
RECORRIDO HISTÓRICO 34: Un Mayorazgo de tronío: ARANGUREN

Es frecuente leer, con razón, que en Barakaldo no existieron en momentos preindustriales, grandes fortunas, es decir, grandes propietarios de tierras y anexos similares a las conocidas en Castilla (por poner un ejemplo). El espacio y sus recursos no daban para tanto. Ello no es óbice para documentar determinadas fortunas en manos de unos pocos bajo la forma jurídica de mayorazgos que tan excelentemente nos ha descrito Goio Bañales. Recorreremos brevemente la biografía de uno de los vínculos más poderosos de la sociedad baracaldesa y que concentró en una única familia una de las mayores haciendas de toda la anteiglesia: el Mayorazgo de Aranguren.
La historia de esta familia constituye sin duda uno de los ejemplos más paradigmáticos de la vieja nobleza rural. Los pleitos que enfrentaron a los sucesores del linaje, ya a finales del siglo XVIII, nos han permitido conocer las bases económicas y sociales de su poder, la evolución de sus fortunas, su calculada política matrimonial. Igualmente las diversas salidas por las que optaron los segundones desfavorecidos en los repartos de herencia: la carrera eclesiástica, la emigración a Indias o los matrimonios económicamente ventajosos. Todo ello, en definitiva, nos informa del devenir histórico de los grupos nobiliarios a lo largo del Antiguo Régimen[1].
A mediados del siglo XVI Antonio de Aranguren poseía el solar de su mismo nombre. Originario del barrio del Regato, Antonio se casaría en dos ocasiones y, de su primer matrimonio, que es el que aquí interesa, tuvo ocho hijos. Poco antes de fallecer su esposa, María Ibáñez de Beurco, vincularon[2] todas sus posesiones ubicadas en el Regato, fundando el Mayorazgo de Aranguren. No obstante, el conjunto de éstas no se circunscribían exclusivamente al área de Barakaldo. Tenían bienes también en Galdames, Gordejuela, Portugalete, Sodupe, Abando y Bilbao.
En el testamento conjunto de ambos cónyuges se ordenaba, entre otras cuestiones, que sus cuerpos fuesen enterrados en el Convento de Nuestra Señora de la Merced de Burceña «en la sepultura que es de nuestra casa y torre de Zubileta«, y que, como correspondía a personas de su «estado», se celebrasen varias misas por sus almas en el Monasterio, en la Iglesia Parroquial de San Vicente, y en las ermitas de Santa Águeda, Santa Lucía y San Bartolomé. Entre sus últimas voluntades incluían el nombramiento de su sucesor Hernando como único y universal heredero del mayorazgo. Este empezaría a ejercer como tal tras la muerte de su padre acaecida en el año 1584. A Juan le dotarían con doscientos ducados para que estudiase «como buen fraile», a sus hijos Águeda, Mari Pérez, Maribañez y Sancho con trescientos ducados, que deberían cobrar a la edad de veintidós años. Finalmente recibiría cuatrocientos en el momento en que contrajese matrimonio.
Hernando de Aranguren se casó también dos veces. La primera de ellas, y en contra de la voluntad de su padre, con una vecina de Castro Urdiales, María Sáenz de Ahedo. De esta unión nacieron cinco hijos: a Tomás y al bachiller Hernando les enseñó a leer y escribir, a este último le dio además estudios para que se hiciese clérigo y pusiese beneficio en la anteiglesia de San Vicente y en la villa de Castro Urdiales. En total invirtió en él más de trescientos ducados. Tomás emigró a Indias a la edad de veinticuatro años. Hernando le envió entonces a Sevilla ochocientos reales para sufragar los gastos del viaje. A sus hijas Teresa y María las casó y dotó, a Maribañez la “crió y alimentó» hasta la edad de veinticuatro años; después se esposó sin su consentimiento. No obstante, recibió de su padre quinientos reales y «cama y cajas y otras cosas que valían más de cincuenta ducados«.
