BARAKALDO EN 1911 (El contexto socioeconómico y político) (I)
Para una adecuada comprensión del imaginario barakaldarra, es preciso delimitar cuantos factores infraestructurales influían sobre el mismo, en un municipio en rápida transición de la sociedad tradicional a la moderna, del mundo agropecuario a la industrialización ya consolidada. Y la influencia que estos factores pudieron ejercer sobre la mentalidad de mis informantes, cuando habían alcanzado su pubertad o adolescencia. Influencia reforzada por los 70 años transcurridos desde el año tomado como referencia (1911) hasta el de mi encuesta. La modernidad modifica las ocupaciones y mentalidades de la población barakaldarra; en un proceso esbozado a mediados del siglo XIX, que avanzaba a un ritmo vertiginoso con la primera industrialización desde la década de los ochenta.
2.1. Cuestionario municipal
Este contexto dual del Barakaldo primisecular, ya apuntado a grandes rasgos, queda detalladamente perfilado por un amplio cuestionario socioeconómico –a requerimiento de la Diputación de Vizcaya- contestado por el Ayuntamiento de Barakaldo en 1911.
La población, que en 1900 ascendía a 15.013, se cifra ya en 17.950 habitantes; residentes en las 396 casas existentes en el recinto urbano y 786 fuera del mismo. El casco urbano de esa época ya ha fagocitado los barrios de Arana, Larrea, Lasesarre, Rágeta, Reketa y Zaballa. El Desierto cuenta -en 1910- con 8.884 habitantes; Landáburu y Arrandi: 1.955; Lutxana y Bituritxa: 1.552; San Bizente (con Arteaga, Arteagabeitia, San Bartolomé; Zuazo y Zuloko): 1.218; Retuerto: 1.215 (con Ansio, Ametzaga, Kareaga, Ugarte la Vieja y otros); El Regato: 1.040; Burzeña, Cruces y Llano: 1.017; Alonsotegi: 704; Irauregi y Aldai:
493; Beurko: 203; dispersos: 968. Es importante relativizar estas cifras porque mientras que las viviendas del casco urbano se insertan en edificios de varios pisos, las restantes son, en su mayor parte viviendas unifamiliares. Y cabe preguntarse dónde se incluyen las
viviendas por pisos de Lutxana, Burzeña, Retuerto o Larrazabal-Santa Águeda, principalmente.
Asimismo, el municipio cuenta con alumbrado público eléctrico, red de alcantarillado y servicio de aguas, con 63 fuentes en calles y barrios. Caminos vecinales en perfecto estado, una calle asfaltada y varias aceras. Lavaderos públicos en Lutxana (1889) y en Rontegi (1890). Red de alcantarillado y saneamiento.
Un nutrido sector educativo: 22 escuelas “oficiales”, 10 extraoficiales “costeadas también por el Ayuntamiento”, más otros tres de educación primaria por la Sociedad Altos Hornos de Vizcaya: Escuela de párvulos, regentada por las religiosas Hijas de las Cruz, instaladas en 1872, donde acuden 1.252 niños y niñas gestionada por la Sociedad de Socorros de la Fábrica del Carmen. Escuela de instrucción primaria, con 459 matriculados. Dos Escuelas de Artes y Oficios, subvencionadas por la Empresa, la Diputación y el Ayuntamiento, ampliada entre 1894 y 1902, con 300 estudiantes. Todo ello en 1908 y otros dos privados de primera enseñanza. Uno de ellos, la Escuela Salesiana, que comenzó a funcionar en 1898. En 1905, el Círculo Republicano creó una Escuela Laica.
Fuerzas de policía: 13 alguaciles más su jefe, nueve serenos y un guardabosques. Más la Guardia Civil: un teniente Capitán Jefe “de la línea denominada Baracaldo”, un puesto, a cargo de un sargento en La Punta, y otros tres mandados por cabo, en: San Bizente, Arnabal y Alonsotegi. Más un puesto de carabineros.
