El antiguo régimen: modos de vida
Las gentes de Barakaldo tenían varias ocupaciones. En primer lugar las derivadas del cultivo de la tierra (campesinos y agricultores). La tierra tiene una gran importancia tanto en su aspecto productivo (cultivos y alimentos) como en su función económica (arrendamientos, compraventas, seguros de hipotecas…). El principal cultivo será el maíz («borona) que sustituirá en la alimentación al «mijo» y otros cereales de peor calidad. El trigo se debía importar.
En segundo lugar la ganadería y el pastoreo. Aunque la mayor parte de las referencias hacen mención al ganado mayor (equino, vacuno y ovino) parece evidente la existencia de cerdos, gallinas, conejos, cabras y carneros). Parece que los más valorados eran las vacas y las ovejas (aportan alimento, abrigo, abono y fuerza de trabajo) y, a distancia, el caballar. Por eso los primeros no se suelen vender sino arrendar. La importancia del ganado caballar viene derivada de una doble ocupación: el trabajo en las minas y el trasporte de mercancías.
En tercer lugar el trabajo en los montes (leñadores, carboneros y mineros). El monte es entendido como lugar de explotación más que como bosque semisalvaje e inhóspito. El monte produce leña, madera para construir casas y barcos, troncos para elaborar carbón, terreno para plantar árboles tan necesarios como castaños y cerezos, pastos y el tan deseado hierro. Es tan importante el bosque que se cultiva, se planta y se tala. Para el carboneo se usaban aquellos considerados improductivos, los que estaban en pleno crecimiento, etc…
Por último, señalamos el trabajo en las ferrerías y en los molinos. Cuestión conocida desde muy antiguo aunque pocos son los documentos que hacen referencia a ello. En ambos establecimientos trabajaba poca gente de continuo y bastante más en momentos puntuales. En las primeras trabajaban cuatro o cinco personas y en las segundas una o dos. De las primeras había en Barakaldo unas diez, y de los segundos una media docena.
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