
Urbanismo (Textos)

1.- Acerca del término Barakaldo. Jesús y Txomin Echebarria : Orígenes históricos de las Encartaciones. Siglos X-XIII
«Respecto a BARACALDO, aunque igualmente desconocemos su etimología, no obstante exponemos averiguaciones que hemos realizado, sin más intención que aportar algunos datos, por si son de alguna utilidad. Con parte similar al topónimo Baracaldo existe, en Bizkaia, el lugar «Aracaldo». En la distinta documentación que hemos consultado para la realización del presente trabajo, hemos podido comprobar la existencia de una serie de topónimos cuya primera parte es «BARA». Así, tenemos: BARAlanguas, Lago BARAsona, BARAhona, BARAdaI, BARAí‡al, BARAibar, VARAtojo. En Mendeta (Bizkaia) hay un lugar llamado BARAscaldo. Y en las mismas Encartaciones tenemos los lugares de BARAcosa en Santurce y BARAtachones en Galdames. Igualmente, aunque pueden ser cosas diferentes, hay La VARA y las VARAs en Carranza, VARAdillo en Abanto y Ciérvana y VARAs en Zalla.
En cuanto a la forma «CALDO», conocemos un Río CALDO, además de Las CALDAs de Besaya, CALDAs de Nocedo, CALDAs de Bohím CALDAs de Estracho, CALDAs de Malavella, CALDAs de Reyes y un lugar llamado CALDOnes. En las Encartaciones, la Llosa de la CALDA en Trucíos (También documentada como la Llosa de CALDEromaña o CALDA de Romaña), y en Carranza La CALDEreta».
2.- ANTIGíœEDAD DE BARAKALDO.
1366, abril, 14. (Bilbao). El Conde don Tello, Señor de Vizcaya, da el fuero de Vizcaya a la tierra de Baracaldo. Sabino Aguirre «Las dos primeras Crónicas de Vizcaya»
«Sepan cuantos esta carta vieren cómo yo don Tello conde de Vizcaya y de Castañeda, y señor de Aguilar y alférez mayor del rey. Por fazer bien y merced a los fijosdalgo y labradores mis vasallor de la anteiglesia de San Vicente de Baracaldo, e porque los dichos fijosdalgo y labradores me ficieron entender y dixieron que no aviam fuero ni derecho conque se mantener y guardar e pidieronme merced que mandase y lo que tubiere por bien.
yo viendo que es mio servicio, y pro y mejoramiento de los dichos mis vasallos de Varacaldo, tengo por bien y mando que la dicha tierra de Baracaldo desde Herburu fasta el agua de Uribitarte, y d ‘ende Bendívil fasta el agua de Luxarra con todos sus términos así como yo, que sea aforada y mantenida y governada, privilegiada en todos los tiempos y derechos y usos y costumbres, así criminales como civiles, así como es aforada y mantenida la mi tierra de Vizcaya. e que aya la dicha tierra de Baracaldo todos los fueros y usos y costumbres y conpras y vendidas y revendidas, así como los han los de mi tierra de Vizcaya, pero que los dichos mis vasallos de Baracaldo ayan su alcalde o alcaldes de su tierra de Baracaldo, moradores de dentro de los dichos términos. |
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Y que dicho alcalde o alcaldes libren todo pleito o pleitos segund es fuero y derecho de Vizcaia, y del juicio que ellos dieren si alguno se agraviase, que aya la alzada para ante los alcaldes de Vizcaya, y que se libre segund el fuero y uso y costumbre de Vizcaia.E esta merced les fago yo el dicho conde a los dichos vasallos de Varacaldo, viendo que es mío servicio y faciendo pregunta si les (aria la dicha merced que les fago, que les sea tenido y guardado y cumplido para agora y para siempre jamás.
Y que alguno nin algunos non sean osados de ir nin ser nin pasar contra esta merced que les yo fago ni contra parte d’ello. Ca cualquier que le faciese pechare ha en pena 10 mil maravedís, y a los de la dicha tierra de Baracaldo todos los daños y menoscabos que por esta razón feciesen doblado. E porque esto sea firme y non venga en duda mandeles esta mi carta sellada con mi sello de cera colgado.
