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LOS BOLOS A KATXETE EN BARAKALDO Y EN LA ZONA MINEROFABRIL (1865-2014) (IV)

LOS BOLOS A KATXETE EN BARAKALDO Y EN LA ZONA MINEROFABRIL (1865-2014) (IV)
  1. EVOLUCIÓN DEL JUEGO, DESAFÍOS Y CAMPEONATOS.

6.1. De los orígenes a la Guerra Civil.

Aunque existan indicios de posibles antecedentes con anterioridad a esta época, los orígenes fehacientes de esta modalidad pueden situarse en el periodo de entre siglos, e incluso la normalización de sus reglas y prácticas es progresiva y posterior. Hasta adquirir su forma definitiva, algunas características de los bolos katxete experimentaron una notoria evolución. Las primitivas bolas fueron de encina o de roble como, por ejemplo, en el tablón del carrejo de El Juncal, donde tanto los bolos como el tablón eran también de madera de encina. Hacia 1929 comienzan a elaborarse sistemáticamente bolas de guayacán, madera exótica de café oscuro que ya se utilizaba en la construcción naval en las empresas de la zona, duras y resistentes. Aunque hay quien afirme que esta innovación corresponde al tabernero Butrón –de Trapaga– pero residente en El Juncal, para otros –como Timoteo Loizaga– la primera bola de estas características fue utilizada en Urioste en torno a 1920. Aquel utilizó guayacán para los tres elementos citados, pero esta experiencia no dio resultado porque los bolos se rompían por la fuerza del impacto, o bien se desbarbaba el taco de madera de encina. Algo parecido sucedió en Kabiezes, en 1924, y en 1946 con la tirada a machetón de uno de los mellizos Momeñe (Bernabé). También en el carrejo del Herrero, en Retuerto, se utilizaron tacos de guayacán, siendo tan fuerte el impacto de la bola que “saltaban chispas”. Se adoptó definitivamente la madera de roble, aunque en algunos carrejos barakaldarras ha habido tacos de madera de plátano que “frenan la fuerza de la bola”. Estas primeras bolas de guayacán fueron torneadas por Manuel Larruscain, de Trapaga, hasta 1951; o por el retuertano Carrasco. Más adelante, en la década de los cuarenta, se encargaba de ello el carrero Victor, del Valle de Trapaga, al menos de los bolos.

En cuanto a los bolos, por aquella época tenían forma de barrilete, con unos 9 cm. de altura y 5 cm. de diámetro, fabricados mediante una hachuela a partir de maderas diversas (encina, peral, plátano, etc.). De casquete por ambos extremos, con un peso de 1 kg. Estos bolos de tiempo pretérito eran mucho más difíciles de levantar del taco, y su propia forma obstaculizaba su avance al rodar por el suelo. Fue en 1912 y en Urioste donde se introdujeron los primeros bolos esféricos –y torneados-, de 1,25 kg.; jugándose un primer partido de ensayo con la mitad de los bolos de cada tipo, en el que intervino Cecilio Quintana, decantándose rápidamente las preferencias hacia el nuevo modelo de un carrejo tras otro, aunque subsistieron algunos hasta 1965.

Aunque no exista constancia de su implantación en los carrejos baracaldeses en algunos otros, como en el de Urioste, se utilizó ocasionalmente txakoli en lugar de agua en el pozo para que los bolos corriesen más, y para no perderse una tirada por ir buscar agua a la fuente de Matatxa. En otros, con arbolado en el terreno de juego, se colocaban tablas entre sus troncos para que hicieran de tope, como en el viejo carrejo de la plaza de Kabiezes.

