LA CENTENARIA CAPILLA DE LA FÁBRICA DE SANTA ÁGUEDA DE ZUBILETA-KASTREXANA (V)
REFORMAS EN EL TEMPLO: LOS PÓRTICOS, EL LOCAL DE LA CATEQUESIS Y LAS PINTURAS DE LA EMBOCADURA DE SU ESCENARIO
El estado actual de la iglesia no se corresponde con el proyectado inicialmente por Federico de Ugalde, aunque permaneció sin modificaciones aparentes al menos hasta 1926, según se deduce de un plano conservado en el archivo de Profusa.
Veinte años más tarde sin embargo mostraba un aspecto diferente, de acuerdo a lo reflejado en un plano conservado en el Archivo Municipal. Este documento se incorpora en un expediente firmado por el arquitecto Ismael Gorostiza fechado el 20 de julio de 1946, donde se expone la voluntad de la Sociedad Anónima Echevarría de construir un pórtico adosado al costado derecho del templo. Tanto la planta como el alzado que figuran en el mismo muestran asimismo un pórtico abierto en el frente del edificio y la adición en el costado izquierdo de un amplio salón de catequesis que prolongaba el espacio inicial de la sacristía primitiva hasta alcanzar la altura de la fachada. Denotan su incorporación al edificio primitivo el diferente grado de inclinación que poseen los tejados que cubren ambos flancos. Dado que en la solicitud no se mencionan para nada estos espacios, parece lógico suponer que ya existían previamente, como parece confirmarlo el hecho de que únicamente el nuevo añadido propuesto figure en una tinta diferente al resto, concretamente en color verde. Lamentablemente la tinta está tan desvaída que no nos ha sido posible reproducir dicho plano de forma que resulte legible por el lector sin alterar hasta el exceso el color original.
La cuestión se complica tras el descubrimiento de un nuevo plano, esta vez incluido entre los fondos del archivo de Profusa, que se conserva en perfectas condiciones de visibilidad, pero que lamentablemente carece de fecha y autoría. Se representan en este el alzado de la fachada, de modo idéntico al que figura en la solicitud firmada por Gorostiza. Y si bien en la planta únicamente se indican asimismo en distinto color (rojo en esta ocasión) los locales situados a la derecha del templo, también se especifican con mayor detalle su distribución interna y el uso de los distintos espacios que corresponden a una sala, tres dormitorios, una ducha y una cocina de lo que la denominación del documento califica como proyecto de “la capilla con la nueva vivienda y catequesis”. Paradójicamente el salón de la catequesis no se indica con un color diferente al del resto del templo ya existente con anterioridad, (lo que parece sugerir su existencia previa) aunque de nuevo es más preciso en el detalle, indicándose el mobiliario de este con la representación de una serie de dieciocho bancos y las anotaciones expresas de “escenario” y “pantalla”.
Y efectivamente, cuando visitamos el edificio pudimos comprobar que aún se conserva un escenario, que incorpora una embocadura decorada con una curiosa e ingenua pintura e incluso la sala de proyección de lo que sin duda fue el cine parroquial de Santa Águeda. Inmediatamente surgieron en nuestra mente dos preguntas ¿desde cuando contaba la iglesia de Santa Águeda de un cine en el local destinado a la catequesis? ¿Y quién fue el anónimo autor de la pintura que luce en la embocadura de su escenario?
Lamentablemente pese a nuestros esfuerzos aún no hemos hallado respuesta a estas cuestiones. Deducimos de la información contenida en el plano firmado por Gorostiza que en 1946, cuando se planteó la construcción de un pórtico en el lado derecho del templo, ya se había erigido el salón de la catequesis, pues no hay mención expresa al deseo de realizarlo ni figura con tinta diferente de la del “núcleo” del templo o su pórtico frontal. ¿Se llevó a cabo finalmente este proyecto y posteriormente se reacondicionaron los espacios para los nuevos usos de vivienda y local de proyecciones cinematográficas en una nueva intervención a la que correspondería el plano sin fecha ni autoría? ¿O estas fueron actuaciones emprendidas en una intervención diferente emprendida con vistas a la erección del templo como iglesia parroquial en 1956?
