LA FÁBRICA DE SANTA ÁGUEDA-ECHEVARRIA Y EL ÚLTIMO PUENTE COLGANTE (1956) (I)
La fábrica de Santa Águeda, que durante años perteneció a Echevarria SA y hoy a Profusa, remonta su historia al menos hasta el año 1862. Nació como una pequeña factoría que creció y se desarrolló rápidamente, dando inicio a un proceso que se prolongó hasta su cierre en 2013 y que le llevó a ocupar la totalidad de las dos orillas del río Cadagua, en el entorno de los barrios de Zubileta (Barakaldo) y Kastrexana (Bilbao).
La fábrica representa un fantástico compendio de la evolución industrial de Bizkaia y por ello merecería un estudio detallado de su historia. Además, es una relevante instalación patrimonial tanto si la vemos de manera global, atendiendo a la suma de todas sus instalaciones, como si la diseccionamos en diferentes elementos.
Siguiendo esta segunda idea, merecen destacarse, entre otros muchos elementos, sus hornos altos, los enormes pabellones, el área de laminación, el gasómetro o los almacenes de coque, a los que habría que sumar los puentes, la capilla, las oficinas, los comedores, las estaciones, las pasarelas, el frontón, las viviendas de obreros, etc., muchos de ellos en pie aun hoy en día.
De entre ellos queremos poner en valor un elemento singular, sin duda no el más importante ni tampoco el más relevante pero sí único en su categoría y, probablemente, el último que sobrevive en Bizkaia: el Puente Colgante de Santa Águeda.
Construido probablemente en 1956, es quizás el último de su género, continuador de los famosos y desaparecidos puentes colgantes de Burceña (Barakaldo) y Bilbao y nos sirve tanto para destacarlo como pieza patrimonial como para integrarlo dentro de la evolución de la fábrica en los años 50 y 60.
EL DESARROLLO INDUSTRIAL DE LA CUENCA DEL CADAGUA
Entre finales del siglo XIX y principios del XX la cuenca del río Cadagua dio comienzo a un proceso de industrialización que ofrece como resultado la erección de diversas fábricas, algunas de las cuales consiguieron llegar en funcionamiento hasta el último tercio del siglo XX, y otras hasta la primera década del siglo XXI. Se trata, además, de un proceso constante en el tiempo pues a las instalaciones levantadas entre finales del XIX y principios del XX5 se le unirán otras construidas en los años 50 y 60 del siglo XX.
En Balmaseda destacan la fábrica textil Boinas La Encartada (1891-1992), la siderúrgica Fabio Murga (1934 -hoy Winoa-) y los Talleres del ferrocarril de La Robla (1894); en Zalla las fábricas de PEALSA -Plomos y Estaños Laminados SA- (1874-2009), la de papel de fumar Serrano y familiares (1871-1930 aprox.) o la Papelera Española SA (1901) -pervive una parte bajo el nombre de CEL-; en Gueñes la fábrica textil La Conchita (1903-1972) o la química Atochem (1961-2014), y en Alonsotegi la fábrica de Hermanos Rica (1890-1984) donde se elaboraban sacos a granel.
Este conjunto industrial se completaba con otras instalaciones menores pero relevantes
desde el punto de vista económico. En Balmaseda, junto a los abundantísimos talleres de muebles, se crearon pequeñas fábricas como Manufacturas Rodet, El Cocherón o la Electra de Heros, entre otros; en Zalla las Electras de La Mella y Bolunburu, en Gordexola Garsa, en Alonsotegi Alambres del Cadagua, etc…
EL DESARROLLO INDUSTRIAL DEL ENTORNO DE ZUBILETA-KASTREXANA
El mismo proceso que se estaba dando en los tramos alto y medio del río se repitió en las proximidades de su desembocadura, en ambas orillas, entre los barrios de Zubileta y Kastrexana. Allí, Máximo Unzaga11 levantó hacia 1795 una fandería siguiendo el ejemplo previo de su padre Juan Antonio, quien construyó la primera que existió en Barakaldo, y segunda de todo el estado, sobre las antiguas instalaciones de la ferrería de Aranguren en 1776.
La fandería de Máximo Unzaga no debió funcionar durante demasiado tiempo, cerrando finalmente y quedando sus restos abandonados. Será allí, en 1862, donde Facundo Chalbaud13 fundará la fábrica de alambres Puerto Rico o Santa Águeda, de la que ya habló Trueba en 1880 a causa de los desperfectos que sufrió el puente del Diablo, su vía de acceso, durante la última guerra carlista: en la orilla izquierda del río existe una gran fábrica de hierro que no porque hoy esté accidentalmente cerrada deja de ser uno de los establecimientos del Señorío. Sería una gran desgracia para aquel establecimiento la ruina del puente, que es la principal y casi la única comunicación de la fábrica.
Posteriormente, sobre esta primera instalación, se creó en 1890 la Sociedad de Santa Águeda con el fin de trefilar y galvanizar alambres, puntas y tachuelas de hierro gris. A partir de 1903 esta sociedad operará con el nombre de Federico Echevarria e hijos, que se deshizo en 1920 para convertirse en Sociedad Anónima Echevarria.16 Finalmente, en 1984, pasó a denominarse Profusa -Productos de fundición SA-, nombre que se mantuvo en activo hasta enero de 2013.
Javier Barrio
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