Sus segundas nupcias con Francisca de Bárcena (del Valle de Gordejueja) fueron más ventajosas desde el punto de vista económico. Francisca aportó como dote quinientos ducados, y con esta cantidad «pagamos algunas haciendas, edificamos dos aceñas y una ferrería de labrar hierro y un martinete de adelgazarlo, de la cual ferrería es la octava parte de ella y de las dos aceñas y martinete de Vicente de Tellitu. Y este suelo y parada de todo era del dicho Antonio de Aranguren, mi padre, porque solía ser ferrería masuquera[3] de labrar rraia y la hubo llevado el diluvio del año 1582. (…). Digo y declaro que yo hube vendido dos partes de aceña en Galdames por ser de poca agua y de poco provecho«.
A través del inventario de bienes post-morten de Hernando de Aranguren, realizado en el año 1624, podemos comprobar el espectacular crecimiento que había experimentado su hacienda en el transcurso de su segundo y último matrimonio. Entre sus propiedades se mencionan:
«La casa y torre de Aranguren con dos heredades manzanales de pan sembrar, con un pedazo de viñedo, con la casa que está en el dicho lugar que solo sirve para recoger ganado, con los castañales, arbolares y piezas bortales[4] pertenecientes a dicha casa […] Las siete octavas de la herrería y molinos y demás edificios sitos en Aranguren la cuarta parte de los cuales había heredado de su padre, y las otras dos cuartas partes y media compradas y adquiridas por Hernando […] Una ragua de vena caminada, seiscientas cargas de carbón, unos barquines nuevos y demás herramientas necesarias para la dicha herrería, con una casilla enfrente de ella que es el dormitorio de los herreros […] Una casa que está en las espaldas de dicha torre y detrás de ella que llaman tiradera[5], con su horno de amasar pan, que el dicho Hernando compró a Mari Saenz de Beurco […] La casa y casería de Olarte, con sus heredades compradas por Hernando […] Dos mulas de albardas, ocho cabezas de vacas mayores y menores en la dicha casa y en la de la dicha Olarte tres cabezas, cincuenta cabezas de cabras y ovejas en la casa y torre de Aranguren y en la de Olarte en metería con Juan de Zaballa, inquilino de esta, otras veinticuatro cabezas […] Ciento doce ducados de ganado vacuno que están en la casa de Andrés de Marañón y Domingo de Castaños, la casa y casería de Larrinaga, en el Valle de Gordejuela, cuarenta y siete ducados de ganado vacuno en metteria[6] en dos casas…».
El matrimonio, que había engendrado cuatro hijos, Antonio, Gregorio, Juan y Agustina, decidió fundar un nuevo mayorazgo, y para evitar su confusión con el que habían constituido sus padres, lo establecieron con el carácter de electivo. Hernando hizo donación del vínculo regular de Aranguren a su primogénito Tomás, casado ya en Indias, con la condición de que regresara a la anteiglesia, y llamó a la sucesión del Mayorazgo electivo a su hijo Antonio de Aranguren y Bárcena, con prohibición expresa de «enajenarlo y de suceder clérigo, fraile o monja«.
Al parecer, ni Tomás ni ninguno de sus herederos retornaron al municipio, lo que permitió a Antonio hacerse con la propiedad de los dos mayorazgos y, como ya indicábamos, éste fue el origen de la serie de pleitos que un siglo después enfrentaron a dos de sus descendientes: José Antonio de Aranguren y Sobrado, y José Javier Novia de Salcedo. Veamos cuál fue el inicio del conflicto.
