Barakaldo en la Edad Media
Durante la Edad Media, Barakaldo se consolidó como un pueblo agrícola con una ubicación estratégica cerca de la zona minera de Triano y junto a los ríos Cadagua, Castaños y Galindo, lo que le permitía facilitar tanto por tierra como por mar el transporte de los productos mineros extraídos en la región. Esta ventaja geográfica propició la instalación de numerosos molinos y ferrerías, especialmente en las zonas de El Regato e Iráuregi, marcando el inicio de una tradición industrial y comercial en la anteiglesia.
Sin embargo, la promulgación de la carta puebla de Bilbao en 1300 y la de Portugalete veintidós años después, beneficiaron al comercio de estas localidades en detrimento de Barakaldo, lo que generó conflictos económicos y comerciales con Bilbao. A pesar de estas adversidades, los habitantes de Barakaldo se esforzaron por mantener su relevancia en la región, evidenciando el espíritu de superación y adaptabilidad de la comunidad.
En el ámbito administrativo y eclesiástico, el siglo XIV fue crucial para Barakaldo. En 1340 se fundó la Anteiglesia de San Vicente por Sancho López de Baracaldo, Lope Gonzalo de Zorroza y Galindo Retuerto, marcando su independencia de la de Santa María de Erandio. Posteriormente, en 1366, Barakaldo se desvinculó de las Encartaciones y, por privilegio del conde Don Tello de Trastámara, se integró en la Merindad de Uribe, adoptando el fuero de Vizcaya y constituyéndose formalmente como anteiglesia. Este cambio administrativo no solo reflejó la evolución socio-política de Barakaldo sino también su capacidad para adaptarse y prosperar en un contexto de cambios significativos, estableciendo las bases de su identidad y desarrollo futuro.
Tomado de: https://psiconervion.es/historia-de-barakaldo/
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