Dado en la mi villa de Bilbao, 14 días abril, eras de mil cuatrocientos cuatro años. Yo, Francisco Fernández la fiz escribir por mandado del Conde de Vizcaia y de Castañeda».
3.- DESARROLLO URBANO DE BARAKALDO. Maite Ibáñez «Barakaldo»
» Los orígenes del desarrollo urbano de Barakaldo, entendiendo el proceso de urbanización en sentido estricto, se remontan no más allá de las dos últimas décadas del ochocientos cuando el fenómeno industrial, y parejo a él, el enorme crecimiento demográfico experimentado por nuestro municipio modificaron profundamente un hábitat agrícola y rural, conformado hasta entonces por barrios y caseríos dispersos. Quisiéramos anotar, no obstante. que estas breves notas sobre el urbanismo deben completarse necesariamente con el resto de los capítulos que conforman la sección de Patrimonio Histórico-Artístico. aunque aquí se aborde el tema de forma separada e independiente de cada uno de ellos: El primer entramado urbano de Barakaldo, sus primeras «calles», surgen como consecuencia del proceso de industrialización y como respuesta a la ‘necesidad de dotar de una infraestructura «adecuada» a la gran masa de inmigrantes que se asientan en el municipio en busca de un puesto de trabajo. Se construirán las viviendas para obreros, con una tipología edificatoria que poco o nada tendrá que ver con la vivienda tradicional, pero también los mercados, las alhóndigas, las escuelas, y cómo no, nuevos templos parroquiales para cubrir, cuando no fomentar, la demanda de una feligresía en creciente aumento Todo ello se complementará con la dotación de los, siempre escasos, lugares de esparcimiento público, plazas, jardincillos, con la red de alcantarillados, la canalización de aguas potables, etc., etc Sin olvidarnos del tremendo impacto que supuso la instalación de los diferentes tendidos ferroviarios atravesando la jurisdicción municipal. «La mina, la fábrica, y las vías férreas. he ahí los tres elementos generadores de la ciudad moderna», escribe Lewis Mumford. En los sucesivos apartados, a los que nos remitimos, se abordarán todos y cada uno de estos aspectos con mayor amplitud y exhaustividad. Las líneas que siguen ahora deben entenderse, por tanto. como un avance introductorio, un contexto general en el que enmarcar la configuración y sucesivas transformaciones del vasto entramado urbano de Barakaldo». |
4.- PLANES MUNICIPALES Y COMARCALES DE ORDENACIí“N URBANA. Maite Ibáñez «Barakaldo»
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«En estas dos décadas el ayuntamiento intentó regularizar la expansión urbana mediante planes municipales de ordenación. El que tiene mayor interés es el primero de ellos -«Ordenanzas de la Construcción de 1956»- por elaborarse en los momentos iniciales del crecimiento. Transcurridos treinta años desde el primer Plan de Urbanización (1925), que abarcaba en una estructura de «ensanche» el área comprendida entre el río Galindo y la ría del Nervión, se había cumplido ya la casi totalidad del proyecto en lo que al casco viejo se refiere. Entre una y otra fecha había visto la luz el Plan Comarcal de Bilbao (1943), que afectaría muy directamente al futuro urbanístico de nuestro municipio al designar las vegas del Galindo, por las posibilidades del tipo portuario que ofertaban, como centro preferencial para la ubicación de la industria vizcaína. El plan calculaba que Barakaldo, partiendo entonces con una población de 37.000 habitantes, alcanzaría un total de 58.000 en 1960. Pero ya en 1956 se había superado con creces esta cifra (61.104). Una vez más la realidad sobrepasaba la previsión.Ante la magnitud de este crecimiento demográfico, los fuertes ritmos de la actividad constructiva, que se preveían aun mayores en décadas sucesivas (no en vano se pasó de 6.899 viviendas en 1937 a un total de 20.671 en 1962), y la obsolescencia de los planes mencionados, el ayuntamiento baracaldés encargó a los arquitectos Pedro Bidagor. Luis Lorenzo Blanc y José Sans Gironella, la confección de un nuevo Plan de Ordenación urbana.
