Furtado Sánchez de Zamudio ó Susunaga
Furtado fue hijo de Mari Ortiz de Basurto y Fortún Galíndez de Zamudio. Fundó la familia de Susunaga de donde viene la Casa de los Aranguren. Casó con María de Frias de Tobalina. Dice el historiador medieval Lope García de Salazar:
El linaje de Susunaga su fundamiento fue que Furtado Sánchez de í‡amudio, que fue fijo (de) legítimo segundo de Furtado Galíndez de Caudio e de doña Mari Urtiz, fija de don Garí§i Tuerto de Vasurto, que eredó d’este su padre el solar de Susunaga e fizo la torre vieja, adonde fizo su vivienda. E casó en Frías de Tovalina e ovo fijo mayor en ella a Furtado Sánchez de í‡amudio, que casó con doña Mari Díaz, fija eredera de Pero Díaz de Ligií§amón, que morió en la Vega de Granada, e eredó con ella el solar viejo de Ligií§amón. E ovo d’ella fijos a Juan Galíndez e a Sancho Díaz e a Pero Díaz e a doña Mari Sánchez, que casó con Juan Sánchez de Salazar, e doña Mayor, que casó con Ferrando de Leí§ama.
Los de Susunaga, eran oriundos de Artecona, sobre San Pedro de Galdámez «ca en Galdames nunca ovo ome labrador e un fijo de aquel que moraba en Artecona pobló en Susunaga de Varacaldo e moltiplicó allí e casaron en el linaje de Don Sancho López de Varacaldo» o linaje Retuerto.
A los Irauregui los hace descender del linaje de los Munsayos de Guipúzcoa que casaron con gentes de Zorroza.
En 1275 sostuvo un combate en Altamira contra los Butrón donde murier Ochoa Ibáñez y su hijo Gómez Ochoa de Butrón por lo que fue desterrado. Luchó notablemente a favor del Señor de Vizcaya por lo que fue perdonado.
En el año 1370 una feroz guerra de bandos se enciende en Baracaldo: los hijos de Juan Ibáñez de Retuerto matan a Rodrigo Ibáñez de Irauregui y a Juan Negre de Susunaga para vengar la violación de una joven amante de Zurixe, hijo de Ferreros, por parte de los hijos de Rodrigo Ibáñez.
«E esta fue la primera sangre vertida en Varacaldo e por estas muertes fueron sentenciados y echados de la tierra e fueronse a la frontera de moros y sirvieron dos años en la villa de Tevardales».
Los exiliados regresan con el perdón del Rey, creen que la situación ha calmado:
«e estando alborozados todos por su venida, diciendo que no les había de valer el perdón, y estando Ferreso e sus fijos e sobrinos en una casa de Sobrado de Rodrigo Ibáñez de Retuerto, hermano de Ferrero, en Landaburu, levantáronse las Hermandades y los Alcaldes y con ellos Gonzalo de Butrón y Marín Sánchez de Leguizamón, e cercáronlos en aquella casa e levantáronse Juan Sánchez de Salazar y Pedro Fernández de la Sierra y todo el solar de Muñatones e sus valedores para los socorrer, e llegados en Sesto grand gente, e andando tratos entre ellos y tobiendo seguro de ocho días, diéronles fuego antes del día, Gonzalo Gómez, e los contrarios, y de Leguizamón, y saltando fuera de la casa, mataron al dicho Ferrero, e sus fijos y sobrinos e algunos parientes, que no dejaron uno, también a los que no eran acotados como a los otros».
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