: Pedro Ortiz de Lequeitio que sí­ fue arquitecto o aventajado picapedrero, fue el iniciador y constructor del deseado y nece­sario puente al que algunos llaman «Puente de Castrejana» mientras que otros le denominan «Puente de Santa ígueda» y los más «PUENTE DEL DIABLO». Comenzó su obra el dí­a 9 de junio del año 1435, sobre el rí­o Cadagua y la finalizó el dí­a 2 de mayo de 1436. Es decir: En tan sólo 326 dí­as quedó útil para el pasaje el bonito y sencillo puente de piedra sillerí­a de fábrica medieval con un sólo ojo de luz.

SU LEYENDA (Antonio de Trueba)

Cuentan que en un adusto caserón junto a la orilla del rí­o ­viví­a una hermosa y sencilla joven, amante y creyente, siendo querida y admirada por todo el vecindario del lugar barakaldés de Santa ígueda.

En el lado opuesto del rí­o, residí­a un apuesto y sencillo muchacho del que se prendó la bella barakaldesa. Eran frecuentes las visitas que se hací­an, siendo preciso para ello vadear el rí­o de piedra en piedra, poniendo en peligro la integridad de los amantes, y más aún en las épocas de grandes avenidas.

La bella barakaldesa tení­a la buena y piadosa costumbre de subir todas las mañanas junto a la ermita y desde allí­, dirigí­a su mirada al Santuario de Begoña, a la vez que de sus labios salí­a un susurro de plegaria destinada a la Virgen de Artagan.

EL PUENTE DEL DIABLO

El noviazgo se formalizó, pero la edad no era la apropiada para la celebración del matrimonio y debí­an esperar tal y como era el deseo de sus progenitores. Por ellos no hubiera habido problemas persona les, pero sí­ económicos, tema éste que debí­an solucionar los padres de los jóvenes enamorados.

Más tarde las malas lenguas sembraron la cizaña, y la envidia hizo acto de presencia poniendo en entre dicho a la joven de Santa ígue­da. Celos que calaron en el corazón del mozo de Castrejana que herido en su orgullo, dudó de ser correspondido por su amada y sí­ en­gañado.

El guapo aldeano de Castrejana, triste y desesperado no lograba poner en orden su cerebro y daba vueltas y revueltas a todas aquellas dudas que manchaban la pureza de su novia. Ante todo este desorden moral decidió ausentarse y cuanto más lejos mejor, por ello decidió ir sin tardanza a combatir a la guerra, alistándose en las filas cristianas para así­ olvidar a su infiel amor.

Enterada la guapa barakaldesa de todo cuanto estaba ocurriendo, así­ como de la marcha de su novio a la guerra, salió corriendo de la casa de sus padres al atardecer. Pese a que la gran tormenta de agua y granizo que caí­a no fue obstáculo para ir en busca de su amado, el rí­o bajaba muy crecido y no le fue posible vadearlo. Entre sollozos se arrodilló en el suelo sin darse cuenta de que su vida peligraba por la gran riada. Fue en ese momento cuando en la noche se hizo un claro que alumbró la silueta de un hombre misterioso de afilada barba y fino bigote, a la vez que susurraba: «Antes de que el gallo cante esta madrugada, puedo construir un puente a cambio de tu alma».

Era tanto el amor de la muchacha que no dudó en comprometer su palabra. Pero al ver que el puente se hacia realidad dudó de que la persona no era otra que el mismo Diablo. De sus temblorosos labios salió una plegaria para su amatxu de Begoña y, he aquí­ que, apenas terminada la oración, apareció un nuevo personaje con abun­dante y blanca barba, del que se dijo era San José. Con gran destreza -el Santo Varón- movió la vara para evitar que se colocara la últi­ma piedra que formaba el ojo del puente.

A falta de esa postrera piedra, el gallo empezó a cantar ¡Era el alba! En vista de la impotencia, el Diablo salió corriendo entre maldi­ciones, mientras que el Santo retiraba su vara y, la última piedra quedó encajada, con lo que el puente quedó terminado.

Desde ambas orillas, Maruja en Santa ígueda y Martí­n en Castre­jana, vieron como el pequeño desfiladero se uní­a por medio del dese­ado puente y tras una breve vacilación corrieron para abrazarse preci­samente allí­ donde San José trabó la vara de avellano.

La alegrí­a fue inmensa y dicen que se juraron amor eterno junto a la ermita de Santa ígueda, mientras que sus miradas se perdí­an mirando a lo alto de Artagan, dando gracias a la Virgen de Begoña. Dicen que se casaron y fueron muy felices.

OTRAS LEYENDAS SIMILARES

1) En la población donde yo vivo, hay un puente románico del cual hay una curiosa leyenda y de esa leyenda he querido hacer mi versión para que la conozcáis, espero que os guste, este puente esta en la población de Martorell, Barcelona.