El Mayorazgo de Aranguren comprendía (1557) los siguientes bienes[7]: Propiedades del mayorazgo: La torre de Aranguren, La casa más arriba de la torre de Aranguren, una cuarta parte del molino de Aranguren, una cuarta parte de la herrería masuquera, cuarto y medio de la tiradera, los montes concejiles desde el lugar de Beurco hasta entrar de las Cruces de Arriba y hasta la alta de Arrolaza y dende hasta el entrar de Saracho y dende hasta nuestra Señora de Güeñes y hacia la parte de Sopuerta y Somorrostro, con lo que tenemos en San Pedro de Galdames que es media aceña con Pedro de Allende y un cuarto y medio de una aceña con Felipe de Murga, escribano, las sepulturas de la casa de Aranguren, en el monasterio de Burceña, renta del pasaje y barco de Tapia. En 1720 estas propiedades se ven ampliadas con la ermita, de la advocación de Nuestra Señora de la Concepción, situada ante la torre de Aranguren. Unas heredades de pan sembrar en el barrio de Retuerto y la casa y casería de Larrínaga, en el valle de Gordejuela integrada al mayorazgo principal por Teresa de Aranguren. Bienes libres: una casa en la villa de Portugalete y el arbolar de Zuazo, en parzonería con Francisco de Mesperuça. En 1720 estas propiedades libres se ven incrementadas con la casería de Gorostiza, en Barakaldo, que fue de Domingo de Mesperuza y Mari Cruz de Garay, difuntos, mas una heredad de pan sembrar que llaman de Susunaga por trueque con José de Uro Marroquín, vecino de Laredo, como marido de María Ventura de Uro y unas casas debajo de la calle Coscojales en Portugalete. Todas estas propiedades se incorporan al mayorazgo. Propiedades del mayorazgo de Zubileta que se unieron al mayorazgo de Aranguren: la torre de Zubileta, la casería de Larrazabal, la casilla y heredades de Castrejana (o Castregana), la aceña y molino de Sodupe, comprada a Juan Hurtado de Salcedo, unas casas junto a la Rentería de la villa de Bilbao, unas casas en Portugalete, en la calle Coscojales y el paso libre del barco de Tapia.
Los propietarios del mayorazgo: a finales del siglo XV Lope Ibáñez de Aranguren poseía las torres y mayorazgos de Aranguren y Zubileta. El primero de ellos heredado de sus antepasados mientras que el segundo fue aportado por su esposa de la que desconocemos el nombre, aunque sabemos que era hermana de Fernando Ibáñez de Zubileta (1462-1552), y que ambos eran hijos de Sancho de Zubileta, dueños con anterioridad a ella del solar de Zubileta. Los dos mayorazgos recayeron en Antonio de Aranguren y Zubileta, hijo de los anteriores, quien casó con María Bañes de Beurco, hermana de Sancho de Beurco, fundador del mayorazgo de Beurco-Martiartu. El matrimonio otorgó testamento conjunto en el año 1556. En él piden ser enterrados en el monasterio de Nuestra Señora de la Merced de Burceña, en las sepulturas de la casa y torre de Zubileta, donde estaban enterrados los mencionados Sancho y Fernando Ibáñez de Zubileta. Antonio de Aranguren y María Bañes de Beurco mencionan como sus hijos a fray Juan, Hernando, Sancho Pérez, Antonio, Teresa, María Pérez, María Bañes, Águeda y a Marta de Aranguren y Beurco. Entre otras disposiciones deciden desligar nuevamente los mayorazgos de Aranguren y de Zubileta dejando por heredero del primero a su hijo mayor Hernando, y del segundo a quien viviere de sus hijos Sancho Pérez y Antonio, ambos muy pequeños al tiempo que sus padres otorgaron su última voluntad.
