Menú

La ferrerí­a de Urdandegieta, en Barakaldo y Galdames

La ferrerí­a de Urdandegieta, en Barakaldo y Galdames

La primera cita histórica a la ferrerí­a de Urdandeguieta se debe a Lope Garcí­a de Salazar, en las páginas de «Las Bienandanzas e Fortunas». En el libro XXI de esta obra el cronista hizo una relación de todas sus propiedades, tanto de aquellas que le correspondieron como heredero del solar de Muñatones como de las compradas por él mismo. Entre estas últimas se cita a la ferrerí­a que él llamaba de Urdudogieta[1]. Esta cita nos ofrece la primera referencia temporal de la ferrerí­a, pues, teniendo en cuenta los años en que vivió el autor, podrí­a considerarse que su antigí¼edad se remontarí­a, cuando menos, a mediados del siglo XV.

Cuando falleció Lope Garcí­a de Salazar todas sus propiedades se dividieron entre sus hijos, dando lugar a dos casas o linajes que tomaron el nombre de «Salazar-Muñatones». Una era la casa de Salazar-Muñatones de Portugalete y otra la de Salazar-Muñatones de San Martí­n de Somorrostro. La primera de ellas es considerada la legí­tima, pues estaba representada por el primogénito del cronista, llamado Lope de Salazar, y después por los sucesores de este. La segunda era la casa representada por uno de los hijos menores, llamado Juan de Salazar, al que apodaban el Moro. Ambas casas, la de Portugalete y la de San Martí­n, se repartieron la mayor parte de las propiedades del solar pero, curiosamente, la ferrerí­a de Urdandegieta quedó fuera de aquel reparto, ya que fue a parar a poder de un tercer hijo de Lope Garcí­a de Salazar, llamado Pedro de Salazar, quien se habí­a avecindado en Portugalete. Por este motivo no volvemos a encontrar ninguna referencia a la ferrerí­a en ninguno de los numerosos documentos que en siglos posteriores generaron aquellas dos casas salazariegas, salvo en una cita -que recoge Sabino Aguirre Gandarias- extraí­da de las declaraciones de varios testigos que intervinieron en el pleito mantenido por los sucesores de Lope Garcí­a de Salazar para repartir la herencia.

Dichos testigos apreciaron el valor de las ferrerí­as que habí­an sido propiedad de los Muñatones, cuantificando las rentas anuales de cada una de ellas en función de su producción en quintales de hierro. Su valor se cifraba de la siguiente manera[2] :

Ferrerí­a del Arenao: 23.800 maravedí­s de renta anual.

Ferrerí­a de Los Vados: 30.000 o 34.000 maravedí­s de renta anual.

Ferrerí­a de Atxuriaga: 20.400 maravedí­s de renta anual.

Ferrerí­a de Urdaindokieta[3]: 20.000 maravedí­s de renta anual.

Como vemos, de las cuatro ferrerí­as era la de Urdandegieta la de menor producción en aquel tiempo.

Aparte de la valoración de la ferrerí­a la cita que recoge Sabino Aguirre aporta otro dato importante y es que los testigos situaban a la ferrerí­a en tierra de Barakaldo.

Pedro de Salazar dejó la ferrerí­a de Urdandegieta para su hijo Pedro González de Salazar, quien se estableció en Galindo, en tierras del Valle de Trapaga, donde construyó los palacios y molinos de Galindo y la capilla y ermita de La Piedad. El testamento de este último, otorgado en 29 de enero de 1543, contení­a todas sus propiedades, las cuales dejaba a su primogénito Lope Garcí­a de Salazar de Galindo. Precisamente, en la redacción de este documento encontramos la siguiente referencia cronológica a la ferrerí­a de Urdandegieta, acompañada, además, de una descripción del resto de edificios y heredades anexas a ella: la Herrerí­a de Hurdandeguerta con la aceña e Huerta e horno e casa e castañales que en el dicho lugar tenemos e Con los Montes de frados e solares Y montes y heredades de bruí§aco bordaybay con todas pertenenzias…[4]. Es decir, de la primitiva ferrerí­a se ha pasado a un pequeño complejo compuesto por la propia ferrerí­a, una aceña (o molino) y un horno, además de la casa, huerta y castañales [5]. Para el servicio de la ferrerí­a y proveerla de carbón de madera vemos que tení­a agregados los recursos de los cercanos montes de Frados, Burzaco y Bordaibai.

La siguiente referencia la encontramos en el año 1541, cuando Lope Garcí­a de Salazar de Galindo compró los montes de La Barrieta (Las Barrietas, Olabarrieta) para adscribirlos a la ferrerí­a. De esta forma los montes bortales y madereros se incrementaban de forma impresionante porque la nueva incorporación sumaba a los anteriormente citados la mayor parte de los montes con los que el Valle de Trapaga linda con el municipio de Galdames: La Górriga, Las Barrietas, Casanueva y Mendí­vil (lugares que entonces se citaban con los nombres más apropiados de Elorriaga, Olabarrieta, Casanueva y Mendivil).

