Fesa-Ercros
A finales del siglo XIX se empezaron a instalar varias industrias químicas en el barrio baracaldés de Lutxana. En el caso de la Sociedad General de Industria y Comercio, creada en Bilbao en 1903 por Pedro Chalbaud con participación de la Sociedad Española de La Dinamita, se dedicaba a la producción de abonos minerales (superfosfatos), aprovechando el fácil acceso al tráfico marítimo y el ácido sulfúrico producido en la fabricación de la dinamita.
En 1927 la fábrica es absorbida por la Unión Española de Explosivos, que en 1970 pasará a integrar el grupo de Unión de Explosivos Río Tinto S.A., ampliando la gama productiva con nuevos tipos de fertilizantes. A finales de los años ochenta entra en Fertilizantes Españoles (FESA) del grupo ERCROS, razón social bajo la cual se cierra la fábrica de manera definitiva en 1992.
Entre las instalaciones conservadas se hallan las naves de almacenamiento y maduración de fosfatos. Junto a las dos naves que aun conserva la fábrica Cross en la ciudad de Valencia, están consideradas como el ejemplo más sofisticado de estructura de madera ─cerchas y soportes─ de todo el Estado. Las naves se ubican junto al cauce del Cadagua y con un muelle propio donde atracaban los barcos con fosfatos provenientes del Sahara Occidental (Bucraa), Sinaí, Tampa, etc. La materia prima recién llegada se almacenaba en las crujías más próximas al muelle, en espera de su tratamiento con ácido sulfúrico, mientras el resto de su espacio interior se reservaba a la maduración del producto resultante o superfosfatos.
Originalmente el edificio ocupaba más de 10.000 metros cuadrados, divididos en diez naves-crujías, ocho de las cuales se construyeron entre 1909 y 1912, y las dos restantes en 1932. Las crujías, de 13,5 metros de luz y 80 de largo cada una, están separadas por hileras de 16 pilares de madera de gran calidad (pinotea) y que se mantienen en perfecto estado de conservación. Soportan complejas cerchas del mismo material mediante capiteles-zapata y llamativas tornapuntas. La vista interior parece un gran bosque de columnas de madera, pies derechos exentos con jabalcones y arriostramientos a modo de ramas. El espacio es sobrio, sin ornamentos, un vacío con el esqueleto estructural como protagonista.
La originalidad del sistema y del material constructivo utilizado y la amable percepción del espacio escénico creado en su interior confieren a la nave una indudable singularidad, alejándose en cierto modo de la monumentalidad característica de la arquitectura industrial pese a las colosales dimensiones que el edificio posee. Actualmente, está prevista su rehabilitación para acoger los servicios generales del futuro Parque Empresarial de Burtzeña (Barakaldo).
Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública
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