Suponemos que Sancho Pérez murió antes que su hermano Antonio o, en todo caso, sin descendencia porque en el año 1559 se nombra a Antonio como heredero del mayorazgo de Zubileta y años más tarde le encontramos definitivamente como su dueño. Al tiempo de ordenar su testamento, Mari Bañes de Beurco estaba embarazada y suponemos que tal vez muriera a consecuencia del parto porque unos meses después, a comienzos de 1558, se dice gravemente enferma y consta que un año después, en 1559, ya ha fallecido. Fallecida su primera esposa Antonio de Aranguren contrajo nuevas nupcias con Hermuco de Yraúregui, dueña del mayorazgo de Yraúregui[8] y de una tercera parte de los diezmos de la anteiglesia de Barakaldo, seguramente hija de Lope García de Yraúregui que era dueño del mayorazgo a comienzos del siglo XVI. Fruto de este matrimonio nacieron Antonio y Lope García de Yraúregui Aranguren, quienes antepusieron el apellido materno al paterno al suceder en ellos los vínculos y mayorazgos de Yraúregui.
Al frente del mayorazgo de Aranguren quedó Hernando de Aranguren y Beurco (1541-1622) quien casó en Castro con María Sáez de Ahedo. No conocemos descendencia de este matrimonio. En segundas nupcias casó con Francisca de la Bárcena, siendo padres de Antonio de Aranguren y la Bárcena, Hernando de Aranguren (Clérigo Presbítero en San Vicente de Barakaldo), Tomás de Aranguren, Gregorio de Aranguren, Teresa de Aranguren (casada con Sancho de Uriarte Unsana), Marta de Aranguren y Maria Bañes de Aranguren, casada con Pedro de Loredo. Por su testamento en 27 de agosto de 1622 Hernando de Aranguren nombró su sucesor en el mayorazgo a su hijo mayor Antonio de Aranguren y la Bárcena, quien casó con Marina de Aldecoa. De este matrimonio no quedarían varones. Fueron padres de María Antonia de Aranguren, heredera del mayorazgo de Aranguren, casada con Juan de Sobrado Rio, hijo de Juan de Sobrado y Ana María del Río, vecinos de San Julián de Musques y de Castro Urdiales. Fueron padres de Fernando y Juana Francisca de Sobrado Aranguren) y de María Francisca de Aranguren (casada en 1660 con el capitán Juan del Barco [n. 1630], vecino de Barakaldo y Bilbao).
Sucedió en el mayorazgo Fernando de Sobrado y Aranguren (n.1669), quien casó con Teresa de Ydadilla y Aguirre. Fueron padres de Juan José de Aranguren Sobrado e Ydadilla, Francisca Isabel de Aranguren y Sobrado (casada en 1719 con Juan Antonio de Mújica y Basurto, vecino de Plencia), María Josefa de Aranguren y Sobrado y Jerónima de Aranguren y Sobrado Juan José de Aranguren y Sobrado fue Síndico Procurador General del Señorío de Bizkaia. Casó en primeras nupcias con María Ventura de Durán, hija de Antonio de Durán y Zarazua y Mari Andrés de Andagoya y Amézaga. De este matrimonio nacieron José Antonio, María Josefa, María Felipa, Manuela, Josefa y María Francisca de Aranguren y Durán. Les sucedió en el mayorazgo José Antonio de Aranguren y Sobrado, que casó con Antonia de Jaureguizuria. A finales del siglo XVII el mayorazgo de Aranguren se desgaja en dos. Una parte permanece en poder de los Aranguren-Sobrado y la otra pasará a los Novia-Salcedo.
Esta división se debe al contencioso que interpuso en el año 1699 María Agustina del Barco y Aranguren, hija del capitán Juan del Barco y María Francisca de Aranguren y Aldecoa, reclamando parte de las propiedades de los Aranguren. Logró de la Justicia que se le entregase una porción del mayorazgo. María Agustina del Barco casó en 1682 con Juan de Novia Ugarte y Salcedo, dueño de la torre de Novia de Salcedo, en Abando. En 1726 pasa a ser dueño del mayorazgo de Aranguren Juan de Novia de Salcedo y Barco por muerte de su madre.
En la fogueración (recuento) del año 1745 se dice dueño del mayorazgo Bartolomé de Novia. Con posterioridad encontramos al frente de las propiedades a Pedro Manuel de Novia Salcedo y Castaños. Además de la parte que le correspondía en el mayorazgo de Aranguren era dueño de los mayorazgos de Novia, Ugarte, y de la villa de San Román de Hornija. Fue autor de la «Defensa histórica, legislativa y económica del Señorío de Vizcaya y Provincias de Álava y Guipúzcoa”.