En los albores del siglo XX destacó Matías Gorostiza, posteriormente armador y fundador de una dinastía bolística en el barrio de Gorostiza. El periodo de máximo apogeo de esta modalidad autóctona se sitúa en torno a 1914, cuando “existían en la Anteiglesia más de veinte carrejos que, en los días festivos, se veían animadísimos de entusiastas baracaldeses”. Durante esta segunda década del siglo descolló el más famoso de los bolaris baracaldeses de todos los tiempos: Ángel Castaños Carea, debido “a la excepcional calidad de su juego”. Otros legendarios jugadores, en activo entre 1905 y 1920, fueron: Saturnino Escobal Arana (a) Satur (22.07.1874), de San Vicente; de Zuazo: Eusebio Perea Begoña (5.03.1887) y José Mª. Perea, celador en Kastrexana. Además de Dimas Sierra (San Vicente), y del regateño Adolfo Santurtún; Miguel Munibe, de Ugarte, hijo de Inosensia (a) La Munibera, asiduo del carrejo de San Vicente, y que ya jugaba hacia 1905, emigrando en 1919 a América. En la vecina barriada de El Juncal y durante la primera mitad del siglo XX cabe singularizar a los inolvidables Timoteo Abiaga, Cecilio Quintana; durante la primera mitad del siglo XX los jugadores más afamados eran el ya citado Quintana; Ángel Ojembarrena (a) El Bastero, Calixto Santa Coloma y Rabachón (Valle de Trapaga) Pedro Esquizabal, Juanón Aguirre, José Besga y Antonio Zaballa (a) Sagasta (El Juncal); y Agustín Barrón, de Urioste, nacido hacia 1891. En Retuerto los bolaris más afamados de esta década y de la siguiente fueron: Gabriel Zaballa Zabalbeitia (4.12.1896), Feliciano Careaga Otaola (9.06.1897), Enrique Allende Barrenechea (25.12.1895) y Daniel Zaballa.

También fueron evolucionando apuestas y premios. En los desafíos de antaño el perdedor tenía que pagar una jarra de txakoli o la merienda, explicable si tenemos en cuenta que muchos carrejos estaban a cargo de txakolies o de tabernas, en las que se guardaban bola y bolos, siendo los partidos fuente de consumiciones. Más adelante se comenzaron “a pagar las cuerdas” -5 pts.- al dueño del carrejo, a modo de amortización o de alquiler de éste.

Por último, aparecieron las tiradas, concursos y campeonatos reglamentados, con premios estipulados de antemano, pero que no impiden las apuestas cruzadas entre jugadores o entre el público.

La memoria colectiva conserva noticia de aquel legendario desafío entre Chatillo del Retiro y Cecilio Quintana, de El Juncal, entonces con 20 años. Aquél que, a decir de su oponente, “tenía miedo de Quintana”, decidió apostarse 500 pts., reto que aceptó éste, patrocinado por el popular Julián Olaso (a) Juliantxu, de Bagaza. El partido se celebró, el mes de setiembre de 1916, en el carrejo de Pedro Bolivar (a) Pedrín o El Americano, sito en Burtzeña. Cecilio recibió el aviso cuando cazaba palomas. Chatillo armaba bien y, en cambio, a Quintana no le dejó utilizar armador, perdiendo éste la partida; su habitual asesor y armador era Antonio Zaballa (a) Sagasta. Nunca más se volvieron a enfrentar. Ángel de Castaños (a) Chatillo74 sucedió en el estrellato a Agustín Barrón, de El Juncal, con quien cruzó desafíos al menos en dos ocasiones: en Ugarte y en Cruces, apostando 500 pts. en una y 1.000 en otra. La primera tuvo lugar -hacia 1918- en el carrejo viejo de Ugarte, perdiendo Barrón; como consecuencia, según él, del aguarrás que utilizaba para paliar su dolor de espalda. Pero, a juicio de Timoteo Loizaga, Barrón perdió porque jugaba con una bola de seis libras mientras que, en cambio,

Chatillo utilizó una de siete libras que “subía un bolo más por lo menos”. Cecilio Quintana sucedió, a su vez, a Chatillo en el ranking de grandes bolaris.

El proceso de modernización experimentado por la sociedad vasca, resultante de la primera industrialización (1880-1913) y consolidado durante el periodo 1914-1917, comienza a hacerse evidente en muy diversos ámbitos: económicos, políticos y sociales; afectando también a aspectos y estilos de vida cotidiana tales como el ocio, la sociabilidad y las fiestas populares.