Las Ordenanzas se extendían en extenso detallando las características de viviendas, edificios y calles. Se organizaba el terreno útil en varias zonas de bloques aisladas y ciudades-jardín y se reiteraba el carácter de edificación intensiva -en manzana cerrada- para el casco urbano. Tres líneas de actuación eran especialmente reseñables :
- La separación de la vivienda y la industria. Una clasificación según el grado de molestia o peligrosidad potenciales abarcaba desde los talleres artesanales hasta las industrias más nocivas. Se exceptuaban las zonas en las que coexistiesen previamente las áreas residenciales y fabriles. Este era el caso de Luchana, Burceña y el valle del Cadagua. Se disponían otras en exclusiva para la industria. en Retuerto y en las orillas del Galindo.
- La formación de núcleos autónomos separados del casco urbano, tales como Cruces y San Vicente. Se admitiría en estos centros secundarios todo de establecimientos comerciales, religiosos, culturales, recreativos, etc., etc.
3. Un cierto carácter provisional. La vega de Ansio, destinada a zona de edificación abierta, quedaba en reserva para otros posibles usos. Beteluri quedó como polígono edificable, a disposición de la comarca del Gran Bilbao. Una disposición final complementaria determinaba la revisión de las Ordenanzas cada cinco años.
Si bien es cierto que las ordenanzas infirieron un cierto grado de organización al desorbitado crecimiento, también lo es que no evitaron la especulación.
El siguiente Plan de Ordenación. de 1968, aportó muy pocas novedades. Con todo, interesa por las oposiciones que provocó, encabezadas especialmente por los industriales, contratistas y propietarios particulares de viviendas.
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Algunas empresas se vieron afectadas por el trazado de vías de comunicación proyectadas (Beurco) o por las recalificaciones de ciertas zonas, como Lutxana. Las reclamaciones, no obstante, se centraron con especial intensidad en los puntos de Alonsótegui e Iráuregui, hasta el punto de conseguir la modificación de ciertas disposiciones que restringían la instalación de nuevas industrias en sendas barriadas.Ninguno de estos planes urbanísticos llegaron a resolver la disyuntiva entre el intenso crecimiento residencial y la extensa colonización industrial. íšnicamente se observa una creciente «‘permisividad» en las sucesivas reglamentaciones en orden a incrementar constantemente el volumen edificable en los suelos de uso residencial. Contribuyendo así a congestionar, aun más, los barrios de viviendas, y por consiguiente, a agravar los déficits de equipamientos y transportes. Por otra parte, la explotación intensiva del área de Barakaldo por la industria ha originado una densificación de la red de infraestructuras viarias, y un trazado de esta red exclusivamente en función d ellas necesidades industriales. Un ejemplo de primera magnitud es el caso de los Hornos de Vizcaya, que desde Sestao inicia la progresiva colonización de la margen baracaldesa, que en otra situación geográfica no plantearía problemas urbanísticos especialmente graves como los que ocasiona en el caso de Barakaldo, al entrar en abierta contradicción, a partir de los años cincuenta, con un desarrollo demográfico y una densificación habitacional tan intensos que acabarían por convertir a nuestro municipio en la segunda ciudad del Gran Bilbao, hoy comarca del bajo Ibaizabal.»
5.- EL PLAN URBAN
Gorka Pérez de la Peña «Plan Urban, un atentado a la memoria de Barakaldo». (El Mundo,96)
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«Este articulo tiene como finalidad llamar la atención sobre el desconocimiento que atestiguan tanto la sociedad baracaldesa como las instituciones municipales en lo referente a la existencia de un casco histórico con valores singulares que se deben proteger y salvaguardar para las generaciones futuras. Por esa circunstancia el casco histórico nunca ha tenido reconocimiento legal dentro del planteamiento municipal. de la etapa democrática. Pero lo más grave va a ser la futura aprobación del Programa Urban sin tener una clara consciencia de las consecuencias que esa decisión implica.El casco histórico surge como una alineación de viviendas obreras dispuestas a lo largo de la carretera de Bilbao a Santurtzi, en razón de la inmediatez de la fábrica del Carmen, instalada entre 1854 y 1856 en la que fue la finca de Orbegozo. Esta trama histórica que se articula básicamente entre 1886 y 1930 esta conformada por las siguientes calles: Carmen, Pormecheta, San Juan, Arana, Ramón y Cajal, Ibarra, Portu, Zabala, Fueros, Elcano, Juan de Garay y; la Plaza del Desierto.
