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RECORRIDO HISTÓRICO 14 (Nos conformamos con los restos: el caserío)

RECORRIDO HISTÓRICO 14 (Nos conformamos con los restos: el caserío)

En 1857 realiza Coello uno de los planos[1] más antiguos del entorno.  Dos son los rasgos más significativos del mismo a nivel del poblamiento: la ausencia de un núcleo urbano aglutinante de la vida de la anteiglesia[2] y el hábitat disperso en torno, sobre todo, al Castaños-Galindo aunque también son existentes al borde de los distintos caminos que atraviesan el valle. Esto nos da una idea muy aproximada de la importancia que tuvo el caserío (algunas de las casas-torre no dejan de serlo para la gente con cierto poder) en la configuración habitacional y económica de la anteiglesia. Queremos mostrar en este recorrido algún perfil de determinados edificios de este tipo existentes en Barakaldo. Nos dejamos guiar para ello de la experta mano de Javier Barrio.

En los inicios del siglo XXI, se mantienen en pie en Barakaldo una treintena de edificios que podrían ser considerados caseríos[3]. Son edificios que abarcan un amplio período de tiempo -entre los siglos XVI y XX- y diversas tipologías. Estrictamente hablando, no se ha conservado ninguno que tenga las características típicas de los gótico-renacentistas y que, por tanto, pueda datarse antes de 1650.

No obstante, existen dos que poseen elementos que pueden remontarse al siglo XVI. El primero es el caserío Beurko s/n (prácticamente hundido) que posee un arco que se fecha en el siglo XVI, y el segundo, al que hemos denominado Torre Zubileta, un sencillo caserío de forma alargada del siglo XIX que reaprovecha diversos elementos del siglo XVI pertenecientes a la antigua Torre de Zubileta (muros, ventanas, arcos de acceso, etc.).

 Características generales[4]

  1. Situación: Situado en el barrio Beurko, en un entorno completamente alterado y degradado ocupado por talleres y edificios.
  2. Datación: El arco de acceso a la cuadra se fecha en el siglo XVI pero el resto del edificio parece mucho más moderno, probablemente de finales del siglo XVIII, aunque al no haber podido acceder a su interior no lo podemos asegurar. Además, ha sufrido alteraciones profundas en su interior y exterior en los últimos años[5].

Estructura arquitectónica

  1. Planta y estructura general: Es un edificio cúbico, de planta cuadrada, con tejado a cuatro aguas. Poseía un patín de piedra de acceso a la planta noble desaparecido hace años.
  2. Muros: Son muros de aparejo de mampuesto con los esquinales de sillería.
  3. Entradas y ventanas: El caserío presenta una entrada moderna. El acceso a la planta noble debió de realizarse por la ventana central de la fachada. El resto de ellas parecen haber sido aumentadas de tamaño y modificadas. En el muro este se encuentra el elemento más interesante del edificio, un arco de medio punto adovelado del siglo XVI.
  4. Armazón de madera y carpintería: No hemos podido acceder a su interior por lo que no podemos hablar de él.

Estructura interna

Únicamente se puede señalar que dispone de tres plantas y que, antiguamente, había dos entradas. Una destinada al ganado (por el arco lateral) y otra a las personas (a través de un patín adosado al muro por el que se subía a la planta noble).

 

CASERÍOS CÚBICOS

El caserío cúbico es un modelo de edificio rural que se desarrolla en Las Encartaciones, principalmente en su parte oriental: valle del Cadagua, valle del Barbadún y valle de Somorrostro. Es un tipo de caserío peculiar, con características que le distinguen de los modelos tradicionales vizcaínos. Aun así, tiene una evolución histórica similar a aquellos, pudiendo distinguirse en Barakaldo ejemplares de los siglos XVII, XVIII y XIX lo que nos permite observar su desarrollo.

Alrededor de 1650 comienzan a aparecer en Bizkaia diferentes tipos de caseríos que evolucionan de los modelos que se habían originado en el siglo anterior.

Entre ellos está el caserío cúbico barroco, el cual se crea gracias a la adaptación de las características arquitectónicas, económicas y sociales del momento a las singularidades constructivas y económicas del este de Las Encartaciones (incluyendo Barakaldo).

