Toros en Barakaldo
En más de una ocasión, mientras buscaba noticias referentes a Somorrostro en la prensa de comienzos del siglo pasado, me he tropezado con gacetillas sobre corridas de toros y, a pesar de que se citaban algunos diestros naturales de nuestra tierra, siempre las pasaba de largo. Nunca he sido aficionado a los toros y pensaba -admito que de forma equivocada- que aquellas gacetillas no tenían más interés que la mera anécdota del nombre del participante. Claro que, cuando compruebas que esas noticias se repiten con cierta frecuencia, y que tal vez esté dejando pasar -por mi absoluto desconocimiento de este tema- algo que puede ser interesante, o por lo menos, curioso, no te queda más remedio que rectificar y tratar de recuperar todo aquello que se pueda para que no se pierda su recuerdo.
De hecho, consultando el asunto en internet, he podido comprobar que en los primeros años del siglo XX había bastantes toreros nacidos en Somorrostro y en su entorno inmediato, e incluso, que alguno de ellos alcanzó fama considerable. Para los entendidos no serán extraños los nombres de diestros naturales de Barakaldo como Serafín Vigiola del Torco conocido como «Torquito«, que nació en el año 1890; Juan Manuel Echevarría alias «Manolo Chacarte» , nacido en 1932; Jerónimo Arana cuyo sobrenombre era «Chatillo de Baracaldo«. También hubo un «Morenito de Baracaldo«, pero de este no he conseguido saber su nombre auténtico; ni tampoco he podido confirmar si existió en la realidad un «niño de Galindo«, que cita el portugalujo J. A. Zunzunegui en una de sus obras. En el municipio de Sestao nació, en el año 1895, Domingo de Uriarte, más conocido como «Rebonzanito«, por ser natural de un caserío de Rebonza. Claro que la palma, en cuanto a la calidad de los toreros, se la llevaba Bilbao y su alrededor, donde nacieron Cástor Jaureguibeitia «Cocherito de Bilbao«, Antolín Arenzana Escudero «Recajo«, José Muñagorri y Martín Echeandia «Chiquito de Basurto«, entre otros.
Esta que sigue, es una gacetilla referente a las novilladas en Barakaldo, que tuvieron lugar en el mes de Noviembre de 1906, y no en el habitual mes de Julio, en el que se celebraban las corridas de esta localidad coincidiendo con la festividad de San Cristóbal.
«TOROS EN BARACALDO: CORNADA GRAVE, SUSTOS Y CARRERAS.
Ayer tarde celebróse en Baracaldo una miganga titulada «El Estradillo» y a continuación estaba anunciada la lidia de dos novillos en puntas, banderilleados por diestros de Bilbao.
En «Estradillo» no ocurrió ningún percance a los lidiadores, pero el segundo toro de lidia ordinaria, cogió dentro del burladero al conocido diestro Luis Martín (Martilla), infiriéndole una cornada profunda en el muslo izquierdo, que según el facultativo, no seccionó la arteria femoral por el canto de un duro, salvándose el diestro de la muerte por milagro.
Sacado «el Martilla» de la plaza se vio que no había ni médico ni botiquín, por lo cual hubo necesidad de introducir un pañuelo por la herida, para contener la hemorragia; llevándose al herido en un coche a una botica que se halla un poquito lejos de la plaza, y allí le curaron, además de la herida, de tres fuertes contusiones en la región glútea.
Siguió la lidia y el toro tomó querencia al sitio de la desgracia, que está pegando con la puerta de la cuadrilla, y dando unos derrotes casi sacó de cuajo al burladero.
Después de varios capotazos el toro se acercó a la puerta y de un derrote la tiró al suelo y se salió al pasillo, entonces el público, preso de un gran pánico, empezó a atropellarse por los tendidos y no ocurrió una catástrofe porque los diestros bilbainos Manquito y Ocejito, este último de paisano, se colocaron en la puerta y con un capote entretuvieron al toro, hasta que entró de nuevo en el ruedo, en medio de un gran escándalo.
El toro no salió a la calle por un milagro, pues estaba tirando derrotes a la puerta de salida, cuando los diestros citados lo distrajeron con los capotes y evitaron que el toro subiera al tendido, pues faltó poco para ello.
Esperamos que las autoridades de Baracaldo, para novilladas sucesivas, obligarán a los empresarios a adoptar cuantas medidas de precaución sean necesarias para la lidia de reses bravas, tanto en lo que respecta a los burladeros para la seguridad de los lidiadores como de la resistencia de las puertas.
UN AFICIONADO»
EL NERVIí“N, 6 de Noviembre de 1905
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