Todas estas circunstancias concurren en Barakaldo y su entorno muy intensamente. Determinadas prácticas, entre ellas las deportivas, hasta entonces espontáneas o escasamente formalizadas, se van a convertir en espectáculo con un neto matiz competitivo. Y la organización de los festejos de cada barrio, a cargo de una comisión juvenil, va a propiciar la inclusión en el respectivo programa de festejos de algunas de ellas.

Este es el caso de los bolos a katxete. A partir de 1929 proliferan los desafíos, ya existentes, comenzando por el celebrado en 1929 en Ugarte, patrocinado por los Ayuntamientos de Barakaldo y Trapagaran, entre Jesús Ayo (El Regato) y Pedro Garmendia, a 500 bolos, arrasando éste 75. Este mismo año, en desafío a 150 bolos, jugándose una merienda, se impusieron en el carrejo de Kareaga Cecilio Quintana y Calixto Santa Coloma, contra Victoriano García y Raimundo Castañares. Otro desafío memorable lo jugaron en Gorostiza se jugó en junio de 1936, con Pedro Garmendia y Marcelino Zurutuzar, con ajustada victoria de éste.

El primer campeonato individual tuvo lugar en 1925, en Ugarte, siendo ganado por parejas por los regateños Benigno Ruiz (a) Amurrio y Jesús Ayo, fuerte bolari que tiraba a machucón. Ayo y Quintana volvieron a enfrentarse, en 1929, durante las fiestas de San Juan (Ugarte) y San Roque (El Regato). Al programa festivo de El Regato se incorporan estas competiciones entre 1922 y 1930, por la mayor afición existente en este barrio baracaldés con respecto a los restantes. La comisión de fiestas destina al efecto una cantidad comprendida entre 30 y 90 pts., a los premios para los participantes. Sólo en tres ocasiones, y a través de las facturas incorporadas al expediente festivo, tenemos constancia de los premiados. En Urioste, y antes de 1936, Agustín Barrón y Timoteo Loizaga eran los más destacados.

6.2. El periodo de posguerra

Las dos décadas de posguerra, caracterizadas por la penuria económica, la dictadura y por la crisis de las señas de identidad étnica, implican la decadencia80 de los bolos, tanto en Barakaldo como en su entorno. Aunque se abran algunos carrejos, pronto son sustituidos por otros de pasabolo, modalidad más estandardizada y compartida con sectores de población no autóctona del ámbito

local, como el de Cruces en 1944. Otros simplemente se cierran. Lo que no es óbice para que siguieran celebrándose desafíos. Como el de 1940 entre Cecilio Quintana y Juan Martínez (a) Zamora, en El Juncal y en Kabiezes, con victoria final de aquél. En 1943 José Acharola (a) Txarola, de Mesperuza, de breve pero intensa carrera deportiva, compite con Cecilio Quintana en Urioste y Bengolea, que acaba imponiéndose. En 1945, Ángel Angulo Urioste), se proclama vencedor del II Campeonato por parejas.

Marcelino Barrón (El Juncal) y José Txarola juegan a 500 bolos en El Juncal y Gorostiza, ganando el primero. En 1946 los bolaris regateños, “Cuadrao” y Vilda, se impusieron contra los de El Juncal.

En 1950 se enfrentaron hasta en seis ocasiones Agustín Barrón y Julián Aberásturi (Kabiezes), que en 1956 da la alternativa a un joven Federico Besga, ganando un partido cada uno.

Tras el lapso bélico, es preciso esperar a los años 1944-1947para que las fuentes documentales hagan referencia a nuevos concursos de bolos a katxete. Aunque el Gobierno Civil de Bizkaia organiza, entre 1945 y 1947, el Campeonato de España por Parejas, disputado en Kabiezes y Repelaga. A partir de 1940 se incrementan los desafíos e irrumpe una nueva generación de bolaris, siendo Gorostiza lugar de cita obligado puesto que, en 1944, 33 vecinos del barrio compran un terreno, pagando cada uno la cuota de una peseta, durante nueve años. Los concursos reaparecen en El Regato, en el carrejo de Zubitxu, referencia que no aflora de nuevo hasta 1955 y no vuelve a hacerlo hasta bien mediada la década siguiente. Lo propio sucede en Retuerto por sus fiestas, aunque en este caso la incorporación del concurso de bolos al programa es más tardía -1944/1946-, en el carrejo de Bengolea, jugándose el día de San Ignacio y el de su repetición en el de El Molino. La desaparición de estos carrejos implica una prolongada ausencia de campeonatos en el programa festivo de Retuerto.