Sí, por una parte, este modelo presenta características comunes a los del resto de Bizkaia. La deforestación de los bosques provoca que aparezcan los pies derechos (pequeñas vigas de la altura de un piso que sustituyen a las grandes vigas, llamadas postes enterizos, que iban desde el suelo hasta el tejado) y nuevas piezas como el astazaldi o burro-caballo. La aparición del maíz, convertido en el alimento fundamental, modifica la división interna del caserío y trae consigo la construcción de grandes camarotes ventilados con ventanitas destinados a su secado. Además, el cambio de mentalidad del siglo XVII hace que parte de la zona residencial se traslade del piso bajo a la parte delantera del primer piso, apareciendo las primeras habitaciones y el salón.

Todos estos cambios se funden con las tradiciones locales. Así, se crea un caserío de tres plantas con estructura mixta en el que tanto los muros como los pies derechos ejercen función sustentante (al contrario de lo que ocurre en algunos modelos vizcaínos donde es la madera la que aguanta todo el peso), con un tejado a cuatro aguas (el vizcaíno es a dos) que permite crear un camarote amplio y alto, y una entrada que prescinde del soportal ya que se cede toda la planta baja a la cuadra. Esto último provoca que en estos caseríos toda la zona residencial se agrupe en la parte delantera de la primera planta o planta noble, dejando la trasera para pajar.

Este diseño se mantendrá en sus líneas básicas hasta finales del siglo XIX. Algunos caseríos intentarán mejorar el modelo original, como Casablanca, y otros lo reproducirán de un modo más modesto y pobre, como Uraga n.º 4, pero, en general, seguirán las pautas originales observadas en Palacio y Gorostiza n.º 7. Aun así, se puede decir que se observa una predominancia progresiva del muro sobre la madera. El armazón interior se va simplificando y la carpintería es cada vez más pobre por lo que podemos decir que cuanta menos calidad hay en la madera más moderno es el caserío. Los del siglo XVII presentan excelentes armazones interiores: vigas bien cortadas, elementos simétricos y, sobre todo, un excelente trabajo de carpintería en el que las piezas se engarzan y encajan entre sí, limitando el uso de clavos. Los caseríos del siglo XVIII, en cambio, simplifican este trabajo dando predominio a los clavos y haciendo recaer más peso sobre los muros, y los del XIX presentan estructuras de madera muy simples y una carpintería muy pobre.

CASERÍO CÚBICO BARROCO DEL SIGLO XVII

Son los caseríos más antiguos, de la segunda mitad del siglo XVII, y de mayor calidad de los que se conservan en Barakaldo. Presentan las características antes mencionadas. Los caseríos conocidos de esta época son Palacio y Gorostiza n.º 7, ambos en el barrio de Gorostiza. Son prácticamente idénticos tanto en su aspecto exterior como en su armazón de madera, aunque Gorostiza n.º 7 es de menor volumen y está más modificado (y mejor conservado). También Gorostiza n.º 5 y Gorostiza s/n (situado junto a Palacio), en el mismo barrio, deben ser del mismo estilo y época pero al no haber podido acceder a su interior no lo podemos confirmar.

CASERÍO PALACIO

Características generales

  1. Situación: Situado en el barrio Gorostiza, en la orilla derecha del río Castaños, en el paraje conocido como Laerreka. Actualmente se encuentra en muy mal estado, siendo necesaria una pronta restauración del que, sin duda, es el caserío de más importancia de Barakaldo.
  2. Datación: Su armazón de madera, su estructura interior, el escudo de la fachada y, sobre todo, el trabajo de carpintería observado en el camarote, nos señalan que debió de ser construido en la segunda mitad del siglo XVII (1650-1700).

Estructura arquitectónica

  1. Planta y estructura general: Es un caserío cúbico a cuatro aguas con tres pisos y planta rectangular. Presenta una estructura mixta en la que tanto los muros como el armazón de madera ejercen labores de sustentación del edificio.
  2. Muros: Son de un grosor considerable ya que ejercen función sustentante. Aun así, para no sobredimensionarse se van adelgazando progresivamente desde el primer piso hasta el camarote. En este se levantan unos 50 cm. del suelo, lo que hace de él un lugar espacioso y permite abrir pequeñas ventanas para la ventilación. Los esquinales son de sillería bien labrada mientras que el resto del edificio es aparejo de mampuesto.
  3. Entradas y ventanas: La fachada está compuesta por un portalón adintelado flanqueado por dos pequeñas ventanas en el piso bajo, un balcón también flanqueado por dos ventanas en el piso noble y tres ventanucos en el camarote. Todos están adintelados con madera no con piedra, lo que hace pensar que fueron aumentados de tamaño en algún momento. En el resto del caserío, en el piso noble, aparecen diversas ventanas, adinteladas con grandes sillares de arenisca bien labrados. En el piso bajo aparecen varias aspilleras para la cuadra. En el muro oeste, cerca del zaguán, aparece otra gran entrada adintelada, utilizada como paso a la cuadra.
  4. Armazón de madera y carpintería: Son los elementos más importantes del caserío y los que le hacen realmente singular dentro de Barakaldo junto con Gorostiza nº.7. El edificio se sustenta en una estructura de tres pares de pies derechos (por tanto, seis en total), lo cual en Barakaldo sólo se observa aquí y en Gorostiza n.º 7, ya que el resto de caseríos únicamente poseen tres pies derechos.

