Ordenamiento urbano de Barakaldo
En 1889 se inicia una nueva etapa en la historia del urbanismo de Barakaldo. Es ahora cuando se concibe y se reglamenta el planeamiento urbano del municipio. Se aprueba en esta fecha el primer proyecto de Ordenanzas de construcción (viviendas en bloque de manzana cerrada, de planta baja y cuatro pisos, y altura máxima de 18 metros), y un año después, Casto de Zavala elabora el primer plano urbano de la anteiglesia. En él se recogía únicamente el barrio del Desierto y otro pequeño núcleo en Landaburu, en el cruce del camino de Luchana y Retuerto. Excluía los barrios de San Vicente, Retuerto, Luchana, El Regato, Burceña e Irauregui.
Sobre el plano de Zavala se superpone una trama urbana que intenta planificar la Anteiglesia desde el ferrocarril de Portugalete hasta lo que hoy es la Avenida de la Libertad y desde la calle Arrandi hasta la calle Zaballa y el barrio de Lasesarre, a base de una retícula imperfectamente ortogonal y ligeramente radial a partir del triangulo de la Herriko Plaza, cuyas calles aproximadamente señalaban las direcciones Norte-Sur y Este-Oeste. Las irregulares manzanas quedaban achaflanadas en sus cuatro esquinas y se generaban plazas en la actual Herriko Plaza, frente a la estación del ferrocarril, ante la iglesia del Desierto y en la entonces recién abierta carretera de Landaburu a San Vicente. Muy poco se cumplió.
En las dos primeras décadas del siglo XX se efectuaron sendas reformas del plano de Zabala. Conocemos la primera de ellas, acometida en 1907 por el arquitecto Santos de Zunzunegui y que no recibió buenas críticas tachándolo de intrincado y laberíntico, destacando la negatividad en las calles San Juan (por su pésimo trazado, mala orientación y amplitud insuficiente) e Ibarra (por la irregularidad en la anchura de su trayecto y por la serie de obstáculos, entre ellos una vivienda, que dificultaban el tránsito). íšnicamente la de los Fueros era elogiada por su amplitud y orientación, aunque se indicaba que era una lástima que no estuviese cruzada por transversales.
El segundo plano que mencionábamos (1917-1919) fue obra del arquitecto municipal Ismael de Gorostiza. Plasmaba el espectacular crecimiento experimentado por el municipio desde finales del XIX. Abarcaba todo el término jurisdiccional de Barakaldo y en él se señalaban: los edificios municipales; la distribución de aguas; las 63 fuentes de agua potable puestas en servicio, y las del Pantano que no precisaban potabilidad por surtir a lavaderos y mataderos; los tres depósitos de agua: uno en la cumbre del Róntegui, otro en la ladera NO del mismo monte, y el tercero en San Vicente; la red de tuberías, en total 21.716 metros y el trazado de las cinco líneas férreas que cruzaban la jurisdicción.
Mitxel Olabuenaga
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