Y, sin embargo, por esta época se incorporan al juego nuevos valores. Como los jóvenes regateños de la misma cuadrilla: Eusebio Montalbán Angulo (16.12.1922), Benigno Vilda y Pedro Mª. Iturrarán (fallecido en 1977). Inicialmente formaron pareja de jugadores Eusebio y Benigno, sustituido éste más adelante por Pedro. En El Juncal descuella Agustín Barrón hijo (1924-1999). En Urioste surge una excelente camada de bolaris.

En cuanto a jugadores de calidad Manuel San Juan constata que, entre los años 1945 al 50 eran los hermanos Marcelino y Agustín Barrón Zaballa (a) Barronillo84 (El Juncal), Benigno Vilda (El Regato), José Acharola (a) Txarola (Gorostiza), y Julián Aberasturi (Kabiezes). Siguiendo otros nombres.  Por su parte otro uriostarra, Timoteo Zamarripa, citaba como figuras máximas, hasta 1950, en primer lugar a Cecilio Quintana (El Juncal) y a él mismo, y después algunos otros nombres.

El de posguerra es el periodo de máxima instrumentalización política del juego, ya que un régimen tan ajeno a la sensibilidad de las clases y de las culturas populares, trata de capitalizar como legitimadores ciertos rasgos entendidos como tradicionales. Fue precisamente en este contexto cuando se jugó el primer campeonato de esta modalidad, en 1943 o 1944, a instancias del entonces

gobernador civil Genaro Riestra, con los bolaris vestidos de blanco y entre una verdadera profusión de banderas nacionales.

Concurso que tuvo lugar en el carrejo de Kabiezes, con 18 tiradas por cada jugador. Los jugadores de El Regato, Eusebio Montalbán y José Zubiaur, se proclamaron los segundos. Obteniendo como premio: copa de trofeo, 500 pts., y comida en el Hotel de Portugalete.

6.3. Las décadas del resurgimiento y la estabilización (1960-1980)

La década de los sesenta supone un resurgimiento de esta modalidad bolística, al igual que el de otras prácticas recreativas o culturales de referente tradicional, al propio tiempo que su cualitativa transformación en deporte competitivo. Paulatinamente el juego de bolos a katxete, antaño simple esparcimiento, va siendo puesto en valor por los campeones, la emulación de éstos, y el espíritu competitivo; convirtiéndose por tanto en deporte, modestamente publicitado además por los medios de comunicación. Pero el cambio decisivo se articula en torno al ámbito asociativo -que ahora se iniciará- y a la organización de concursos y campeonatos formales entre jugadores de diferentes pueblos. De esta forma, el otrora juego popular se va convirtiendo en práctica deportiva,

dotada de reglas y convertida en espectáculo.

A nivel local, afloran de nuevo los concursos de bolos a katxete en los programas festivos de los barrios con carrejo, tras una prolongada ausencia de los mismos que no permite verificar la casi segura recurrencia de este festejo. Lo cierto es que tales concursos se organizan por fiestas de El Regato durante el trienio 1965-1967; en las de Retuerto entre 1966 y 1968, esta vez en el carrejo de

Gorostiza; por la misma época se introducen los bolos a modo de festejo en las nuevas fiestas de Kareaga (Cáriga). Por primera vez esta modalidad autóctona se incorpora al programa festivo patronal de El Carmen, entre 1964 y 1968, mediante tiradas individuales o por parejas -según años- con premios de 750, 500 y 350 pts. en 1967. Además, y a lo largo de esta década, se produce una marcada inflexión. La expectación de los aficionados y espectadores no se limita a las competiciones festivas, sino también a los fines de semana. Con referencia a Urioste, extrapolable a otros barrios, puede afirmarse que: “El carrejo se ve animadísimo durante las mañanas y tardes de los días festivos, entusiasmando contemplar el interés con que se siguen los partidos, y ver a los nombres con sus blocks y sus bolígrafos contando los bolos obtenidos por cada bola”.