Servicio telegráfico limitado y telefónico permanente. Cuerpo de bomberos. Un hospital para enfermos infecciosos y otro a cargo de la Sociedad Altos Hornos de Vizcaya, con seis
camas, ubicado en el barrio de San Bizente (1910), al igual que se atendía el cuarto de socorro. Para los casos de enfermos infecciosos hay una máquina para “destruir los microbios” y otros “tres artefactos manuales para desinfectar habitaciones”.
Banda de Música y tamboril (txistu), para el baile público y solemnidades, costeados por los fondos municipales. Servicios culturales y de ocio deportivo: un orfeón, un juego de pelota y 14 de bolos. La banda de música La Lira también actuaba desde 1899 con carácter municipal en las celebraciones barakaldarras. Y algunos componentes de la sociedad de socorros de AHV formaron la banda La Infantil, que actuó en varios festejos de 1892 y 1893.
Había, por entonces, siete ermitas, con 19 romerías o fiestas detalladamente enumeradas, casi todas tradicionales. Y diez sacerdotes. En su mayoría adscritos a la iglesia parroquial de San Bizente, pero es de suponer que también en la de San Bartolomé (Alonsotegi), en la de Ntra. Srª. de la Natividad (Burzeña) y en la de San Roke (El Regato).
En cuanto al sector primario: dos bosques (Sarrakolanda y Artatxu), y diversos montes o ríos principales. Más tres molinos, dedicados a la transformación de productos agrarios.
Hasta aquí las respuestas al estandardizado cuestionario oficial, pero la información principal es la añadida por el Ayuntamiento barakaldarra a instancias de la institución demandante. En el sector extractivo existen varias sociedades mineras de hierro, con sus
respectivos ferrocarriles; de Triano (1865), promovido por la Diputación, Compañía Orconera (1877), Sociedad Franco-Belga (1880) desde Ortuella; y Luchana Mining (1877) desde El Regato, “que tienen los cargaderos para los vapores (barcos) en los puntos de Luchana y Réqueta”. Por último, los de viajeros de Bilbao a Portugalete (1884) y el de La Robla (1888), que acercaba el carbón de las cuencas hulleras leonesas y palentinas, cruzando el barrio de Irauregi, y con cargadero en Lutxana; con sus respectivos puentes metálicos.
Entre las principales minas de hierro, al S. O. del gran yacimiento de Matamoros, escalonadas desde las laderas de los montes Argalario y Mendibil hasta el arroyo Cuadro u Oiola: Las Julianas y Arnábal en Arnabal, explotadas por la Luchana Mining Company. En los montes de Barakaldo también hubo una pléyade de pequeñas minas: Carmen y otras en Burzako, Dificultosa y Concepción en Polveros, Figueras, en Peñas Blancas; Coto
Alonsotegi y otras en las estribaciones del macizo Pagasarri-Ganekogorta. Aunque las más importantes se localizaban en el valle de El Regato.
La calcinación del mineral se realizaba mediante hornos al efecto, de los que la Luchana Mining estableció cuatro en Las Julianas y uno en La Paquita. También se aprovecharon, mediante lavado, los minerales procedentes de las escombreras de varias minas: Manuela, Plácida y Lejana. Más las canteras tejeras (Cruces y Lutxana), de cayuela (falda de Róntegi), caliza (El Regato), arenas refractarias (Cruces) y otras. También se produce carbón vegetal, “más que lo necesario para el consumo”.
En el de transformación existen las fábricas siguientes: la fundición de hierro y acero de la Sociedad Altos Hornos de Vizcaya, en la capitalidad de El Desierto. Comprendiendo las factorías de Barakaldo y Sestao –fusionadas en 1902- con un número total de 5.850 obreros y empleados en 1909, siendo imposible desglosar los correspondientes a la Anteiglesia, muchos de los cuales también trabajaban en las factorías de Sestao: La Vizcaya (1882) y La Iberia (1887), especializada en hojalata y con un gran taller de llantas, ejes y ruedas para material móvil ferroviario. A escasa distancia de El Desierto, aunque ya en el barrio sestaoarra de Urbinaga se levantó la fábrica San Francisco de Mudela (1883).
