Tribus celtas. Autrigones
La primera mención de los autrigones corresponde a Tito Livio en el año 76 a.C. en la acción de Sertorio en Hispania. Estrabón hace mención de ellos en su libro Geographika Libro III, cap. 3 s. 7, con el nombre de allótrigones, quizá adaptando su nombre a una palabra griega más familiar para él que quiere decir extraños.
Historiadores romanos, como Pomponio Mela y Plinio, los sitúan en la zona norte de Burgos (Briviesca), cerca de la calzada romana, mientras Plinio el Viejo alrededor del año 77 d.C. citaba «entre las diez ciudades de los autrigones Tritium (Monasterio de Rodilla) y Virovesca (Briviesca) como capital de los autrigones». Ptolomeo lo situa entre los ríos Asón y Nervión. e indica que su territorio limitaba con el de los caristios por el este y los cántabros por el oeste de origen celta, los nombres de sus ciudades como Uxama Barca o aquellas con terminaciones -briga indican un origen inequívocamente céltico. También los topónimos indoeuropeos de los ríos como el Nervión y el Burzaco, los antropónimos, los restos arqueológicos, utensilios, armas, recipientes, los restos de sus castros, viviendas, fortificaciones, los sistemas de enterramiento, y los propios restos funerarios, los sitúan culturalmente como pueblos celtas, aunque con una diferenciación clara de los pueblos celtiberos, ya que son un pueblo asentado muy anteriormente y con una asimilación de poblaciones indígenas en el periodo del Bronce Final Atlántico.
Algunos autores deducen a partir de ciertos datos de los textos clásicos, que había una afinidad o solidaridad, acaso un nexo político, entre Autrigones, Caristios y Várdulos propiamente dichos, que recibirían un nombre común, el de Várdulos que explica muchos hechos históricos posteriores de esta región. Como por ejemplo el por qué al ser absorbidos o desplazados Caristios y Várdulos, por los Vascones en la Alta Edad Media al territorio Autrigón, estos perdiesen el nombre y quedasen con el nombre común de Várdulos. Origen de la Bardulia nombre antiguo de los territorios que componían la primitiva Castilla en el norte de la provincia de Burgos.
En general, todas estas gentes son pueblos mal conocidos, con las únicas indicaciones, fruto de las referencias históricas antiguas, y de un limitado análisis de sus elementos arqueológicos y lingí¼ísticos. También con la dificultad añadida de lograr una visión de los elementos comunes o de su afinidad con tribus o pueblos limítrofes. No obstante, una mejor interpretación de los textos clásicos, así como los estudios sobre los elementos arqueológicos de más reciente descubrimiento, como por ejemplo la Tésera de hospitalidad, con forma zoomorfa, que muestra una inscripción en escritura ibérica y lengua celtibérica, muestran que es posible mejorar nuestro conocimiento de este pueblo de la antigí¼edad.
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