Y es que Urioste se ha convertido, a la sazón, en la catedral del katxete, como lo expresa un dicho emblemático: “Los machos van a Urioste”. Resulta lógico que sea una asociación juvenil y parroquial de este barrio, la sociedad Uri-Oste O. A. R., -aunque previamente existió aquí una sociedad denominada Deportiva Urioste, que se encargaba de organizar partidas de a katxete, a modo de festejo, por sus fiestas de San Bernabé- la que lo promueva y revitalice. Con esta asociación, tardíamente imitada por otras en los restantes carrejos, el juego da un salto cualitativo desde la sociabilidad informal hasta la organización recurrente de campeonatos, confiriendo una dimensión de deporte competitivo a los bolos a katxete.

A partir de 1962, esta asociación organiza anualmente un Campeonato de las Encartaciones de Bolos a Cachete, más otro de Viejas Glorias o veteranos desde 1964. Dicho campeonato se estructura en dos categorías, tirando 30 bolas los jugadores de 1ª y 20 los de 2ª. Entre los nueve considerados de primera categoría en 1964 están dos regateños: Eusebio Montalbán (a) Cuadrado y Pedro Mª. Iturrarán. Que compiten con Federico Besga y Agustín Barrón (El Juncal); Inocencio Zamarripa, Guillermo Elórtegui y Ángel Angulo (Urioste); Julián Aberásturi y José Mª. Elórtegui (Kabiezes); y Jesús Díez (Zierbena) La revelación del campeonato de 1966 será José Mª Perdiguero Gorostiza (Gorostiza), nieto de Matías Gorostiza, que con 18 años se clasificó en segundo lugar.

Además de estos bolaris, otro puñado de baracaldeses y resto de comarcanos son clasificados como jugadores de cierta notoriedad, es decir de segunda categoría.

En cuanto al Campeonato de Veteranos, celebrado entre 1964 y 1966 por esta misma Sociedad, fue ganado el primer año a sus 71 años de edad por Cecilio Quintana (El Juncal), a la sazón residente en Repélega y después por Isidoro Montalbán (El Regato) y Manuel Ruiz (a) Liebre (Zierbena), contando con la participación de veteranos de toda la zona en sus varias ediciones. Aunque sin duda el campeonato de Urioste, en torno a su sociedad, es el más importante de la época, no se trata del único. En 1961 se funda el carrejo zierbanato de San Román de la Cuesta, promovido por Francisco Bañales, Germán Campo y Rafael Larrea.

A nivel local son importantes las tiradas celebradas en el marco de las fiestas patronales de El Carmen (Barakaldo), entre 1960 y 1966. Porque es preciso tener en cuenta que, además de los carrejos fijos existían, en el caso de los bolos a katxete, carrejos móviles, que se instalaban para jugar durante la celebración de alguna fiesta y, finalizada ésta, se volvía a desmontar el taco para devolverlo a su lugar de origen. Al carrejo que se improvisa en Lasesarre acuden los jugadores locales y los mejor cualificados dentro del ámbito. Resulta clarificador el resultado de las celebradas los días 25 (1ª) y 26 (2ª) de julio de 1964.

Resulta indiscutible la supremacía de la pareja de Urioste, de la que uno de sus miembros -Ino Zamarripa- se proclamó vencedor del V Campeonato de Las Encartaciones en 1965. Revalidada en otros campeonatos, en competencia con la de El Juncal, en la que destaca Besga.

La cuantía de los premios de El Carmen no resulta desdeñable si la comparamos con el Campeonato de Las Encartaciones de ese mismo año, donde se ofrecen cuatro premios para bolaris de 1ª, que oscilan entre 300 y 1.000 pts.; y otros tantos para los de segunda, comprendidos entre 200 y 600 pts. Bien es cierto que, en este caso, se trata de premios individuales y que la significación del campeonato es muy superior al de Barakaldo.

