La recuperación del siglo XVI
En los inicios del s. XVI Barakaldo tenía unos 171 vecinos aunque la cifra parece un poco baja si tenemos en cuenta que a finales del siglo asciende a 300. A pesar de todo era un territorio de los más poblados de Bizkaia. En este siglo XVI el aumento del comercio fue notorio tanto en el entorno de la Ría como por el Cadagua. Sin duda que todo ello repercutió positivamente en la anteiglesia teniendo en cuenta su ubicación.
Por ello, no será extraño que sus habitantes intentaran por todos los medios aprovecharse de la situación. Sin embargo, una y otra vez tropezarán con los derechos de la villa de Bilbao que impedirá por todos los medios que nadie le meta el dedo en el ojo comercial. Por lo tanto, Barakaldo no podrá meter le hocico en el comercio y quedarán sus habitantes condenados a desarrollar actividades relacionadas con el mundo rural y abastecedor de Bilbao y Portugalete.
Como estas actividades agrarias no son suficientes para vivir se dedicarán con gran intensidad al trasporte de mercancías tanto por la Ría como por el valle del Cadagua. En este sentido los acarreadores de mineral ocuparán a parte de la población durante algunas temporadas anuales siendo, junto a ondarreses y plencianos los más importantes de Bizkaia. La proximidad de las minas de Triano y las buenas condiciones de embarque facilitarán esta tarea. Otro buen número de personas se emplearán como marineros.
La sociedad baracaldesa quedará configurada por una nobleza privilegiada, una burguesía mercantil que, aunque viviendo fuera de la anteiglesia, tiene en ella sus propiedades (de las que recibe rentas abundantes) y una mayoría de campesinos dedicados a las tareas del campo y, cuando estas se lo permiten, al acarreo del mineral a los puertos de Triano, Galindo y Causo. Especialmente importante será el de Galindo situado en el tramo del río que va desde Retuerto a Beurko.
Mitxel Olabuenaga
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