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Antecedentes de la gran siderurgia vasco (1840-1880) (III)

Antecedentes de la gran siderurgia vasco (1840-1880) (III)

EL CASO VASCO. DE LAS FERRERÍAS AL HORNO ALTO.

Durante mucho tiempo, en muchas regiones de Europa, forjas pequeñas y ferrerías anticuadas se dedicaron a pudelar el arrabio. El modelo inglés de renovación tecnológica fue minoritario, sólo acompañado por el de Bélgica, quedando el resto de países atrasados tecnológicamente. Aquellas fraguas se mantuvieron al tanto del progreso construyendo simplemente nuevos hornos de pudelado, mientras permanecían firmemente arraigadas a la tradición en otros aspectos de la producción.

Este fue el caso del País Vasco que encontró en el modelo continental un punto de referencia tipológico próximo en razón de su retraso cronológico y de la heterogeneidad de su estructura productiva, dotada simultáneamente de trazos arcaizantes e innovadores.

El procedimiento directo, la ferrería, continuó siendo el sistema dominante -de hecho, exclusivo- hasta bien entrado el XIX aunque las instituciones regionales del País Vasco, principalmente en Bizkaia, habían impulsado desde de 1816 diversas iniciativas encaminadas a promover el desarrollo técnico del sector.

La siderurgia vasca, cuyo atraso tecnológico amenazaba su propia supervivencia, se vio obligada, por tanto, a llevar una profunda reforma técnica e institucional, incorporando los sistemas implantados en otras naciones de Europa.

Aunque parece que a finales del XVIII algunas ferrerías del país ya hacían uso de hornos de reverbero y consumían carbón mineral procedente de Asturias o Inglaterra, lo cierto es que será la ferrería de Artunduaga (Basauri) la primera en integrar en 1828 un alto horno de primera fusión (al carbón vegetal) con dos hornos de segunda fusión a la inglesa (carbón mineral), añadiendo varias fraguas y dos hornos de reverbero.

De este modo, junto a la producción de artículos de hierro colado vinculados al uso doméstico (hornillos, ollas, morteros, trasfuegos, jarrones, etc.) e industrial (cilindros, ruedas, guijos, etc.), pudieron ofrecerse artículos de hierro dulce (cables, cadenas, etc.).

A pesar de todo, Artunduaga, siendo el primer intento serio de factoría siderúrgica en Bizkaia, sólo llegó dedicarse a la segunda fusión o afinado, obviando como en otras partes de Europa la parte primera de fundición y no rompiendo del todo, por tanto, con la industria tradicional, las ferrerías, que la abastecían de tochos que luego eran afinados en la instalación de Basauri.

De esta manera, Artunduaga provocó la especialización del proceso productivo, pero integrando los sistemas tradicionales sin producir aún una grave crisis en éstos.

Habrá que esperar a 1848, simbólica fecha del encendido de los hornos altos de las fábricas de Araya (Álava) y Bolueta (Bizkaia), para ver la puesta en marcha de las primeras plantas siderúrgicas integrales de todo el País Vasco.

Miguel Ángel Martínez Vítores

José Eugenio Villar Ibáñez

 

 

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Actualizado el 29 de mayo de 2025

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