Durante esta década el calendario de concursos festivos patronales en los barrios, articulan el conjunto espacial del ámbito y crean un sistema supralocal de competición.

También se siguen celebrando desafíos. En 1962 comienzan los habidos entre Federico Besga (El Juncal, 1943) -con Agustín Barrón de armador- e Ino Zamarripa (Urioste, 1938), que durarán veinte

años. Y será al término de esta década periodo, el 17.09.1967, cuando se produzca, en el carrejo de Gorostiza, la partida más larga que se recuerda, a 1.000 bolos. Eusebio Miñambres (a) Bolo, popular bolari de los que dan animación -nacido en Kareaga en 1927- compitió contra cinco oponentes, consiguiendo 4,15 bolos de promedio por cada bola.

6.4. Estancamiento (1970-2010)

Las décadas de los setenta, noventa y dos mil son las menos estudiadas de la historia de esta modalidad deportiva. De los setenta sabemos que el Campeonato de Veteranos de 1974, 1975 y 1976 se jugó en el carrejo de Kabiezes, siendo ganado los tres años por Julián Aberásturi (Kabiezes); que el importante premio local del Ayuntamiento de Barakaldo tuvo lugar en el carrejo de Gorostiza desde 1973. Quizás su rasgo más notorio son los ya mentados duelos entre Fede Besga e Ino Zamarripa. Aunque el desafío estrella tuvo lugar el 29.07.1973, en Gorostiza, a 100.000 pesetas; entre Pedro Mª Iturriarán (El Regato) y Guillermo Elórtegi (Urioste), en partido a 250 bolos venciendo el primero. Hacia 1978 cada carrejo comienza a anotar en sus libros de actas sus propias normas consuetudinarias; en 1983 se ponen de acuerdo en un calendario; pero el reglamento unificado solo se alcanzaría tres décadas más tarde.

Esta es la época de los grandes homenajes, a jugadores que caracterizaron la época precedente. Otra característica de este periodo, en sus dos primeras décadas, es el surgimiento de otros importantes campeonatos, concursos y torneos extensibles a todo el ámbito, así como nuevos bolaris que van reemplazando a los veteranos; pero desaparece alguno de los carrejos restantes, y mengua la “cantera” local de jóvenes entusiastas, con la salvedad de El Regato. Las restantes se caracterizan por un discreto mantenimiento o por su estancamiento.

En primer lugar, se instaura el principal evento: el Campeonato de Euskadi (d. 1981 en Gorostiza, hasta 2015 en La Arena, siendo Durañona el carrejo que más veces ha sido escenario de este campeonato: 9. Cada año lo organiza un carrejo diferente, jugándose a título individual. Su duración es de seis días, el segundo día se han clasificado 16 jugadores, 8 el 3º, 4 el 4º y 2 el 5º. El sexto día éstos juegan la final, a 200 bolos al principio y 300 en más recientemente. Paralelamente comenzó a jugarse el Campeonato de Euskadi de Veteranos y el de kintopekos (alevines), también individuales (d. 1983).

Además, el Torneo Interpueblos (1981-1998), en un solo día y carrejo, cuya primera edición tuvo lugar en Gorostiza, participando 3 jugadores por carrejo, tirando cada uno de ellos seis bolas, de dos

en dos, hasta completar cada carrejo 18 tiradas. Obviamente el carrejo ganador fue el que más bolos había conseguido. Durante los ochenta se jugaron también unos Premios -y copas- a la Regularidad, de bolaris y de carrejos.

Por último, existieron por esa época otros torneos importantes, organizados por los Ayuntamientos de Barakaldo, Valle de Trapaga y Santurtzi. También por las comisiones de fiestas locales y comercios.

Veinte años después, la relación de carrejos se amplía ligeramente, experimentando, asimismo, alguna variación en su distribución geográfica. En 1987, desaparecido el año anterior el de Kabiezes por la expansión inmobiliaria, aún existían 10 en: Basatxu (1982-2004), Gorostiza y El Regato (Barakaldo); Ugarte y Ramón Durañona en La Escontrilla (Trapagaran); el nuevo carrejo (1986) de Urioste (Ortuella); Kabiezes (Santurtzi); Sanfuentes (Abanto); 2 San Román de La Cuesta -adultos e infantil- y el nuevo de La Arena (Zierbena); Muskiz. En 1983 se instituye el atuendo de los bolaris de cada carrejo, de obligado cumplimiento en los Campeonatos de Euskadi.