Quedó como dueño de la mayor parte del mayorazgo José Antonio de Aranguren y Sobrado Jaureguizuría quien casó con la también barakaldesa María Teresa de Echabarri. A éstos les sucedió su hijo Francisco de Aranguren Sobrado, que fue vecino de Barakaldo, Bilbao y Madrid, Alcalde del Crimen Ordinario de la Real Chancillería de Valladolid y Consultor del Señorío de Bizkaia. Participó en la Zamacolada[9] y escribió por encargo del Señorío un ensayo para contrarrestar los ataques vertidos contra la foralidad vasca por el canónigo Juan Antonio de Llorente en su obra «Noticias Históricas de las tres provincias vascongadas”. Casó con María Ignacia de Echabarri, pero del matrimonio no quedó descendencia, pasando el mayorazgo a su sobrina María Gertrudis de Aranguren.
Esta era hija de Manuel de Aranguren Sobrado y Valentina de Murga Ortíz de la Riba. María Gertrudis contrajo matrimonio con su tío abuelo Celestino Ortíz de la Riba y del Corte, vecino de Gordejuela, Abando y del valle de Mena, quien incorporó al mayorazgo de Aranguren la torre del Berrón, en Mena. Fruto de estas nupcias nació José María Ortíz de la Riba y Aranguren que casó con Bernardina Allende Salazar y Loizaga y fueron padres de Celestino Ortíz de la Riba y Allende Salazar, Caballero de la Cruz de Isabel la Católica y alcalde de Bilbao Casó con Sofia de Arana y Manso de Zuñiga. Sus descendientes enlazaron con los marqueses de Buniel en quienes recayeron los mayorazgos de Aranguren y sus enlazados.
El testamente de Antonio de Aranguren “el viejo” (1556), además del interés jurídico, nos muestra una serie de “términos” sumamente interesantes que recogemos:
- “En el Nombre de Dios y de Santa María su madre… Sepan… como Nos, ANTONIO DE ARANGUREN y MARÍA BAÑEZ DE BEURCO, su legítima mujer, vecinos del CONCEJO y ANTEIGLESIA DE SAN BIZENTE DE BARAKALDO …
- … que nuestros cuerpos sean sepultados en el MONASTERIO DE NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED DE BURCEÑA en las sepulturas que hay de nuestra CASA y TORRE DE ZUBILETA, en que están sepultados SANCHO DE ZUBILETA, mi abuelo, y HERNANDO IBAÑEZ DE ZUBILETA, mi tío…; que nos haga y cumpla nuestra oblada y candela… el heredero que quedare en la CASA y TORRE DE ARANGUREN…
- … que se diga una misa perpetua… y para ello cobre de la renta que tenemos y nos pertenece en el PASAJE y BARCO DE TAPIA…
- … mandamos que nos digan doce misas en la IGLESIA PARROQUIAL DE SAN BIZENTE DE BARAKALDO…
- … mandamos que nos digan en NUESTRA SEÑORA DE SANTA ÁGUEDA, SANTA LUCÍA, SAN BARTOLOMÉ DE BARAKALDO y SANTA QUITERIA DE SAMUNDI sendas misas…
- …en los bienes que tenemos así en el CONCEJO DE GUEÑES como en el CONCEJO DE SAN PEDRO DE GALDAMES y en el VALLE DE GORDEJUELA y en la VILLA DE PORTUGALETE…; con lo que dieren en renta por las casas que tenemos junto a la RENTERÍA DE BILBAO…
- … con todos los bienes que tenemos en el término de las ENCARTACIONES…
- … el que tuviere la CASA y TORRE DE ZUBILETA y la CASA Y CASERÍA DE LARRAZABAL… y la que nos pertenece en la VILLA DE BILBAO y en la ANTEIGLESIA DE ABANDO…
- … conforme al FUERO de este SEÑORÍO DE VIZCAYA y para ello el uno al otro y el otro al otro damos y otorgamos poder, comisión y facultad… mandamos y es nuestra voluntad que sea y se quede la ACEÑA y MOLINO DEL LUGAR DE SODUPE con todo lo que nos hubo vendido JUAN HURTADO DE SALCEDO…