Este casco histórico atesora un conjunto arquitectónico de gran interés, con ejemplos modernistas, los más importantes conforman un frente edificatorio de cinco casas. que comienza en la calle Pormecheta y finaliza en Ramón y Cajal, de eclecticismo. clasicista, las edificaciones de la Plaza del Desierto, racionalistas, como el cuartel de la guardia civil, etc.
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Todos ellos se consideran en el Programa Urban como edificios sin ningún interés y por ello a demoler.
El casco histórico no sólo se debe conservar, sino también hay que aplicarle mecanismos de rehabilitación urbanística, social., económica para recuperarlo e integrarlo en la vida económica de la anteiglesia. Esto se conseguiría con la redacción de un Plan Especial, su declaración como área de rehabilitación integrada y la conformación de un organismo a semejanza de Suraldesa o Surbisa que se encargase de su recuperación y dinamización.
El Programa Urban conlleva un atentado gravísimo contra el casco histórico baracaldés, que frente a una actitud integradora del pasado con e! futuro sustentada en la rehabilitación urbanística, social, económica; etc., se opta por una opción de cirugía dura, procediéndose a un proceso de derribos masivos como fórmula de regeneración social y urbanística, manifestando así los responsables de este programa una total ignorancia y desinterés sobre la génesis del Barakaldo contemporáneo. ¿Cómo se pueden proponer fórmulas de futuro sobre un ámbito del que se ignora su historia urbanística?. Por esta sola razón sus planteamientos quedan invalidados y se hace necesaria su revisión.
El Programa Urban propone una formulación urbanística para la regeneración de la ciudad que hoy se considera obsoleta, nefasta y caduca y además se encuentra desprestigiada en los medios profesionales Tiene su origen en el Movimiento Moderno que proponía la destrucción dela ciudad histórica sin ningún miramiento como medio para higienizar la ciudad. La consecuencia de este planteamiento ha sido la destrucción y el arrasamiento de buena parte de los cascos históricos, de las ciudades europeas y de todo el mundo entre 1945 y 1975.
La directriz del futuro se marco en dos documentos internacionales de 1975, la Carta Europea del Patrimonio Arquitectónico y la Declaración de Amsterdam, que supusieron un serio aldabonazo contra la barbarie del urbanismo del Movimiento Moderno. Estas declaraciones proclamaron como objetivo prioritario la recuperación de la ciudad europea, considerada en una globalidad en que monumentos y arquitectura son elementos singulares y contemplando su adecuada integración en el entorno natural. El patrimonio arquitectónico una expresión de historia y nos ayuda a entender la importancia del pasado en relación a la vida contemporánea, constituyendo a la vez un capital de irremplazable valor espiritual, cultural, social y económico. El pasado incorporado al patrimonio arquitectónico da como resultado el tipo de ambiente indispensable para una vida completa y equilibrada. Esta manera de entender el patrimonio cultural, se recoge en gran medida en la Ley de Patrimonio Cultural Vasco de 1991. Si convenimos que existe un casco histórico con valores histórico-artísticos que debemos conservar, la única fórmula posible para salvaguardarlo es buscar su integración en el Plan Urban.
Para terminar hay que insistir en que Barakaldo debe salvaguardar su Casco histórico porque es su elemento diferencial que le otorga personalidad propia. Perdido éste,– sólo queda la vivienda masiva y mediocre de las décadas de los 60 y 70 en barrios mal urbanizados y de nula calidad ambiental. Esto se conseguiría con la elección de una opción de futuro, la rehabilitadora, lo que permitiría la integración del pasado con el futuro, esto es, el casco histórico de Barakaldo rehabilitado en su totalidad y el nuevo del Programa Urban.»
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