La ermita de San Sebastián de Saratxo
La ermita de San Sebastián, reconstruida durante la primera mitad del siglo XVI, se cita en el libro de Fábrica de la parroquia de Santa María de Gí¼eñes durante la primera mitad del siglo XVIII y en 180056. Actualmente es un pequeño edificio de 11x 5,70 m., emplazado entre rocas; con cubierta a dos aguas, muros de mampostería y esquineros de sillería, espacio de una sola nave y una pequeña sacristía, aditamento poco frecuente en las pequeñas ermitas rurales. El acceso es un arco de medio punto, con espadaña de piedra de sillería y campana, rematadas por una cruz de hierro; más dos aspilleras laterales y una tercera cegada en la sacristía. Alberga una imagen de San Sebastián y otra pequeña del Sagrado Corazón de Jesús, además de cuadros de esta advocación, del Sagrado Corazón de María y de la Santa Cena. La imagen antigua del santo titular, a la que se calculan cinco siglos fue sustituida por otra de la misma advocación. En 1977 se pretendió bajarla a la parroquia de San Miguel, pero se opuso el vecindario. Recientemente restaurada, ha sido devuelta al sitial preferente. La nueva imagen no debió suscitar mayor reverencia devocional, puesto que un vecino de Saratxo la dedicó una rústica e irreverente cuarteta, por estar hecha con la misma madera que la utilizada para prosaicas faenas domésticas: «Día vente de enero, día de San Sebastián, que del pesebre de mi burra eres hermano carnal» La imagen actual fue donada por Daniel Otaola, nacido en Gordexola y casado con una vecina de Saratxo, en virtud de alguna promesa efectuada, y en su base lleva grabada como la campana- la fecha de 1902. La ermita de San Sebastián, junto a la que se alzan fresnos y cerezos, y situada a la derecha de la carretera vecinal de Zaramillo a Castaños, preside una campa –la primitiva era- donde tienen lugar las romerías de su festividad. En su restauración, realizada a partir de 1993, colaboraron doce vecinos de Zaramillo, Saratxo y Alonsotegi, casi todos ellos de EA, respaldados por una subvención municipal. Durante la última década los beneficios obtenidos por la txozna romera y la colecta de las misas celebradas en la ermita se destinan al mantenimiento de ésta. Durante muchos años se celebró una misa dominical por mes en esta ermita. Desde el año 2002, coincidiendo con la llegada a Zaramillo de un nuevo cura, se celebran otras dos misas cantadas –por la coral de La Arboleda- los segundos domingos de junio y de octubre, fecha muy próxima a la de la romería de San Bernabé de Castaños. Pero carecen de la concurrencia de las romerías tradicionales, y solo los componentes de la coral se quedan a comer en la aneja Campa de la Era.
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