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MUJERES y MEMORIA DE LA REPRESIÓN FRANQUISTA EN LA MARGEN IZQUIERDA (I)

MUJERES y MEMORIA DE LA REPRESIÓN FRANQUISTA EN LA MARGEN IZQUIERDA (I)

asdINTRODUCCIÓN

El Paí­s Vasco quedó dividido en dos zonas desde el comienzo de la guerra con el intento de golpe de estado de julio de 1936: por un lado Araba, donde triunfó la rebelión de los militares golpistas, y por otro Bizkaia y Gipuzkoa, donde permaneció el gobierno de la Segunda República. En Gipuzkoa la rebelión militar fue abortada y en Bizkaia no se llegó a producir.

En Bizkaia el primer Gobierno Vasco autónomo tuvo plena vigencia hasta la caí­da de Bilbao en junio de 1937. El cerco sobre Bilbao y su comarca fue especialmente dramático, aunque no llegó en ningún caso a los niveles de Madrid o Barcelona. Sin embargo, el imparable avance de las tropas franquistas y los terribles bombardeos sobre poblaciones como Otxandio, Durango y especialmente Gernika, cargada de simbolismo por su identificación con las reivindicaciones nacionalistas, extendieron una sensación de terror entre las filas republicanas. Durante aquellas últimas semanas miles de niños y niñas se embarcaron desde Bilbao y Santurtzi rumbo a Francia, a Inglaterra o la URSS con el fin de evitar que vivieran el desastre que se avecinaba.

Con la entrada de las tropas franquistas y el exilio del Gobierno Vasco se intensificó la maquinaria represora del nuevo régimen militar, aunque en Gizpuzkoa y Araba, en el contexto del enfrentamiento bélico, ya habí­a comenzado la represión. En Araba se produjeron alrededor de 175 ejecuciones durante la Guerra Civil, en Gipuzkoa alrededor de 600 y en Bizkaia superaron las 900[1].

En la vecina Navarra, a pesar de que no hubo contienda bélica ni persecución religiosa por parte de los republicanos, las cifras de fusilados por el bando franquista fueron en comparación con el Paí­s Vasco desmesuradas: en conjunto se superaron las 3.000 personas.

En el Paí­s Vasco las fuerzas de izquierda estaban representadas mayoritariamente por el socialismo, pero también era importante el núcleo comunista en torno a la zona minera de Bizkaia. En cambio el anarquismo era una fuerza polí­tica residual, apenas circunscrita a ciertos núcleos de la capital alavesa. En el plano sindical, sindicatos como UGT, mayoritario en la Margen Izquierda y en Bilbao, fueron prohibidos y sus militantes sufrieron la misma persecución polí­tica que los militantes del partido socialista. De igual forma sucedió con SOV – ELA, vinculado al Partido Nacionalista Vasco.

Dado que el Paí­s Vasco quedó dividido en dos zonas desde el comienzo de la guerra, Bizkaia y Gipuzkoa serán tratadas como «provincias traidoras» y perderán los derechos relativos al concierto económico que se habí­a implantado a finales del siglo XIX. En cambio Araba, como recompensa, los mantendrá durante la dictadura. Esto no evitó la represión en Araba pero ciertamente la concentración obrera de las zonas industriales de Bizkaia y Gipuzkoa, a la vez que la superior implantación del nacionalismo en ambos territorios, se tradujo en un mayor número de ví­ctimas.

Las investigaciones sobre la represión franquista durante la dictadura deben ir más allá de las cifras de ví­ctimas mortales, ya que tuvo muchas y muy diversas manifestaciones. El control sobre la población alcanzó múltiples aspectos de la vida cotidiana y la represión marcó la vida de millones de ciudadanos y ciudadanas en todas sus dimensiones: polí­tica, por supuesto, pero también económica, cultural, social y religiosa. En este artí­culo concretamente, se analizarán diversas formas de represión que durante la guerra y el franquismo se dieron en particular contra las mujeres.

[1]              BARRUSO BARí‰S, Pedro, «La represión en las zonas republicana y franquista del Paí­s Vasco durante la Guerra Civil», Historia Contemporánea 35, 2007.

1 comentario

  1. Sonia Alejo Martinez

    Hola.
    Soy Sonia Alejo. En 2013 hice un viaje a Chalon sur Saí´ne (Francia) por motivos de trabajo y conocí­ a Godofredo Villa, un niño de Baracaldo evacuado en el buque La Havana desde Santurze. Salió de allí­ con 11 años y viví­a en el barrio de Bagatza, del que se acuerda muchí­simo. Sus abuelos eran de una zona rural de Valladolid y emigraron a Baracaldo a finales del siglo XIX, donde tuvieron a toda su descendencia, entre ella al padre de Godofredo, que fué contramaestre de una fábrica de locomotoras.
    Actualmente, Godofredo tiene 92 años, algunos problemas de mobilidad pero una memoria fantástica.
    Me gustaria indagar en el pasado de mi amigo, con el que he mantenido el contacto en estos años. Incluso, tal vez, les interesaria conocerle.
    ¿Hay alguna asociación en Baracaldo, Bilbao o Paí­s Vasco que se ocupe de investigar o seguir estos casos? ¿Algún grupo de investigación sobre la Memoria Histórica o las ví­ctimas de la Guerra Civil y la represión franquista?

    Si les resulta interesante el caso, me agradaria contar con su ayuda para seguir adelante con mi modesta investigación.

    Saludos
    Sonia Alejo

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Actualizado el 25 de junio de 2024

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