La fábrica de Barakaldo, Ntra. Srª. del Carmen, se instaló en 1854 en la confluencia del río Galindo con la Ría. A partir de ese momento otras, en declive por su atraso tecnológico y financiero: la efímera Fábrica de Hierro de Irauregi (1859-1868), la fábrica de Puerto Rico o Santa Águeda (Kastrexana) en 1863. En 1882, en Barakaldo, surge la Sociedad Altos Hornos y Fábricas de Hierro y Acero de Bilbao.
En el sector metalúrgico existían otras fábricas más pequeñas, la de fundición Ntra. Sra. del Rosario (Serapio de Goicoechea), en Lutxana; una de clavos y alambres de Francisco de Echevarría (Santa Águeda-Kastrexana), otra de alambres denominada Alambres del Cadagua (Alonsotegi) y Vidarte y Cía (herramientas). Más la de alumbrado (Sociedad Electr. Nervión); una más de hilados de yute de Rica Hermanos (en Arbuio – Zaramillo); dos de tubos de gres (José Arístegui y Castillo y Cía.), otra de tejas y ladrillos (Casimiro Zunzunegui); de cementos (San José); otra de muebles (José Iturmendi), más la de productos químicos Sociedad Anónima de Industria y Comercio. Y la oficina de la Sociedad Tranways et Electricits, dueña de los tranvías de Bilbao a Las Arenas y Algorta. Sita, como la anterior, entre los barrios periurbanos de Lutxana y Burzeña.
Junto a estas industrias nacen otras menores: canteras (Róntegui, El Regato y Cruces) de cal hidráulica, jabón, hornos para cocer ladrillo, tejeras (Cruces y Lutxana), de fosfatos y colas, conserveras y pequeños talleres de fundición y ajuste. En 1913 se establecen en el municipio y su barrio de Lutxana dos importantes sociedades dedicadas al sector químico: la Sociedad de Maderas y Alquitranes y la Sociedad General de Industria y Comercio, produciendo ésta ácido sulfúrico y motivando una manifestación vecinal por el despido de humos calcinantes por el entorno.
Durante la primera década del siglo XX el número de trabajadores industriales y mineros en Barakaldo era de 4.000, y en 1913 suponían el número de 4.744.
En lo concerniente al sector terciario, existían: el mercado junto al ferrocarril de Bilbao a Portugalete (1901); 130 comercios, casi en su totalidad de ultramarinos, “sobresaliendo por su importancia la Sociedad cooperativa de Altos Hornos de Vizcaya”, 5 cafés y un número indeterminado de tabernas. Más diez restaurantes en 1910. Tres farmacias, 4 droguerías, 3 ferreterías, 8 panaderías y “diversos establecimientos de quincalla”. Dos fondas y ocho posadas.
Y servicio de tres carreteras provinciales, cuatro ferrocarriles y un tranvía eléctrico. La Alhóndiga del núcleo de El Desierto fue construida en 1883. Más el cementerio de San Bizente, ampliado en 1889.
En cuanto al sector agropecuario, cito literalmente: “Una gran mayoría del término municipal está destinada a agricultura que produce maíz, patatas, alubias y trigo. Se cosecha también abundante y buen chacolí, pavías, cerezas y castañas, como también se recolecta de toda clase de hortalizas, siendo de anotar por ser de excelente calidad los pimientos y espárragos”. Previamente se había producido una ampliación espacial del agrosistema. En 1899 se cultivaban 33 hectáreas de trigo y 47 de maíz, con 81 y 56 q. de producción respectivamente; más 1.141 hectólitros de txakoli, cifra que descendió hasta 580 h. en 1907, su punto más bajo tras las epidemias del oídio, el mildiu y la filoxera (Ibáñez 1994: 77, 81, 85). La cabaña ganadera era numerosa en 1911, contando con la afamada feria de Cruces.
JOSÉ IGNACIO HOMOBONO MARTÍNEZ
Comentarios recientes