4.1. Pisos bajo y noble: En el piso bajo los pies se apoyan sobre poyos de piedra que los aíslan de la humedad. Cada par sostiene una gran zapata que, a modo de puente, los une. Cada zapata sostiene una viga, llamada carrera, que apoya sus extremos directamente sobre los muros laterales del caserío. Las tres vigas carreras resultantes sostienen conjuntamente los solivos –vigas que van de la fachada al muro trasero– en los que se apoya el suelo del piso noble. En este piso se vuelve a repetir la misma operación, apoyándose los nuevos pares de pies sobre las vigas carreras que sostienen los del piso bajo.

4.2. Camarote y tejado: Los tres pares de pies derechos colocados en el camarote son los encargados de soportar el peso del tejado. En este caso, en vez de zapatas, sobre cada par se coloca una pieza curva denominada astazaldi, conformándose una estructura de tres astazaldis sobre los que se apoya el gailur o viga que define la cumbre del tejado. De los seis pies derechos salen los tirantes que se dirigen hacia la parte superior de los muros, apoyándose en una viga de madera colocada encima de ellos. Sobre estos tirantes se apoyan las correas que son las vigas que sirven de soporte al tablazón del tejado (sobre el que se colocan las tejas). Lo peculiar de estos tirantes respecto a lo que se observa en otros caseríos barakaldeses es que estos no están clavados en los pies derechos sino que se unen mediante espigas pasantes y chavetas, es decir, el tirante atraviesa un agujero realizado en el pie y se asegura con una clavija grande de madera que actúa de cierre. Cada esquina del tejado es reforzada por un gran madero colocado en ángulo, denominado cuadral, que sirve de apoyo extra a las vigas del tejado –llamadas limatesas– que definen los cuatro lados o aguas del mismo.

Estructura interna

Aunque el caserío se encuentra en mal estado, ha conservado una estructura interna que debe ser muy similar a la que tuvo en origen. La entrada adintelada da paso a un zaguán por el que se accede a la planta baja. Esta no posee ninguna división interior, ya que toda ella, como ocurre en las zonas con mucha importancia ganadera, estaba destinada a cuadra. En el interior de esta, pegada al centro del muro oeste está la que debe ser la escalera original (en la actualidad hay otra, de factura moderna, colocada en frente del zaguán). Esta daba acceso al primer piso, el cual estaba (y está) dividido en dos partes iguales por una pared de ladrillo. Este actuaba como muro cortafuegos ya que la zona de vivienda estaba en la parte delantera quedando la trasera posiblemente para pajar. La escalera continuaba hasta el camarote –hoy desaparecida– que era, sin duda, un gran secadero para el maíz y otros productos agrícolas.

[1] Merece la pena mirar con atención los diferentes elementos de la composición. Puede compararse con el “croquis” que realiza Silverio de Retuerto.

[2] El único “barrio” que se perfila es el de San Vicente, constituido por la Iglesia y seis casas en su alrededor. Quizá podamos afirmar lo mismo de “San Bartolomé”, próximo al anterior.

[3] Este recorrido, como ya hemos indicado, es parte de un excelente trabajo de Javier Barrio: “ARBELA” 2002, pp. 12-29.

[4] Un interesante artículo sobre este caserío, junto con el llamado “Palacio Larrea” y la “Casa de Gorostiza” puede leerse en “ARBELA” 2000, pp.15-22. Goyo BAÑALES.

[5] La construcción del ferrocarril de la Compañía Franco-Belga que pasaba a su vera obligó, posiblemente, a alterar la fachada sur. A mi modo de ver existiría en esta fachada una escalera exterior (patín) de acceso al piso segundo como puede verse en otros caseríos.

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Actualizado el 29 de mayo de 2025

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