Dejemos por un momento en suspenso la posible respuesta a estas preguntas, para dar a conocer la referida pintura que decora el escenario de este local. La decoración se extiende a ambos lados de la embocadura, donde se disponen dos puertas decoradas con sendos árboles de escaso ramaje y hojas en cuyas ramas se posan una serie de aves a las que acompañan en la puerta derecha unas mariposas y una libélula.
En la parte superior se representa un florido paisaje dividido en dos mitades por un frondoso árbol bajo el que se dispone una lira en cuyo contorno se representan dos ángeles. A la derecha del instrumento musical encontramos representada la propia iglesia de Santa Águeda con su pórtico frontal y el salón del que podemos apreciar las ventanas abiertas en su costado, con una senda por la que varios niños se dirigen al templo. Junto a ésta aparece el curso del río Cadagua, poco antes de llegar a la altura del Puente del Diablo, y al fondo se adivina una Fábrica humeante en alusión sin duda a las instalaciones industriales de Santa Águeda. En el extremo derecho se emplaza la figura de un hombre, tocado con txapela y vestido con camisa Mahón y pantalón gris, acompañado de un perro, una niña y un niño al que abraza por el costado mientras con la mano derecha señala al lado opuesto de la composición.
Del lado izquierdo de la lira se sitúa otro niño, sentado sobre la hierba, escuchando con atención a la Figura de Cristo, sentado en un desnivel del terreno, acompañado de palomas y ovejas (en alusión a la figura de El Buen Pastor) quien se dirige a un grupo de niños y niñas sentados frente a Él sobre la hierba y bajo un árbol ante un bucólico paisaje de prados y caseríos. Se trata por consiguiente de una alegoría de la catequesis, actividad a la que estaba destinado preferentemente el local.
La escena aún se completa en el espacio restante bajo la cubierta distribuido en distintos fragmentos divididos por las vigas que la sustentan con las imágenes de sendos ángeles, el de la izquierda interpretando música con un violín y ante un órgano, y el de la derecha ocupado en la lectura de un libro en el que figura la inscripción Artes y Oficios. Dos querubines rellenan unos huecos menores, reservándose el espacio superior para la figuración de unas simplistas olas sobre las que sobrevuelan algunos pájaros con la inclusión de un antiguo bajel. Tal vez éste haga alusión a alguna de las naos que se embarcaron en la aventura en busca de la ruta de las especias y que terminaron por dar la primera vuelta al mundo, gesta en la que participó el barakaldés Juan de Zubileta, nacido en la torre del mismo nombre muy cercana al emplazamiento de la iglesia de Santa Águeda y cuyo inicio conmemoramos este presente año.
Todo se realiza con un estilo muy ingenuo, a veces casi naif, con personajes dibujados con líneas muy claras, casi siempre de riguroso perfil, hasta el punto de que más parece obra de ilustrador que de pintor propiamente. El colorido es rico y brillante, respirando en su conjunto un aroma claramente doctrinario y simplista, muy acorde con el catolicismo de fines de la primera mitad del siglo XX, período al que suponemos puede corresponder la obra.
Ignoramos la autoría de esta ingenua obra e incluso desconocemos en qué momento exacto fue realizada o desde que momento se dotó a la iglesia de un cine. Nos preguntábamos unos párrafos atrás si correspondería al momento de erección de la iglesia en parroquia, conversión que tuvo lugar en 1956 o pudiera ser anterior. A tenor de la información disponible y de un último plano que hemos conocido nos inclinamos a pensar que su creación pudo tener lugar a mediados de los años cuarenta
Jesús Muñiz Petralanda
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