La escarcha de un nuevo amanecer húmedo y frí­o , calaba en los cansados y oxidados huesos de la anciana que como cada dí­a , madrugadora y decidida encaminaba sus pasos hacia aquel viejo puente romano que tantas y tantas veces habí­a sido testigo de su presencia , de sus vivencias y que orgulloso y desafiante al paso del tiempo le serví­a de enlace para cruzar el rí­o que uní­a los dos pueblos y que la anciana cada mañana cruzaba para visitar la fuente que le proporcionaba el agua necesaria para sus quehaceres diarios.

Algo misterioso e inesperado brotaba en el ambiente aquella mañana, en la que la niebla mas densa y grisácea que nunca, envolví­a el paisaje con su presencia oscura, Los pasos de la anciana de detuvieron de repente y casi apunto de caer a las heladas aguas del frí­o y desconsiderado rió se dio cuenta de que el puente habí­a desaparecido.

La anciana sorprendida miro a su alrededor, lo ocurrido allí­ solo podí­a ser obra del ángel caí­do y no era la primera vez que se enfrentaban, busco su presencia entre la niebla hasta que se dejo ver, su figura era inconfundible, sus ropas negras y su melena blanca contrastaban con el rojo ardiente de sus ojos que atravesaban la espesa niebla dando a la anciana la oportunidad de poder verle y hablarle.

Una escalofriante carcajada de triunfo se dejo oí­r retumbante por los alrededores, la anciana sin miedo se dirigió a el.

-Que quieres ahora maldito diablo, no piensas dejarme en paz? Quizás quieres mi alma a cambio de reconstruir el puente?

<Eres muy lista vieja pero te equivocas, reconstruiré el puente antes del próximo amanecer a cambio del alma del primer ser que cruce por el.-

La anciana asintió con la cabeza y sonrió para sus adentros mientras recordaba aquella frase que siempre decí­a su abuela, mas sabe el diablo por viejo que por diablo, e ignorando la desagradable presencia del diablo, giro sobre sus pasos y retomo el camino ya hecho de vuelta a su casa.

La luz tenue de un nuevo amanecer , se filtraba por las viejas ventanas de madera de aquella casa donde la anciana junto al fuego se calentaba y se preparaba para un nuevo viaje hasta la fuente , con el cántaro en una mano y un saco abultado en la otra salió de la casa, Cuando llego al puente pudo comprobar que el diablo habí­a cumplido su promesa , el puente se volví­a a alzar sobre el rí­o como si nunca hubiese sido arrancado de aquel lugar, sentí­a los ojos del diablo atentos a su paso por aquel puente que se llevarí­a su alma para siempre.

Pero la astuta anciana abrió el saco dejando salir al gato que habí­a en su interior y el animal ajeno a todo cruzo el puente perdiendo su alma para siempre y dejando el paso libre a la anciana que una vez mas gano la batalla al ansioso y sorprendido diablo.

2) Esta historia se paso de padres a hijos. Cuenta mi padre que en su pueblo potosi-bolivia hay un antiguo puente este dicen ser mas que un solo puente, ya que relata:»un joven campesino estaba enamorado de una joven indí­gena muy Bella hija del alcalde del pueblo, ellos se veí­an a escondidas ya que su padre no aceptarí­a al chico por ser de familia humilde.

Un dí­a su padre sale por la noche a caminar y los encuentra, el chico y el señor empiezan a pelear y su hija los detiene, entonces su padre concibe una idea: «si quieres a mi hija pagaras con dinero el amor que tienes, pero este tendrás que tenerlo en una semana», el chico sin pensarselo viaja a la capital y trabaja de cosas que hasta un animal no trabajarí­a pero lo consigue.

Al quinto dí­a decide volver ya teniendo dinero suficiente para cumplir con el acuerdo del padre de su novia , decide viajar en camión ya que autobuses no llegan al pueblo , este tarda por raros problemas que salen al camino , bueno total que el ultimo dí­a esta a punto de llegar, solo falta que pase un barranco que al otro lado esta el pueblo , pero empieza a llover y llover , el chico desesperado pide ayuda al diablo, quien contesta a su petición y le dice que al cantar por la mañana el gallo su alma le será suya , el chico desesperado acepta, entonces el diablo se pone a trabajar, picando piedras, haciendo dicho puente, el joven se da cuenta que hizo mal y pide ayuda a Dios. De repente en la última piedra del puente, se posan varios ángeles no permitiendo que termine el puente.
Así­ en la mañana canta el gallo y el muchacho salva su alma pero desde entonces el puente queda siempre incompleto en una lado sin una piedra, dirán que se coloca una y ya, pero yo lo intenté, pero a eso de la noche aparece una neblina y por la mañana se ve en el lugar del puente que la piedra se ¿deshace??? y que a la media noche aparece en medio del puente un hombre que mira el lugar que falta y se posa en ese lugar, desapareciendo por la mañana y volviendo en las noches mas frí­as que nadie aunque por broma se pondrí­a ya que el «frí­o» no te dejarí­a descansar, testigo de lo que paso aquella noche entre un hombre y el diablo……

1 comentario

  1. Iratxe

    Me voy a inspirar en ese puente para crear un diseño de un vestido para el curso de moda que realizo en nicolas larburu espero hacerlo bien la historia es fantastica y ese puente del diablo tiene que seguir ahi.

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