Las décadas aún poco estudiadas son las de 1990 y 2000. Sabemos que el Campeonato Interpueblos desaparece en Urioste en 1988, con triunfo del equipo de Basatxu. Durante los años 90 el deporte de referencia se mantiene con sus campeonatos, destacando Kike Calabozo (Urioste), Óscar y Pedro Familiar (Basatxu), Javier Lores y Alex Torres (El Regato), Javier Gorostiaga (Zierbena) y otros, que consiguieron preservar la tradición. En cuanto al de veteranos, ganado por Jesús Díez, de Durañona, en su propio carrejo en 1997; en 2002 y 2003, 2006 y 2007, 2009 y 2010 se juega, asimismo, en Durañona y en El Regato. Se crea en 1993 la Asociación de Bolos a Katxete El Ciervo, con Maxi Bañales (5.04.1934-marzo 2014) como secretario, que regentaba los carrejos zierbanatos de La Cuesta (h. 2.010) y La Arena (h.1989), y disuelta en 2012. En el 2000 ya se había cerrado el carrejo de Gorostiza.

Más importante que el descenso del número de carrejos es el paulatino retroceso de bolaris y aficionados, tan sólo cuatro o pocos más en Urioste, decadencia especialmente pronunciada en la primera década del nuevo milenio. La única excepción es la nutrida cantera del carrejo barakaldarra de El Regato. Éste fue el primero en integrarse en la Federación de Bolos de Bizkaia, en 2009. En 2010 se inició el IV Campeonato de Bizkaia de Veteranos.

6.5. Formalización (2011-2014)

El primer paso en el proceso de formalización fue la inclusión del Katxete a los bolos federados de Bizkaia, con cerca de 100 licencias, en febrero de 2012; siendo el último en integrarse el carrejo de Sanfuentes, en 2015. Pero el hito definitivo ha sido la aprobación del primer Reglamento oficial de los Bolos a Katxete, en su modalidad de juego y para el Campeonato de Euskadi. Aprobándose por unanimidad de todos los carrejos, en reunión celebrada en Urioste, el 11 de abril de 2014.

En cuanto al Campeonato de Veteranos se juega, al menos, entre 2011 y 2012, en ambos casos por jugadores de El Regato y en su propio carrejo, hasta 2013. Otros factores novedosos son los adoptados por la Asociación Cultural Punta Lucero, liderada por Marga Martínez, organizando los primeros Día del Katxete Eguna, cerrando así las temporadas de 2012, 2013 (20.09) y 2014 (21.09) en el carrejo de La Cuesta (Zierbena), pueblo donde el katxete estaba amenazado de pérdida inminente. Su principal singularidad es su equipo integrado por doce mujeres, el primero femenino

de entre los federados, superando así barreras socioculturales obsoletas, ganando el II Campeonato de Euskadi Femenino (20.09.2014) Iraide Álvarez. Aunque ya antes la mujer intervenía en carrejos como los de El Regato. E incluso con un paralelo concurso femenino celebrado en el carrejo de Ugarte como parte del Torneo de la regularidad disputado en La Cuesta. Con participación de cuatro mujeres del club anfitrión, junto a dos del carrejo de Urioste y otra de Trapagaran.

Un paso clave en la formalización asociativa de esta práctica deportiva, anteriormente reducida a la sociabilidad espontánea. Se conservan siete carrejos: El Regato (Barakaldo), Ugarte y Durañona (Valle de Trapaga), Urioste (Ortuella), Sanfuentes (Abanto Zierbena), La Cuesta y La Arena. Cada cual regido por su respectiva asociación, sociedad o club.