- … le nombramos por heredero universal al dicho ANTONIO de la dicha CASA y TORRE DE ZUBILETA, la CASERÍA DE LARRAZABAL y la RENTERÍA y lo que nos pertenece en el LUGAR DE CASTREJANA y en la VILLA DE BILBAO y en la ANTEIGLESIA DE ABANDO y en LUGAR DE SODUPE …
- … ambos mandamos a nuestro heredero de nuestra CASA y TORRE DE ARANGUREN, de la CASA que está más arriba de la dicha TORRE, de la cuarta parte del MOLINO y de la cuarta parte de la HERRERÍA MASUQUERA y del cuarto y medio de la TIRADERA con todo lo demás anejo perteneciente a la dicha CASA y TORRE DE ARANGUREN… con todos los MONTES, SELES, MANZANALES, CASTAÑALES, ARBOLARES y TIERRAS VAGAS Y SIN PLANTAR y todo lo que nos pertenece desde el PASAJE DEL LUGAR DE BEURCO hasta dentro de LAS CRUCES DE ARRIBA y hasta los ALTOS DE ARROLEZA y desde aquí hasta entrar en SARACHO. Y hasta NUESTRA SEÑORA DE GUEÑES y hacia la parte de SOPUERTA y SOMORROSTRO con lo que tenemos en el CONCEJO DE SAN PEDRO DE GALDAMES que tenemos la mitad de una ACEÑA con PEDRO DE ALLENDE y cuarto y medio de una ACEÑA con FELIPE DE MURGA…
- … hipotecamos todos los MONTAZGOS que tenemos comprados en cualquier parte que estuvieren y con toda la parte de los MONTES que tenemos en el CONCEJO DE BARAKALDO y los CARBONES, VENAS, HIERROS, MULOS y ROCINES…”.
Algunos, por último, barakaldeses/as con el apellido Aranguren: Melchor de Aranguren Perea, Diputado General de Bizkaia en 1617. Marchó a Indias; Juan José de Aranguren Sobrado, Síndico Procurador General del Señorío de Bizkaia (1742). Mateo de Aranguren Salazar, capitán. Casó en 1648 con doña María Sáez de Andicano, Azafata de la Emperatriz doña Margarita, hermana del Rey Carlos II de España y esposa del Emperador don Leopoldo de Austria. Fundó el palacio de Aranguren, en Mondragón. De él descienden los condes de Monterrón. Francisco de Aranguren Sobrado, hijo de José Antonio de Aranguren y Sobrado y María Teresa de Echavarri. Nieto paterno de José Antonio de Aranguren y Sobrado y Antonia de Jaureguizuria. Hizo sus estudios legales en Valladolid como colegial del colegio de Santa Cruz. A principios de 1789 era Abogado del Colegio de Madrid, y residía en esta villa. En 1790 los comisionados de la Junta General de Gernika le nombraron Consultor Vitalicio del Señorío. Desde entonces su participación en los negocios públicos de Bizkaia fue destacadísima. En especial en las negociaciones del Puerto de la Paz; fue el primero y principal colaborador de Zamacola, siendo detenido por las turbas en la revuelta que siguió. En 1805 fue Diputado en Corte. En 1807 publicó la 2Demostración del sentido verdadero de las autoridades de que se vale el doctor don Juan Antonio de Llorente, canónigo de la catedral de Toledo, en el tomo I de las Noticias históricas de las tres provincias vascongadas, y de lo que en verdad resulta de los historiadores que cita, con respecto solamente al Muy Noble y Muy Leal Señorío de Vizcaya por D. Francisco de Aranguren y Sobrado, del Consejo de S.M, alcalde del crimen honorario de la Chancillería de Valladolid”. Aranguren falleció en Madrid en 3 de julio de 1808. María Gertrudis de