La lluvia no agua la Fiesta de La Cereza de El Regato
Las tradiciones están tan arraigadas en los pueblos que las profesan que están a prueba de todo tipo de inclemencias. Ayer, la ciudadanía de El Regato y, por extensión, de Barakaldo demostraron que su pasión por la Fiesta de La Cereza está muy por encima de todo lo que pueda dificultar el disfrute y las actividades previstas un aguacero. La lluvia fue en la jornada de ayer un asistente que no estaba, ni mucho menos, invitado, pero con el que convivió muy bien El Regato en esta fiesta en la que esta zona barakaldarra recuerda sus raíces y muestra cómo era hace un siglo.
Así las cosas, la jornada festiva comenzó hacia las 10.30 horas con la apertura de la feria agrícola, un evento que llevó hasta este paraje de Barakaldo a productores de pan, quesos, hortalizas, manualidades y productos de artesanía. Los productores, como todo el mundo, tuvieron que ingeniárselas para hacer frente al chaparrón que cayó sobre El Regato y poder desempeñar su actividad de la mejor manera posible. Al mal tiempo, sin lugar a dudas, hay que ponerle buena cara y ritmo, y fue lo que hicieron ayer en El Regato. De esta manera, se pudo disfrutar de una kalejira de txistularis que fue el aperitivo al concierto que ofreció la Banda Municipal de Música. Estaba previsto que la actuación fuese un pasacalles, pero las inclemencias meteorológicas hicieron que, finalmente, el concierto se diese en los soportales de la iglesia. Allí se pudieron escuchar temas muy queridos en Barakaldo, pero, en la jornada de ayer, sin lugar a dudas, uno de los más tarareados y cantados al ser interpretado por la banda fue el himno del Barakaldo. Entre las personas que estuvieron presenciando la actuación de la Banda Municipal de Música estaba la alcaldesa fabril, Amaia del Campo. “La fiesta no se detiene nunca. Pese a la lluvia, desde primera hora se veía mucha gente aquí en El Regato. Este es un día realmente bonito porque esta es una fiesta con mucha tradición y es un día con un fuerte sabor barakaldarra. Es un gusto ver a la gente de El Regato tan involucrada en su fiesta y que la vivan de una forma tan intensa y emotiva”, comentó la primera edil fabril.
Las cerezas fueron una parte muy importante de lo que fue El Regato hace cerca de un siglo. De hecho, hace cien años se celebraba la Fiesta de La Cereza en esta zona de Barakaldo, pero la irrupción de la Guerra Civil acabó con ella y no fue hasta el año 2006 cuando se volvió a recuperar esta celebración que 18 años después de su recuperación está totalmente asentada en el calendario de festejos barakaldarra. “Sin ninguna duda, esta fiesta está más que asentada y hay que decir que las fiestas de los barrios de Barakaldo tienen cada vez más éxito. Esta además, con el marcador carácter histórico y de recuerdo que tiene, recibe una gran aceptación y está más que asentada”, reconoció Del Campo. La mayoría de los asistentes ayer a la Fiesta de La Cereza de El Regato eran ya expertos en esta celebración, pero había una delegación de la localidad navarra de Milagro que eran debutantes en estas lides. La relación entre esta localidad y El Regato se ha ido forjando gracias a la importancia de la cereza en ambos puntos. De este modo, desde el Ayuntamiento de Barakaldo se invitó a asistir a una delegación del Consistorio de Milagro encabezada por su teniente de alcalde, Belén Cerdán. “Nos sorprendió la historia que tienen Barakaldo y El Regato con la cereza, nos invitaron y aquí estamos”, señaló la teniente alcalde de esta localidad que el próximo fin de semana celebrará su Fiesta de La Cereza.
El plato fuerte de la jornada de ayer llegó sobre las 12.30 horas, cuando el grupo Erreka Ortu mostró su espectáculo Sustraiak: La Sastraren Historia, un montaje en el que se narra la historia de Inés, una mujer de El Regato que era conocida como La Sastra. Ella fue una de las personas que en la década de los 20 del pasado siglo impulsó la Fiesta de La Cereza de El Regato. A través de bailes, Erreka Ortu narró la historia de La Sastra y, también de la Fiesta de La Cereza, un evento con el que El Regato volvió a reencontrarse con su historia en la que además de las ferrerías, las cerezas tienen un peso muy importante.
Tomado de www.deia.eus
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