Como vemos, el entorno que rodeaba a la ferrerí­a y los montes que tení­a adjudicados nos dan una idea aproximada de su situación pero su localización exacta se hací­a difí­cil por la sencilla razón de que el lugar llamado Urdandegieta no figuraba en ningún plano de Barakaldo [6], y, porque, aunque los restos de la ferrerí­a eran conocidos en el lugar que llaman Las Mazuqueras, no se hallaban asociados a la histórica ferrerí­a. Un dato importante para determinar que la ferrerí­a de Urdandegieta y Las Mazuqueras eran un mismo lugar nos lo proporcionaba el testamento de Pedro de Salazar Galindo, sucesor en el mayorazgo de Salazar-Galindo de los personajes anteriormente citados, que fue redactado en el año 1647, en el que se apuntaba, entre otras muchas propiedades, la que llama ferrerí­a mayor de Urdandeguieta, sita en Galdames y Baracaldo [7]. O sea, que debí­a estar situada en el lí­mite entre ambos municipios. Unos años antes, en el de 1634, se realizaron algunas obras y reparaciones y la referencia documental también situaba a la ferrerí­a mayor de Urdandeguieta entre Galdames y Baracaldo[8]. Otro documento aportaba nuevos datos: al indicar que para llegar a Urdandegieta debí­a hacerse desde el lugar de Urcullu, pasando por Unduchuleta (este último es el nombre que presumiblemente se da al lugar que hoy dí­a ocupan las últimas casas del valle de Eskauritza, al final del Regato-Errekatxo)[9]. En fin, todas las referencias anteriores nos indican que la ferrerí­a de Urdandegieta debí­a hallarse en el camino que sigue desde Urkullu hacia Galdames, en el lí­mite entre los municipios de Barakaldo y Galdames, y que debí­a ser un complejo compuesto por herrerí­a, molino y horno. Esta es, precisamente, la lectura que, hace ya unos años, hicimos del lugar donde se hallan los restos de la ferrerí­a: las ruinas se hallan junto a la orilla del margen derecho (esta afirmación es errónea por cuanto toda la instalación está en el margen izquierdo. Nota de Mitxel Olabuenaga) del rí­o Castaños, en el lugar conocido como Las Mazuqueras, y se corresponden perfectamente con la descripción que venimos dando, una ferrerí­a, un molino y, entre ambos edificios, un horno. Algo más adelante, a la izquierda (derecha del rí­o y frente a la desembocadura del Arroyo Frades) del rí­o, se halla el mojón que divide las jurisdicciones de Galdames y Barakaldo. Junto a las ruinas se conserva, en perfecto estado, un muro que parece responder a una antepara o depósito para el agua, obra que tení­a como fin cambiar el curso de un arroyo que baja desde Burtzako y obligarle a caer, en forma de cascada, por un pequeño promontorio con el fin de aprovechar la fuerza de su caí­da, y con ella mover las palas de la rueda de la ferrerí­a. También parece corresponder a la obra que acompañarí­a a la ferrerí­a el trazado de un camino que bordea en algunos tramos el rí­o Castaños y que se construirí­a con el fin de permitir el tránsito de carros desde estas instalaciones hasta el lugar de El Regato-Errekatxo.

Hace unos diez años (1999), hice un croquis interpretando los restos del conjunto de Urdandegieta, que publiqué en el libro «Mayorazgos de Barakaldo«, que suelen utilizar para ilustrar uno de los interesantes itinerarios que ofrece el Centro de Interpretación Histórica y Medioambiental de El Regato-Errekatxo –CIHMA-, en Barakaldo. El dibujo estaba realizado en blanco y negro y se quedaba un poco «pobre». He aprovechado que tengo vacaciones  estos dí­as, para colorearlo un poco y hacerlo algo más atractivo (es el que aparece en la cabecera de este artí­culo). De paso, me sirve como disculpa para, desde aquí­, animar a todos y todas a visitar el CIHMA, y, de su mano, conocer este lugar cargado de historia.

 


[1] Lope Garcí­a de Salazar. «Las Bienandanzas e Fortunas». Edición de íngel Rodrí­guez Herrero, libro IV, página 121. «E las ferrerí­as de los Vados, e molinos, e la ferrerí­a de Vrdudogieta comprola, e fiso la ferrerí­a de Achuriaga»

[2] Sabino Aguirre Gandarias. «Lope Garcí­a de Salazar, el primer historiador de Bizkaia»    Pág.135

[3] Sabino Aguirre Gandarias cita la ferrerí­a transcribiéndola de esta forma.

[4] A.F.B. Legajo 3128, nº. 12

[5] La mayor parte de las obras fueron ordenadas por Pedro González de Salazar con la intención de hipotecarlas, y que, de sus rentas, se pagase a los curas de Santa Marí­a de Portugalete quienes adquirí­an la obligación de rezar una misa diaria, perpetuamente, en memoria de su padre. Como los curas no pudieron cumplir el compromiso decidió construir la capilla de Galindo donde se celebrarí­an dichas misas.

[6] Sólo he encontrado una cita de González Cembellí­n refiriéndose a la masuquera que apunta que llamaban de Urdandegieta.

[7] A.H.P.B. Legajo 7077

[8] A.H.M. de Portugalete.Sección F, caja 39-14

[9] A.F.B.Leg. 1961 nº. 2. Unduchuleta, lugar (1639). En Barakaldo. En Urcullu, camino de Urdandeguieta.

 

Goio Bañales

 

Comentar

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Recursos multimedia

Actualizado el 25 de junio de 2024

  1. La cristalera de Abando, por Aimar Hidalgo
  2. La cristalera de Abando, por Araitz Vázquez
  3. La cristalera de Abando, por Jorge Paz
  4. La cristalera de Abando, por Julen Zang
  5. La cristalera de Abando, por Mikel Marcos
  6. La cristalera de Abando, por Naroa Santos

Comentarios recientes

octubre 2024
L M X J V S D
 123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
28293031  

Archivos

Categorías

RSS Noticias de Barakaldo