Ruta al nacimiento del Cadagua y otros rincones del Valle de Mena
El Cadagua nace en el valle de Mena y desemboca en el Nervión. Se filtra de los Montes de la Peña en una umbría bajo el puerto de la Magdalena y el Canto Muriel. Luego, convertido en arroyo, salta entre encinas de poza en poza y llega al llano. En años con pluviometría normal. No en éste, con lluvias torrenciales que han hinchado los acuíferos. El río es ahora un borbotón que brota de la roca.
Cadagua es un pueblo pequeño en la ladera de La Magdalena. Dicen que allí y en Sopeñano sólo pega el sol en verano. Una verdad a medias. Aparcamiento junto a la fuente con abrevadero y la iglesia consagrada a San Andrés. Fiesta en noviembre, pero se celebra en verano ‘por el frío y la nieve’.
Un letrero indica 600 metros al nacimiento del río. El camino desciende entre encinas. Un amplio claro donde rebrotan las hayas y un cierre (izquierda). El sendero cruza un prado y llega al surgidero del torrente. El río que encontramos es adulto, que se desborda de salida. Ensordecedor. Incluso peligroso. Se merece la visita.
Vuelta al pueblo. Sorprenden dos hermosas casas que fueron de una rica familia del lugar. Andrés Gómez Mena, nacido en 1849, emigró a Cuba e hizo fortuna. En unas pocas décadas levantó un imperio azucarero y su familia se convirtió en una saga poderosa. La entrada de Fidel Castro en La Habana (1959) les obligó a recomenzar en Estados Unidos. Hoy la empresa de los Gómez Mena se llama Florida Crystals y produce dos tercios del azúcar que se consume en ese país.
La tragedia de Villa Daría
Una de las casas es modernista, del año 1936, y otra más antigua (1910) de inconfundible estilo indiano. Se llama Villa Daría. Se asoma al valle y aún conserva el esplendor de los dorados años veinte. Pero tiene una historia trágica.
En el verano de 1927 Alfonso Gómez Mena, hijo del fundador de la dinastía, casó en la iglesia de su pueblo de origen a su hija Cristina, nacida ya en Cuba, que ese mismo día cumplía 18 años, con José de la Sota, farmacéutico militar de la aristocracia santanderina. Comenzó el convite. En un aparte Alfonso les regaló un Cadillac. Y los recién casados lo estrenaron de inmediato con un viaje a Bilbao pero la mala suerte hizo que volcaran en Zalla. Cristina, con el cráneo fracturado, falleció en el hospital de Basurto. Su marido le siguió días después. Un destrozado Alfonso Gómez Mena rompió los vínculos con su tierra natal. Cerró la villa y no volvió. Estuvo vacía durante décadas. Años después fue adquirida por la fábrica de productos fotográficos y radiográficos Valca. Aprovechaba la pureza y temperatura del agua del Cadagua y fue el motor del valle entre los años 1940 y 1993, fecha de su cierre. Villa Daría volvió al mercado. Luego ha sido casa rural y ahora está de nuevo en venta.
Cómo llegar: BI-636 y CL-629 cruce de Paradores. BU-V-5435, Lezana de Mena y Cadagua. BU-V-5433 a Vallejo.
Duración: 5h.30′ (40′ Cadagua-nacimiento)
Los horarios detallados deben ser tomados siempre como orientativos, ya que cada persona tiene su ritmo de marcha y una preparación determinada que repercuten en esa velocidad. Están calculados sobre una velocidad media y sin contar paradas. De todas formas, el objetivo de una excursión nunca debe ser cumplir con unos horarios predeterminados o establecidos por terceras personas, sino encontrar un ritmo de marcha adecuado a cada uno y que permita disfrutar del paseo.
Distancia: 14,75 km
Desnivel positivo: 320 m
Severidad del medio: 1
Dificultad orientación: 1
Dificultad del terreno: 1
Esfuerzo necesario: 2
La torre de los Velasco en Lezana
Si venimos a pie de Paradores (4 km) habremos pasado por Lezana de Mena. Allí, en el límite de los prados y con vista sobre el valle se eleva la Torre de los Velasco. Un magnífico baluarte de 72 pies de altura, con ventanas ajimezadas, patio de armas, paseo de ronda y puente levadizo. Su primera data histórica es del año 1397 cuando pertenecía a Pedro Gómez de Porras. Tras la batalla de Nájera pasó a ser baluarte de los Velasco. También está a la venta.
Encima de Cadagua está la estación del tren. Aún en uso. El edificio conserva el empaque de los años buenos del carbón. Una carretera de grava sube hasta las vías. Antes, cruzamos con el GR-85 que por La Magdalena lleva a Castrobarto (7 km). Por el otro lado indica 7,8 km a Villasana a paso tranquilo. Es un camino que baja entre bosques de robles, hayas y avellanos que protegen prados donde pastan vacas y caballos. Pasamos junto al templo románico de Siones antes de cruzar con la BU-V-5433 en Vallejo. Y luego, en paralelo al Cadagua hasta encontrar el desvío a Villasana de Mena, final de este recorrido a pie (o en coche) por este precioso confín de Mena.
Iñigo Muñoyerro
Tomado de www.elcorreo.com
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