Pero ya para junio de 2015 está prevista la puesta en marcha más bien reactivación tras quince años en desuso, de un carrejo: el de Gorostiza (Barakaldo), abandonado por falta de relevo generacional, la despoblación y la implantación de otros deportes, que concluyeron con su extinción y venta de sus terrenos a una inmobiliaria, en 2004. El 28 de junio resurge uno de los templos históricos del katxete, con la apertura del XVIII Torneo Interpueblos, revitalizado por el Club de Bolos Gorostiza con sede en el Polideportivo Municipal. Y ya se piensa en la reapertura del de Kabiezes, barrio santurtziarra cuyo crecimiento urbano le dejó sin campo de juego; si prospera un carrejo de hierba artificial.

La actual temporada (2014) se inicia en primavera, comprendiendo desde mediados de junio hasta el 20 o 21 de septiembre. Abriéndose –en 2014- con el IV Campeonato de Bizkaia, a 4 bolas, el 15 de junio, en Urioste. Los Partidos por Parejas, los días 29.06 (Durañona) y 6.07 (La Arena). También a 4 bolas y final a 300 bolos, del 12 al 20 de julio, el XXXIV Campeonato de Euskadi, en Urioste; el 27.07.2014 se juega el XVII Campeonato Interpueblos Homenaje a Federico Besga e Ino Zamarripa), en La Arena; el XXIV Campeonato de Euskadi de Veteranos (27.07 y 2.08), en El Regato; el Desafío al Campeón (3.08), en Durañona; el Gran Premio Memorial “El Nene” (23 y 24.08) en El Regato, con final a 40 bolas; las Competiciones femeninas (27.07, 5.08,y 30.08), en La Arena y Durañona; las Competiciones Infantiles (junio en Urioste y agosto en Durañona), el Día del Katxete Eguna (20.09), competición infantil, en La Cuesta; el II Campeonato de Euskadi Femenino, en La Cuesta; y el II Campeonato Femenino (20.09), en La Cuesta. Paralelamente a este calendario de campeonatos y

competiciones está el de concursos a 3 bolas, que coincide con los desafíos por parejas y las fiestas celebradas en los barrios con carrejo.

Entre el estrellato de este deporte destacan, actualmente, los bolaris de El Regato: Javier Lores -subcampeón en 2014 y poseedor de 3 txapelas del Campeonato de Euskadi, e Iñigo Asensio, de Gorostiza -2 txapelas-; de Urioste: Kike Calabozo (1 txapela); el zierbanato Javier Gorostiaga, adscrito al carrejo de Durañona (9 txapelas), con su inseparable armador Jesús Díez; los reaparecidos Pedro Familiar (9 txapelas) y Óscar Familiar (2 txapelas), ahora en Durañona, que fueron toda una leyenda en Basatxu; Iñigo Asensio, de Gorostiza (2 txapelas) y los recientes ganadores del Torneo Interpueblos: Egoitz Morales, Kepa Sainz e Igor Benito (Ugarte). Más otros notables bolaris.

Por último, el Centro de Divulgación Trueba ha puesto en marcha, desde 2013, un proyecto de archivo e investigación de este juego de, patrimonio cultural de significativa importancia comarcal. A nivel material recabando documentos y fotografías, publicando un boletín proyectando la edición de un libro sobre los bolos a katxete, así como una exposición itinerante; e inmaterial, realizando entrevistas para preservar la memoria de los bolaris veteranos.

Asimismo, durante el mes de julio de 2014 ha organizado, en colaboración con los carrejos, con el apoyo de la Federación Vizcaína de Bolos, un curso de iniciación a los bolos a katxete, en el de La Cuesta (Zierbena), a partir de los 10 años. Iniciativa secundada por la Asociación Punta Lucero, con su puesta en marcha de una escuela de bolos, dirigida a los niños/as. Aunque la primera correspondió al carrejo de El Regato que, ya en 2012, puso en marcha un programa con seis colegios de Barakaldo por año, dentro del municipal Ezagutu Barakaldo, para que más de 133 chavales de entre 12 y 13 años pudieran conocer y practicar este juego patrimonial de la Anteiglesia.

José Ignacio Homobono Martínez

 

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Actualizado el 29 de mayo de 2025

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