Aranguren (b. Gordejuela 1792). Dueña del mayorazgo de Aranguren. Era hija de Manuel de Aranguren Sobrado y Valentina de Murga Ortíz de la Riba. Contrajo matrimonio con su tío abuelo Celestino Ortíz de la Riba y del Corte, vecino de Gordejuela, Abando y del valle de Mena, quien incorporó al mayorazgo de Aranguren la torre del Berrón, en Mena. Fruto de estas nupcias nació Jose María Ortíz de la Riba y Aranguren que casó con Bernardina Allende Salazar y Loyzaga y fueron padres de Celestino Ortíz de la Riba y Allende Salazar, Caballero de la Cruz de Isabel la Católica y alcalde de Bilbao. Casó con Sofía de Arana y Manso de Zuñiga. Sus descendientes enlazaron con los marqueses de Buniel en quienes recayeron los mayorazgos de Aranguren y sus enlazados.
[1] Los datos de esta primera parte están tomados de Mayte IBÁÑEZ “Barakaldo” pp. 109-113.
[2] Sujetar o gravar los bienes a vínculo para perpetuarlos en empleo o familia determinados por el fundador.
[3] Mazuquera o ferrería de aire. Desde los orígenes hasta el siglo XV aproximadamente. Estaban constituidas por unos hornos donde se disponía el mineral de hierro y el carbón vegetal en capas alternativas, mezcla que sometida a combustión permitía la obtención de un metal de baja calidad.
[4] Madroñales
[5] Ferrerías de tipo medio o «tiraderas» el hierro era martilleado muy concienzudamente, haciéndose más sólido y compacto, lo cual en las grandes, aunque factible de realizar, exigía mayor esmero y fatiga de los oficiales.
[6] La admetería es un contrato de arrendamiento de ganados a media ganancia y pérdida, que se estipulaba entre el propietario del ganado y el arrendatario, por un tiempo determinado o bien sin límite de tiempo. Al hacerse el contrato se tasaban los animales, y al finalizar o se renovaba o se vendía el ganado y el admeteiro descontaba el valor inicial dándoselo al dueño y dividiendo las ganancias a medias. Arantza GOGEASCOECHEA.
[7] Goyo BAÑALES “Mayorazgos de Barakaldo” p.41 y ss.
[8] Propiedades del mayorazgo: la Torre de Yraúregui, la casa de la Herrería de Abajo, debajo de la fuente de Amézaga, comprada a los herederos de Martín de Loizaga, la mitad de la herrería y molinos de la Herrería de Abajo, también llamada de Basarrate y de Bengolea, un tercio de los diezmos de San Vicente de Baracaldo y una octava parte de la ferrería mayor y menor y molinos de Yraúregui. Goyo BAÑALES “Mayorazgos de Barakaldo” pp. 67 y ss.
[9] La élite dominante en el Señorío, cuyo más destacado líder acabó siendo Simón Bernardo de Zamacola, y en la línea de pugna con Bilbao, propuso y logró que se aceptara en las Juntas Generales de 1801 un plan para habilitar frente a esta villa, al otro lado de la ría, en terrenos que entonces pertenecían a la anteiglesia de Abando, un nuevo puerto por el que encauzar el comercio marítimo de Bizkaia, cuya gestión quedaría en manos de las instituciones forales del Señorío. A este proyecto, que hubiera posiblemente arruinado el desarrollo futuro de Bilbao se opusieron su Ayuntamiento, su Cabildo eclesiástico y su Consulado apelando a la autoridad de la Corona. La oposición acabó en conflicto armado que se dilucidó con el triunfo de la villa bilbaína.
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