Calle Berriotxoa
Nuestro querido y Santo patrón de Vizcaya, Valentín de Berriotxoa, nació en Elorrio el día 14 de febrero del año 1827, y su martirizada vida se truncó en plena juventud. Tan sólo alcanzó los 34 años de existencia, una corta vida llena de santidad y de oficios. Mucho antes de que el pequeño Valentín tomara la determinación de dedicar su fe en la Orden Dominica, ya hacía sus pinitos como monaguillo en la iglesia de su pueblo natal, a la vez que resultaba ser un buen estudiante. Alternaba los libros con la sierra y el escoplo de aprendiz de carpintero. Buen pelotari, dantzari y bertsolari. Después la fe de Cristo llamó a su puerta e ingresó como sacerdote en la Orden de los Dominicos, para servir a Dios como misionero en Manila, Macao y Tonkin, siendo uno más entre los 117 santos mártires del Vietnam, entre los que se contabilizan once españoles. Fueron canonizados por el Papa Juan Pablo II en junio de 1988.
No es fácil poder contar con una talla del santo de los vizcaínos, pero sí con un cuadro, cuyas dimensiones son de 3,75 de ancho por 5 de alto, y que representa a los 117 mártires que fueron quemados, decapitados y estrangulados por los vietnamitas. Su autor es Víctor Sarriugarte.
La calle que en el año 1930 se le dedicó a nuestro beato, hoy santo, está en pleno corazón del barrio de Zaballa, pero entonces era poco menos que una estrada en la que se daban cita unas pequeñas casas a modo de «chalecitos», que eran la envidia de todos por su situación e independencia. Actualmente las construcciones son más elevadas y quizá sea ése el motivo de que el recuerdo sea más nostálgico. Pero si así lo quisieron, así lo tenemos.
Tomado de Carlos Ibáñez
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